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Cultural

Puno sí es el Perú: La Candelaria

Tres poetas puneños narran la importancia de la Festividad de la Virgen de la Candelaria.

larepublica.pe
Fiesta religiosa. Expresa las manifestaciones tradicionales de la cultura viva que caracterizan a las comunidades aimaras y quechuas de Puno. Foto: difusión

En medio de los vibrantes colores, la música contagiosa y las danzas que inundan las calles de Puno durante la Festividad de la Virgen de la Candelaria, emerge un aspecto aún más profundo y significativo: las palabras que brotan del alma de los poetas locales. Este año, la celebración cobra una importancia aún mayor, pues marca el regreso triunfante de una tradición arraigada en lo más profundo del corazón andino, después de dos años de ausencia forzada. La Festividad de la Virgen de la Candelaria es, sin duda, uno de los eventos culturales y religiosos más destacados a nivel nacional e internacional. Lamentablemente, el año pasado la celebración fue interrumpida debido al conflicto. Las protestas sacudieron a Puno, en un contexto de crisis política y social a nivel nacional,  e impidieron que la Festividad de la Virgen de la Candelaria se llevara a cabo. Este año, la ciudad retomó su tradición con fuerza y determinación. Entre las multitudes y el fervor religioso, tres poetas locales fueron testigos y narradores de festividad.

Luis Pacho

Aymaras y quechuas, pobladores de la selva y el altiplano, personas adultas y niños, de la ciudad y el campo, se movilizaron masivamente a la ciudad de Puno para participar en la festividad de la Virgen de la Candelaria, uno de los eventos culturales y religiosos más importante de Sudamérica. En las dos semanas siguientes que empiezan desde las vísperas del 02 de febrero, se llevan a cabo una serie de actividades como la entrada de qhapus, la solemne misa en honor a la Virgen de la Candelaria, elección de “Miss Folklore Puno 2024”, recepción de bandas de músicos, concurso de danzas, paradas, cacharparis o fin de fiesta de cada conjunto, etc., etc. A ello hay que sumar las actividades culturales conexas, caso, las exposiciones de caretas, fotografía, pinturas, conversatorios, incluso, presentación de libros alusivos a este acontecimiento. Esta fiesta, al ser una muestra el sincretismo católico y de la cosmovisión andina, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, el año 2014. Hay que resaltar que a esta celebración asisten danzarines de diferentes partes del país, personalidades de la cultura, figuras de la televisión y uno que otro político.

En el presente año 2024, esta festividad se llevó a cabo después de tres años. Recordemos que la pandemia del Covid 19, impidió que se lleve adelante los años 2020 y 2021. Asimismo, en el año 2022, no se realizó por el conflicto social, debido a los fallecidos y heridos en Juliaca del 09 de enero y de los demás lugares del departamento. Por esta última razón, muchos conjuntos en sus coreografías o pasacalles del presente año han mostrados su solidaridad con este trágico acontecimiento. Y por eso mismo y debido a la presión de la población, no participaron la Asociación Cultural Incomparable Gran Diablada Amigos de la Policía Nacional del Perú y la Asociación Folclórica Diablada Centinelas del Altiplano del Ejército del Perú.

Historiadores como René Calsín, señalan que la devoción a la Candelaria en Puno empieza desde la colonia, teniendo como fuente para ello las crónicas y otros documentos que obran en bibliotecas, archivos personales y el Archivo Departamental de Puno.

La fastuosidad Y diversidad de danzas y cantidad de danzarines maravilló a nuestro escritor José María Arguedas, que, el 02 de febrero de 1967, estuvo en Puno formando parte del Jurado del III Concurso en Homenaje a la Virgen de la Candelaria, de los que fueron parte, personalidades como: David Frisancho Pineda, J. Alberto Cuentas Zavala y Víctor Villar Chamorro, entre otros. Además de deslumbrarse por la belleza del Titicaca, escribió varios artículos sobre Puno, especialmente aquel producto de su asistencia a la Candelaria, en que relievó a Puno, como “La otra capital del Perú”. Por ello se conoce a Puno, como la capital folklórica del Perú.

Los días sábado y domingo 03 y 04 de febrero de 2024, se llevó el concurso danzas de autóctonas o danzas originarias, en el estadio de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno; y, la parada por las calles de la ciudad. El presente año participaron un total de 127 conjuntos, siendo ganador con un puntaje total de 88.68 puntos, el conjunto Asociación Cultural Unucajas de Azángaro, del norte de Puno, seguido de la Asociación Cultural Chacareros Fuerza Aymara Yanaque-zona lago del distrito de Acora, la Asociación Cultural “Chunchos de Esquilaya” de la provincia de Carabaya, la Agrupación Cultural Unucajas Santa Cruz José Domingo Choquehuanca de la provincia de Azángaro, etc.

Por su parte, el concurso de los conjuntos de trajes de luces o danzas mestizas se llevó en el Estadio “Enrique Torres Belón”, los días domingo 11 de febrero y la veneración y/o parada los días lunes y martes 12 y 13 de febrero respectivamente. Fueron un aproximado de 85 conjuntos que hicieron derroche de color y belleza. Al final, el conjunto Morenada Laykakota resultó ganador con un total de 86.32 puntos, seguido de la Confraternidad Morenada Santa Rosa y la Poderosa y Espectacular Morenada Bellavista. Todos estos conjuntos son tradicionales en Puno y están conformados por cientos de danzarines.

