El delantero Miguel Curiel llegó al Cusco con la promesa de hacer goles y anotó su primer tanto con los rojos ante Melgar en el último partido amistoso que ambas escuadras sostuvieron. El atacante del Papá está motivado y quiere seguir en ese camino.
“Yo creo que los delanteros se deben al gol, es el trabajo de uno, pero me mantiene contento y más de cara al inicio del torneo”, dijo.
Sobre las fricciones que se dejaron ver en los partidos amistosos, tanto en Arequipa como en Cusco, el delantero del cuadro cusqueño considera que es parte del momento y que los golpes no lo amilanan: “Eso venía desde el partido anterior en Arequipa y más hacia a mí, pero eso me tiene sin cuidado, a mí me pueden golpear 50 000 veces y yo no me quejo”.