Natalia Málaga se mostró muy afectada por la partida de Man Bok Park. La exvoleibolista utilizó su cuenta en Facebook para escribirle una carta a quien en vida fue como “un padre” porque la cuidó a ella y a sus compañeras como si fueran sus hijos legítimos.
“¿Qué te puedo decir, Míster?”, se lee en la primera parte de la nota que Natalia Málaga publicó en su cuenta oficial de Facebook.
Málaga se mostró consternada por la partida del surcoreano Man Bok Park, quien este jueves falleció a la edad de 83 años.
“Solo puedo agradecerte toda mi vida, que por ti soy quien soy, gané lo que quise de tus manos, nos llevaste por el camino indicando y acá seguimos, respetando y cumpliendo tus enseñanzas”, agregó la exvoleibolista.
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“Nos nos dejaste a tres días de jugarnos una medalla de oro. Nos dijiste que la buscaríamos y que si la conseguíamos querías volar. Lo que nos dejaste fue oro y hoy te tocó volar dejándonos con el mismo dolor de aquel día...”.
“Si estuvieras estos momento con nosotras nos estarías diciendo: ’Porqué llorando chica tonta’. Llorando porque eras un padre más para nosotras, nos cuidaste igual que a tus hijos legítimos, por eso te lloramos y te recordamos toda la vida hasta juntarnos allá donde estás...”, recordó Natalia Málaga.
Man Bok Park último deseo
Una madrugada de 1988, el Perú entero vibró a miles de kilómetros de distancia de una selección peruana de vóley que hacía historia de la mano de Man Bok Park, entrenador coreano que hoy falleció y puso de luto al deporte nacional.
Aquel jueves 29 de septiembre, millones de peruanos prendieron sus televisores esperanzados para ver la final de los Juegos Olímpicos de Seúl ’88 ante la selección de Unión Soviética. El objetivo estaba más cerca que nunca. Días antes, le habíamos ganado nada menos que a Brasil y a China, vigente campeón en ese entonces. El desenlace lo repasamos en esta nota.
Por los partidos en los que Perú había ganado en la previa, llegaba como favorito para llevarse el oro. Sin embargo, el equipo que estaba en frente también venía robustecido y con un técnico conocido años después por su capacidad de motivar a sus jugadoras en momentos claves. Este partido fue un claro ejemplo de ello.
Nuestras representantes tuvieron un inicio de ensueño. Los dos primeros sets los ganaron 15-10 y 15-12. De la mano de Man Bok Park, el equipo destilaba talento y hambre de gloria. El objetivo estaba muy cerca, a solo un set.
Sin embargo, una envalentonada y dura Unión Soviética empataría el partido a dos sets por lado. Su técnico, Nikolai Karpol, se robaba la atención de las cámaras. Su forma de alentar y vitalizar a sus dirigidas, se dice, ayudó a que puedan salir del letargo.
Llegaba el set final que definiría al país campeón de Seúl ’88 y en todo el mundo se vivía minutos de infarto. La selección de voley de Perú, con las indicaciones de Man Bok Park, se puso delante por 13-8. Pero no sería suficiente. El equipo soviético voltearía el partido 17-15. El técnico peruano, sentado, miró a la nada mientras las cámaras lo enfocaban. Estuvimos cerca.