Sin investigación y nuevos conocimientos no es posible mejorar las condiciones de vida de los peruanos y enfrentar los retos del futuro. La ley universitaria, en su artículo 48, señala que la investigación es una función esencial y obligatoria de la universidad, lo que ha generado un incremento sostenido de la producción de conocimientos y desarrollo de tecnologías adecuadas a nuestra realidad, solo entre el 2015 y 2018 se quintuplicó el número de patentes otorgadas a universidades peruanas. La investigación además mejora la calidad de la formación universitaria, ya que los nuevos conocimientos enriquecen el contenido de los cursos de los estudiantes. Las universidades públicas y privadas que asumen este reto con seriedad han hecho esfuerzos sostenidos por crear sus vicerrectorados de investigación, por dotarse de políticas de promoción a la investigación, innovación y creación. También de formar nuevas generaciones de científicos y académicos o atraer a sus aulas a los y las peruanas que han obtenido grados de maes- tría y doctorado en el Perú y en el extranjero. Buscar revertir estos logros por intereses particulares o comerciales es atentar contra el futuro del país.
Como lo he sostenido desde el 2014, año de aprobación de la ley universitaria, uno de los aspectos centrales de la reforma universitaria ha sido la reafirmación en que la universidad es un espacio de construcción de conocimiento basado en la investigación. Por eso la ley propone retomar los fines universitarios hacia la investigación, reconstruir la estructura y organización de las universidades con vicerrectorados e institutos de investigación, generar competencias de investigación en los estudiantes, como la exigencia del trabajo de investigación para el bachillerato, fortalecer el cuerpo docente exigiendo grados y un mínimo trabajo a tiempo completo, entre otros. Algunos indicadores del notable avance en esta materia son los siguientes: mientras que en 2014 solo tres universidades peruanas habían publicado más de 100 artículos en revistas indexadas, en el año 2021 este número ha subido a 24 universidades. También, entre el 2014 y el 2020 la producción académica (considerando solo la base de datos Scopus) se incrementó en 244%. Finalmente, el número de docentes investigadores registrados en CONCYTEC es de alrededor de 7.000.
La ciencia es necesaria para la generación de soluciones que ayuden a mejorar la calidad de vida, la economía y el desarrollo de un país. Pero sus resultados son a largo plazo, las publicaciones demoran entre 3 a 5 años y el retorno económico, más de diez, por ello, los gobiernos cortoplacistas suelen no incluirla en sus prioridades y las universidades no licenciadas tampoco. Perú y Ecuador son los países de la región con mayor crecimiento en publicaciones en Scopus (la más grande base de datos de literatura científica), ambos países han te- nido una reforma universitaria reciente, pues la universidad es la principal generadora de conocimiento. Los cambios en investigación, después de la ley universitaria del 2014, son evidentes: entre el 2010 y 2014 solo tres universidades tenían 100 documentos en Scopus por año (requisito para el ingreso a un ranking global de investigación), en el 2021 ya 24 universidades lo han logrado. Al tener condiciones básicas que cumplir, la ley universitaria y el licenciamiento dan respaldo a los vicerrectorados de investigación, haciendo que, de tener solo algunas universidades que investigan, ahora todas lo hagan.