Como se sabe, en los meses de enero y febrero, en Puno llueve intensamente. Pero ni la lluvia ni el cansancio han impedido que los integrantes de los diferentes conjuntos dancen y veneren a la mamita Candelaria, incluso hasta muy entrada la noche. Sin embargo, la nota colorida la dio el público que se sumó a danzar detrás de las últimas comparsas, a los que jocosamente los bautizaron como: “Los warales”, “Los sin bloque”, “Los de la hora de caballeros”, etc. Un conjunto variopinto de danzarines espontáneos, sin traje ni puntaje ni coreografía; solo llevados por el entusiasmo, las ganas de bailar y la alegría a flor de piel, animado por las copas de más.

No dejó de llamar la atención las largas colas para adquirir entradas para el concurso de danzas de traje de luces, los elevados costos para gozar del concurso en el estadio o en los palcos instalados en calles y avenidas; así como, el cobro por el uso de los servicios higiénicos en el estadio.

¿Los saldos? Un lamentable accidente de tránsito que dejó dos fallecidos, que esperaban recoger sus trajes para participar del concurso de traje de luces, cientos de cajas de cerveza consumida, ingente cantidad de cerveza consumida, uno que otro danzarín lastimado por el esfuerzo o una caída, etc. Al respecto, nuestro escritor Omar Aramayo, señala enfáticamente: “Dos millones de cajas de cerveza como ríos correrán por las calles de Puno, luego la lluvia se encargará de los residuos, y el lago sagrado pagará el pato. Y Backus y Jhonston cargará con el capital erosivo para la región, el bollo, en menos de 15 días. Muchos piensan que los mineros informales, los traficantes de coca, y los contrabandistas, sostienen el dispendio. No es así. También hay gente honrada, digna y hermosa, que ahorra durante todo el año y llegado el día saca de la suya. En realidad, los dueños de la fiesta no son los dirigentes de la Federación Folklórica, los pavos, los dueños son los obreros, artesanos, campesinos, estudiantes, comerciantes y los profesionales independientes, ellos son los que contratan y mantienen a las bandas de músicos, pagan el alquiler de los trajes, sus propias subsistencias”.

Estos días son los famosos cacharparis. Es decir, el cierre y/o despedida de los conjuntos, hasta el próximo año. Luego de la respectiva misa en el Santuario de la Virgen de la Candelaria, los integrantes de los diferentes conjuntos se reúnen en sus respectivos locales o barrios, para renovar los compromisos, elegir a los integrantes de la directiva del conjunto o de los bloques, así como los alferados del próximo año

Walter Jilapa Santander

 La región Puno fue reconocida oficialmente, el 7 de noviembre de 1985, como la Capital del Folclor peruano, en mérito a sus más de 350 danzas que conjugan tradiciones ancestrales y mestizaje expresadas en baile, música y arte interpretados con alegría y sentimiento desbordante que han cruzado fronteras dentro y fuera del Perú. El culto a la Virgen de la Candelaria de Puno surge con una leyenda popular que se origina en 1675, cerca la mina Laykakota. Según dicha narración, el español José Salcedo mandó a destruir las casas de los mineros, pero desistió porque observó a la Virgen María luchando contra un demonio que asolaba la mina. Por el fuego observado en la mina en esta lucha en la que vence la madre de Jesús, habría nacido el culto a la Virgen de la Candelaria de Puno y con ello se empezó a representar a los diablos de la manera como se hace hoy en día. Una de las danzas puneñas más emblemáticas es la Diablada, expresión del sincretismo religioso andino-cristiano que representa la lucha entre el bien y el mal. Su origen se remonta a 1577, cuando los jesuitas se establecieron en Juli, actual capital de la provincia de Chucuito, donde en los días festivos cristianos se presentaban comedias y autos sacramentales. A través de estas manifestaciones teatrales los misioneros jesuitas enseñaron al pueblo aymara los siete pecados capitales a modo de danza, y cómo los ángeles vencen a los demonios.

Fernando Chuquipiunta Machaca

En honor a la Festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno, se desarrollaron, durante un mes, una serie de actividades culturales y religiosas, en la ciudad lacustre, donde se deslumbró el color, la música y luces; además, la elegancia, magia y armonía de sus danzantes no fueron ajenos a los ojos del público exigente. Considero vital afirmar que la mayor fiesta religiosa y popular de la región Puno ha generado una gran expectativa entre los danzarines, turistas y devotos, que después de tres años volvieron a la majestuosa celebración, en honor la Virgen de la Candelaria de Puno. Esta fiesta religiosa, sin duda alguna, expresa las manifestaciones tradicionales de la cultura viva que caracterizan a las comunidades aymaras y quechuas de la región Puno, que contribuyen a la identidad regional y nacional, y que se han combinado con las tradiciones católicas heredadas de generación en generación. No cabe duda de que la región Puno tiene más de 350 danzas destacadas por su tradición, ejecución, vestuario y música originales.