Krzysztof Makowski, renombrado arqueólogo polaco, es reconocido por su vasta experiencia en el estudio de las sociedades prehispánicas de los Andes centrales. Como cofundador de la especialidad de la PUCP, ha contribuido significativamente al campo arqueológico de nuestro país. Desde La República conversamos con él sobre su más reciente publicación: “Dioses y creencias del Perú prehispánico”, bajo el auspicio de la consultora EY.
-¿Cuál es la propuesta de este libro?
-El libro va a tener tres tomos. El primer tomo está consagrado a Cupisnique, Chavín y Moche, al norte. El segundo tomo a Paracas y Nasca. Y el tercer tomo a Tiahuanaco y Wari. He reunido textos escritos en los últimos treinta años.
-¿Y no ocupa a la cultura incaica?
-En el libro hay capítulos relacionados con las fuentes coloniales y por lo tanto con el tema inca, pero no es el objetivo principal. Lo que une todos estos libros, es la preocupación de un arqueólogo para reconstruir las religiones andinas, como una condición necesaria para entender otros aspectos de la cultura material prehispánica. Yo no soy historiador, soy arqueólogo. Por lo tanto, estuve interesado en hacer un ejercicio de manera sistemática: ¿Qué saldría como resultado si tomamos por fuente, no la fuente tradicional de historiador que son las crónicas, los textos judiciales, y otros documentos relacionados con la extirpación de idolatrías, sino los vestigios materiales, la iconografía en particular, que tienen una ventaja grande dado que son de primera mano?
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-Claro. Son fuentes directas..
-Justamente: al adoptar el punto de vista del arqueológo y la metodología de la prehistoria , mi primera preocupación ha sido determinar en cada caso cuál fue el soporte de la imagen y reconstruir su contexto de uso, contextualizarla. O sea, es necesario preguntarse qué funciones tenía esta imagen en el pasado. Si estamos hablando de imagen de culto, como por ejemplo en el caso de la de Chavín o de ídolo de Pachacamac; si estamos frente a decoración de un templo, como es el caso de las Huacas Moche, Cao o Chavín; o si una imagen determinada forma parte de la decoración de una vasija o de un vestido ceremonial o es un geoglifo trazado en la desértica pampa. Son situaciones diferentes. La reflexión sobre el contexto de la imagen permite hacer una debida crítica y preguntarse cómo podemos interpretar las representaciones de seres sobrenaturales y escenas, decodificar sus complejas convenciones y a partir de ello intentar de reconstruir las creencias prehispánicas. ¿Otro problema grave es el referente para lograr esta reconstrucción de la cosmovisión del pasado? En la literatura del tema encontraremos autores que se inspiran en la comparación con las religiones reveladas, como Cristianismo.. Otros se imaginan las creencias y rituales andinos a imagen y semejanza del mundo griego o mundo maya . Un universo de creencias, una cosmovisión diferente de las anteriormente citadas emerge si se tome en cuenta el registro etnográfico de Amazonía o de las comunidades nativas de los Andes.
-¿Se puede hablar de una sola religión andina o se desarrollaron diferentes religiones con características por definir?
-Yo partí del supuesto —que se comprobó luego— de que no podemos hablar de una sola religión andina porque no hay escritura y por lo tanto no hay textos con la visión canónica de los principios de culto que hayan podido servir para difundir y transmitir un solo sistema religioso a través del espacio y, asimismo, mantenerlo vigente en el tiempo. Las fuentes sugieren que creencias variadas, con miles de dioses-huacas fueron venerados simultáneamente en los Andes prehispánicos y su devoción no ha desaparecido con las conquistas de los imperios Huari e Inca. Hay evidencias que los cultos imperiales incorporaban y respetaban a dioses locales, como los incas a Pachacamac, Pariacaca, Coropuna o Catequil..
-¿Tuvieron dioses que eran de carácter universal, que funcionaban como rectores del orden natural o más bien siempre se diferenciaron, según el territorio y las poblaciones?
