En “La entrevista”, Paola Ugaz conversó con Malcom Malca Vargas, director y dramaturgo, autor de la obra de teatro que refleja el caso judicial denominado “Monstruo de Armendáriz”.
- ¿Cómo nace escribir una obra que revisita el pasado, que hace que nos volvamos a ver en ese espejo que muchas veces no queremos vernos?
Mi relación con el teatro es sobre averiguar un poco más de mi mismo y del lugar dónde vivo, la sociedad a la que pertenezco. Ante esa lógica, hay muchos casos que me han parecido interesantes, paradigmáticos y uno de ellos era el del “Monstruo de Armendáriz”. Había escuchado cosas siempre un poco dispares y, en algún punto, en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, empieza un proyecto en el que nos invitan a dos directores para hacer obras de teatro.
Les propongo investigar un poco sobre el caso del “Monstruo de Armendáriz”. Me parecía que podía ser un paradigma interesante de cómo la sociedad es un espejo de la discriminación, el uso mediático desde el Gobierno, del uso político de la justicia. Para pasar del plano de la experiencia universitaria a un montaje profesional, el Centro Cultural de la Universidad del Pacífico acepta el proyecto, producirlo y me hago cargo de una rescritura solo de la dramaturgia.
- ¿Qué buscas causar entre los jóvenes que acuden a ver la obra?
La discriminación es un tema que creo nuestra sociedad no está preparada para dialogar. Para gritarnos entre nosotros sí estamos súper dispuestos, para agredirnos, pero para hablar de manera seria, sincera e inteligentemente de la discriminación, aceptar que somos una sociedad discriminadora no. Para eso está hecha la obra y también para hablar de la gobernabilidad y política en el Perú.
La obra está atravesada por una relación con un partido político que es el Apra, por su puesto, es una ficción, pero toma recursos de la realidad. Una de las cosas que a mí me parece muy paradigmática es la falta de coherencia.
Es muy interesante ver cómo el Apra empieza a ser un partido que propone la anarquía. Hablamos de que a inicios del siglo 20 ya la política peruana funcionaba muy mal. La anarquía era una posibilidad y mucha gente se trepa al carro del Apra por eso. Luego se vuelve de izquierda, izquierda moderada y el mismo Víctor Raúl Haya de la Torre publica un libro en donde habla de reconciliarse con la oligarquía, la derecha radical.
Más allá de ser de izquierda o de derecha, lo importante aquí es ver la incoherencia de los partidos políticos. En la historia del Apra se visualiza muy bien y por eso lo usamos.
- ¿Cuáles son los mensajes que han recibido a raíz de la obra?
La gente aprecia mucho de que se esté contando una historia que grafica como muchas veces la justicia de nuestro país no se aplica desde la lógica del derecho; sino desde la lógica de los intereses políticos. Eso los motiva mucho a ver la obra.
Además, se cuenta una historia particular de este hombre, Jorge Villanueva Torres que, aparentemente, por los datos que da la prensa (es culpable). El expediente judicial no existe, está perdido. Se hizo todo lo posible para obtener el folio, pero no existe. Entonces ver la historia de este hombre y de su abogado resulta conmovedor y movilizador.