—¿Crees que puedas apoyarme con esta notita? —me pidió Gladis al finalizar junio.
—De qué se trata —le respondí, mientras revisaba mi correo electrónico.
Cuando escuché los detalles quedé impresionado por lo valioso de su aporte. Sin pensarlo, llamé al filo de la media noche a Augusto Álvarez Rodrich, director de RTV; y al día siguiente a Ruby Bautista, productora general; y a Eduardo Cáceres, jefe de marketing del diario.
Augusto se emocionó. Lalo y Ruby también. Al día siguiente, Álvarez Rodrich convocó al equipo de RTV y le dieron forma a la propuesta: una serie de seis programas especiales por el Bicentenario. Todos en julio, con el protagonista del mes: el himno nacional entonado en quechua, asháninka, aimara, shipibo-konibo y castellano, además de una versión en todas las lenguas anteriores, en la voz lírica de la maestra cusqueña
Nada la doblega
Gladis soñó con el proyecto dos años antes y lo presentó con ilusión al concurso de estímulos económicos del Ministerio de Cultura para obtener recursos y ejecutarlo. Pero le negaron el apoyo al desafío de producir los himnos en idiomas nativos.
Según la cantante, el jurado evaluador le dijo que carecía de experiencia. Una explicación insólita, porque la soprano es maestra de música, además fue invitada para cantar en reiteradas ocasiones con la Orquesta Sinfónica del Cusco (OSC), elenco del mismo ministerio.
Pero Gladis es resiliente. El rechazo no la amilanó y siguió adelante. Con sus ahorros y el apoyo de amigos músicos de la OSC, convirtió en realidad su adorado sueño: homenajear a la patria con el himno en lenguas nativas.
Es así que gracias a Gladis Huamán, La República pudo lanzar estos programas especiales trabajados con entusiasmo y pasión.
El 1° de julio, en transmisión en vivo, presentamos a través de las redes del diario el himno en quechua; el 8 de julio en asháninka; el 15 de julio en aimara; el 22 en shipibo-konibo; el 26 de julio en castellano; y el mismo 28 de julio en un amalgama de todas las lenguas anteriores.
Fue un éxito. Solo el himno en quechua logró en poco tiempo más de 2 millones 100 mil reproducciones en la cuenta de Facebook de La República.
En los estrenos del himno en asháninka y aimara tuvimos a los entonces ministros de Educación, Ricardo Cuenca; y de Cultura, Alejandro Neyra. Es memorable también la participación del compositor y productor arequipeño, Pedro Rodríguez Chirinos (ganador de la Canción del Bicentenario del Ministerio de Cultura en el 2018) cuando se lanzó el himno en shipibo-konibo; y de Theo Tupayachi, director de la OSC, cuando se lanzó en castellano.
Tras el impacto y la difusión de los himnos, Gladis fue invitada por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para entonar el himno patrio en la ceremonia oficial de entrega de credenciales al presidente Pedro Castillo. Esa vez, el sonidista no encendió el micrófono. Sin embargo, la voz de la soprano se hizo sentir sin problema en el auditorio Los Incas del Ministerio de Cultura. Millones de personas siguieron esa transmisión.
Luego de allí, llegó una cascada de invitaciones. En la Asociación Brisas del Titicaca, en la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, en la Universidad de los Andes, en la Municipalidad de Calca, en la Universidad Intercultural de Quillabamba, entre otras.
Gladis Huamán tiene más de 18 años de trayectoria. Es mamá de Sayri Antarki, e integra la famosa agrupación Sopranos Inkas, “las más bellas voces de la lírica andina”, liderada por Sonia Ccahuana. Además, es maestra de canto en el Instituto Superior de Música Leandro Alviña Miranda del Cusco, y dirige proyectos corales con niños y jóvenes cusqueños.
Si en setiembre de 1821, la limeña Rosa Merino entonó por primera vez el himno. Este 2021, luego de 200 años de independencia, cobra valiosa importancia la diversidad de lenguas nativas en las que el himno es interpretado por la cusqueña Gladis Huamán, por ello ha sido bautizada como la Soprano del Bicentenario. Es un premio merecido a su trayectoria.