-La gran pregunta es si, y en qué sentido, podemos utilizar el término ‘dios’, y cuáles son las implicancias del uso de este término que varían según el referente comparativo que uno escoge; porque ¿Qué se está pensando al hablar de dioses andinos? ¿Vale la comparación con Zeus, con un Dios creador transcendental al estilo de Dios cristiano o tal vez con Ra o Ptah egipcio, divinidades que se auto-crearon como la esencia y parte del mundo creado. En los mitos andinos los dioses-ancestros animan y nutren poblaciones determinadas y dan vida a plantas y animales en subsiguientes épocas-mundos. Esto nos lleva a preguntarnos ¿cómo las sociedades del pasado se imaginaban el mundo en cada caso que usamos para hacer comparación con los Andes? ¿Qué tipo de tierra se ha creado?, si es que se ha creado. Y la respuesta a la que llegamos es que primero no nos sirve mucho el concepto de dios trascendental, dios creador de un universo complejo con cielo, tierra e infierno al estilo cristiano, la idea que viene con la conquista. Más bien observamos la vigencia de una creencia en un mundo sobrenatural que atraviesa todas las dimensiones del mundo terrenal. No hay una separación entre lo sagrado y lo profano, no hay una distancia entre lo sobrenatural y lo vivido en la tierra. Mas bien, estos planos se traspasan. Las huacas, los cerros, nevados, rocas, imágenes etcétera están presentes en la superficie de la tierra, miran, hablan, actúan. Lo inanimado tiene vida Esta apreciación mía debe mucho a la información colonial, que nos proporciona pistas para tratar de entender qué significa finalmente la huaca en toda la diversidad de objetos y fenómenos sagrados.
-Si bien existen textos como el Manuscrito de Huarochirí o los Comentarios reales de los incas, ¿qué tanto legitimidad tiene en función de los objetos arqueológicos y las verdaderas culturas y qué tanto tienen de literario?
-Bueno, en realidad, has mencionado fuentes obligadas para el historiador. El arqueólogo también, si así lo desea, puede tratar de terminar su investigación fundamentada en el análisis de las imágenes, de los contextos arqueológicos, como ofrendas, entierros humanos y la arquitectura ceremonial, con la confrontación de las fuentes materiales y las fuentes históricas. Yo también he seguido esta senda. No obstante, uno siempre debe preguntarse si lo que entendieron los informantes de los cronistas y los cronistas mismos realmente es verosimil y aceptable. Obviamente, no se trata de textos comparables con códices indígenas mesoamericanos. No son textos que tienen un registro objetivo de lo que pensaba y creía la gente de los Andes. La mayoría de los textos españoles fueron escritos al apoyo del proceso de evangelización, incluyendo la activa erradicación de las “idolatrías”. Inicialmente los evangelizadores se preguntaban si los nativos tenían un presentimiento de Dios verdadero o no (Primer Concilio Limense), luego si los conceptos indígenas pueden servir en la tarea de la cristianización (Segundo Concilio) para concluir finalmente que ninguna creencia nativa es rescatable como quedó establecido en el Tercer Concilio. En este contexto no debe sorprender que las fuentes históricas están muy distorsionadas y requieren siempre de aguda crítica interna.
¿Cree que hay algún texto para hacerse una idea general de la mitología prehispánica?
Los agudos e inspiradores textos de María Rostworowski, Pierre Duviols y de Franklin Pease, entre otros, permiten al lector apreciar los problemas de la reconstrucción de las creencias andinas. Yo recomiendo a mis estudiantes como una buena introducción, el Manuscrito de Huarochirí. Ahora, claro no es necesariamente la perspectiva que puede ser extrapolable a todos los Andes. No obstante, es una fuente indígena que presenta las creencias y las tradiciones de los Checa..
-Usted habrá notado que hay un mayor interés siempre por lo Inca sobre las otras culturas precolombinas ¿Qué tan cierto o falso es que la cultura Inca haya sido más desarrollada o más importante que el resto? -Bueno, la noción de la cultura inca denota f una etapa final de una muy larga historia previa; la formación de la cultura inca en buena parte cosmopolita implica es una síntesis por un lado, y la afirmación de idiosincrasias por el otro. La conquista por las huestes de Sapan Inca del vasto territorio centro, norte y sur-andino no ha borrado del mapa cientos de identidades e idiosincrasias locales, parcialmente reconocible en los mapas confeccionados por los lingüistas. Por lo contrario, luego de la conquista inca, las culturas regionales se siguen desarrollando, idiomas y dialectos variados se siguen hablando, las idiosincrasias se siguen afirmando y los cultos locales siguen floreciendo en este gran territorio poblado por aproximadamente ocho millones de habitantes.
Para encontrar la versión digital del libro Dioses y creencias del Perú prehispánico de Krysztof Makowski hacer click en el siguiente link: https://www.ey.com/es_pe/growth/la-historia-en-ey