Lima 2019Milco es la mascota de los Juegos Panamericanos Lima 2019 y está inspirado en los célebres cuchimilcos, unas figurillas propias de la cultura Chancay que parecen dar la bienvenida por la puerta grande al norte chico de Lima.,Cuchimilco, embajador cultural [VIDEO],Cuchimilco, embajador cultural [VIDEO],Cuchimilco, embajador cultural [VIDEO],Cuchimilco, embajador cultural [VIDEO],Pisquillo es una enorme ciudad de adobe que parece haber sido escenario de una antigua batalla. Está estratégicamente ubicada en una quebrada de baja pendiente que, en los últimos quinientos años, la ha librado de los huaicos propios del fenómeno de El Niño. La urbe prehispánica está encajonada entre contrafuertes andinos que la protegen de los vientos y de las densas neblinas procedentes del mar. Y apunta hacia la campiña del valle del río Chancay, en lo que fue la hacienda Palpa, distrito de Aucallama, y a solo media hora de la ciudad de Huaral. Entre los escombros de Pisquillo sobresalen imponentes pirámides escalonadas donde aún se lucen sus rampas de acceso, enormes patios ceremoniales y una vecina área administrativa y urbana que deja entrever su antiguo esplendor. Los arqueólogos coinciden en que fue una de las capitales de la denominada cultura Chancay, pero también presenta vestigios de presencia inca. Todo apunta a que la abandonaron durante el Virreinato, pero fue durante la República cuando se convirtió en escenario de un sistemático saqueo de tumbas. Hoy en día, el cementerio de Pisquillo semeja una zona bombardeada, con miles de cráteres, en la que solo quedan cráneos y botellas de vidrio y plástico abandonados por los huaqueros. Y fue aquí, en este antiquísimo cementerio, donde salieron miles de imágenes del Cuchimilco, un enigmático personaje de la cultura Chancay que parece darnos la bienvenida con sus brazos abiertos, siempre semidesnudo y mostrando sus genitales. Un ejemplar de cuchimilco, además, exhibe delicadas pinturas faciales y finos sombreros decorados con la iconografía Chancay. Si aún podemos contemplar los restos de Pisquillo es por el trabajo de arqueólogos como Walter Tosso. Desde principios del presente siglo realizó excavaciones en la ciudadela y, al mismo tiempo, se la jugó en cuerpo y alma contra los afanes por arrasarla y convertirla en campo de cultivo o escenario de nuevas invasiones urbanas. Embajador cultural Tosso no se conformó con su labor arqueológica. Utilizó la imagen del cuchimilco para crear conciencia en la población local de la necesidad de conservar y rescatar su cultura ancestral. De ahí su alegría cuando la figurilla fue tomada como base para crear a Milco, la mascota de los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019. "La emblemática presencia de Milco en los juegos panamericanos convierte al cuchimilco en un importante símbolo de la identidad nacional. Es una ocasión extraordinaria para que, desde el deporte, se establezca un vínculo con la cultura, el pasado y el futuro. El concepto del diseño innovador de Milco permite transmitir al país y al mundo entero los valores culturales de nuestro pasado milenario que, sumado a los valores del deporte, nos conducen a narrar la historia del presente hacia el bicentenario", sostiene el arqueólogo sanmarquino. Los especialistas no se ponen de acuerdo en el origen de la palabra cuchimilco. Por comparación, se ha dicho que podría tener vínculo con lenguas nativas mexicanas. Hay otra versión más popular. "Cuchi" es cerdo en quechua y cerca a Pisquillo hubo saqueos en los terrenos vecinos a las chancherías. No en vano, el norte chico es epicentro del célebre chancho al palo. Emblema turístico La elección de Milco como mascota de los Juegos Panamericanos es la mejor oportunidad para relanzar a Huaral y Chancay como destino turístico para los limeños. Rosa Elena Balcázar, presidenta de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Afines de Huaral (AHORA-Huaral) reveló que ya están organizando la "Ruta de los Cuchimilcos" como alternativa turística al boom gastronómico del que goza esta próspera ciudad del norte chico. "Huaral es un destino full day -sostiene Balcázar- pero Milco nos da la oportunidad de que los turistas permanezcan más de un día en la zona, visitando los vestigios de nuestro pasado prehispánico como Pisquillo y la fortaleza de Rúpac", añade la empresaria. Al circuito gastronómico de Huaral se suma el moderno museo de la vecina ciudad de Chancay, donde se expone toda la información sobre los cuchimilcos y su contexto funerario. Otro sitio para conocer más de los cuchimilcos es el célebre Museo Textil Amano, en San Isidro. Los Amano Don Yoshimaro Amano fue un ciudadano japonés que sufrió de amor a primera vista con Huaral y todo el norte chico. A él le debemos la recolección y recuperación de miles de piezas Chancay que eran saqueadas por los peones de las haciendas locales. A mediados de los años 50, Amano se sorprendió al encontrar enormes basurales con finas piezas textiles. Y repetía: "en Japón un textil de 400 años es considerado un tesoro nacional y acá, un textil de mil años está tirado”, recuerda su hijo Mario, director del Museo Amano. "Mi papá era de familia textilera en Japón y le gustaban mucho las máquinas textiles y los telares. Siempre decía que los tejidos unían al mundo", agrega. Pero don Yoshimaro también encontró cerámicas y las adquirió, a veces hasta regaladas, antes de que fueran destruidas y traficadas. Llegó a juntar 36 mil piezas que van desde cuchimilcos y finos textiles hasta retazos y fragmentos de tela e imágenes de madera que hoy se exhiben en los ambientes del museo. En el depósito del museo se conserva la única imagen en madera de un cuchimilco. Tiene poco más de un metro de altura y parece elaborada con madera de algarrobo. Walter Tosso especula que pudo ser una importante deidad de la cultura Chancay que inspiró la confección de los cerámicos conocidos ahora como cuchimilcos. Tosso revela que estas figurillas están asociados a rituales funerarios, como acompañantes al interior de los fardos. "Las más grandes era colocadas delante del fardo -agrega-. En las excavaciones realizadas entre los años 2007 y 2013 se hallaron estas figuritas usadas como colgantes al pecho". En sucesivas conversaciones con huaqueros viejos, Tosso recogió la versión de que en las tumbas de Lauri, San Miguel y Pisquillo, las piezas grandes de cuchimilcos se hallaban en pares y frente al personaje enterrado. También se encontraban a la derecha e izquierda del fardo. Y esto es precisamente lo que se puede ver en el moderno museo ubicado en la plaza mayor de Chancay. Un enigma que preocupa a los arqueólogos es que en las tumbas más antiguas se hallaron cuchimilcos con parejas (hombre y mujer) perfectamente diferenciados por sus genitales. Pero en las más recientes solo se encontraban figuras femeninas. Lo más importante, empero, es su valor simbólico y cultural: "En anteriores juegos panamericanos, las mascotas fueron diseñadas como representaciones de animales y plantas que expresaban el espíritu de la nación organizadora. Mientras que 'Milco' es un personaje mítico prehispánico que tiene como misión trasmitir los mensajes y valores del deporte. Es un personaje que tiene su propia historia, con un origen ancestral que proviene del concepto ritual para la prosperidad y bonanza de la sociedad que los creó y, sin equivocarnos, puede ser en un excelente embajador de la herencia milenaria de nuestra historia", sostiene el arqueólogo. En todo caso, Milco es un personaje que no solo conecta a los deportistas que competirán en los Juegos Panamericanos de Lima. También conecta el pasado milenario de Lima con su presente y su futuro.