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Cultural

Marco Zileri: “Todas las guerras son confusas, la de nuestra emancipación no fue distinta”

El periodista ha publicado Parte de guerra. Noticias de último minuto de la independencia del Perú (1820–1821), compilación de textos difundidos en el diario La República sobre la lucha por la emancipación de nuestro país.

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El libro estará en librería a partir del miércoles 11 de mayo. Foto: Gerardo Marín/La República

Es un libro donde los historiadores de hoy se han convertido en cronistas de guerra. El periodista Marco Zileri ha publicado el libro Parte de guerra. Noticias de último minuto de la independencia del Perú (1820 – 1821) (Planeta), una compilación de artículos que el diario La República publicó semanalmente en las mismas fechas en que estos hechos ocurrieron, hace 200 años exactos. Así, cada artículo es, efectivamente, un parte de guerra, que además incluye un código QR, que vincula a entrevista de los historiadores.

Para ello, Zileri convocó a 37 reconocidos historiadores, quienes, en base de la Cronología de la independencia del Perú (2016), trabajo de la historiadora Margarita Guerra, marcó el ritmo de la publicación de esta saga periodística, ahora convertido en un libro, una especie de memoria rápida para comprender nuestra independencia.

Eres periodista, ¿te asaltó vocación de historiador?

(Risas). Mi esposa es historiadora. Yo creo que, definitivamente, el periodismo tiene que ver con la historia. Los periodistas somos artesanos de la historia. Vivimos en el presente, pero cuando nos remontamos al pasado, es interesante la confluencia.

Claro, los cronistas de la conquista, cuyos textos valen mucho o son historia, eran los periodistas de esa época...

En efecto. En realidad, en este libro lo único que he hecho es aplicar el oficio nuestro, el periodismo, para darle un ritmo, la secuencia cronológica de los acontecimientos, el trepidante ritmo de los acontecimientos. La guerra de la independencia fue de tal magnitud que hemos podido publicar cada semana, genuinamente, eventos muy grandes y muy importantes que coincidían con nuestros días. Algunos tenían que ver con, evidentemente, el desplazamiento de tropas o el enfrentamiento de los rivales, pero también derrotas por la adrenalina de la victoria. También la participación de las mujeres, los espías, los ideólogos, los Riva Agüeros, los Torre Tagle.

Parte de guerra tiene el subtítulo “Noticias del último minuto de la guerra de la independecia del Perú”. Sin dejar de ser historia, hay un manejo periodístico...

Claro, porque todos esos textos obedecen estrictamente al sentido cronológico de los acontecimientos tal como ocurrieron, de manera, como explicaba, una semana pudo haber sido relativamente tranquila y la siguiente semana, fenomenal, y sí, etc., etc. Y esos hechos son reales, absolutamente ciertos. Todo lo que ahí se dice, todo los títulos que uno levantó, como levantamos la noticia, son hechos que se dieron exactamente en esa secuencia.

En la presentación dices que estos hechos pudieron haber sido una primera plana...

Bueno, imagínate, como noticia, por supuesto. El plagio del presidente Castillo es un chancay de a veinte comparado con la llegada del general Juan Antonio Álvarez Arenales o el desembarco de San Martín con cinco mil hombres en Paracas. Y otro hecho, en ese año, en noviembre, toman el buque escuadra, el “Esmeralda”, en la rada del Callao en una operación que fue el Chavín de Huántar del siglo XIX. Impresionante, en una noche murieron 250 personas en un ataque de noche anfibia, pero anfibia de esa época, es decir, a puro remo.

El formato de los artículos son breves, ¿funcionan como una especie de memoria rápida sobre nuestra historia?

Son, en efecto, partes de guerra, digamos, muy ejecutivos, pero escritos por especialistas, por historiadores. O sea, lo que hizo La República conmigo fue convertir a un historiador en un neurótico periodista. Pero sí, en efecto, la idea es textos cortos, pero todos certeros, todos corroborados, lo cual no significa que, por supuesto, las dudas y las incertidumbres del presente, pasados 200 años, en algunos casos, siguen siendo vigentes y sigamos preguntándonos qué fue lo que realmente pasó. Es la profundidad, el enigma, el azar de la historia. Sí, la idea es, textos certeros, todos escritos por gente que realmente conocía la historia. Breves, para que el lector común y corriente tenga una primera introducción al tema en el marco de un ritmo noticioso y que, por supuesto, con ayuda del Internet, todos estos episodios puede continuar la búsqueda.

¿La historiadora Margarita Guerra fue quien planteó la saga de artículos?

No, yo soy el culpable de incorporar a la historiadora Margarita Guerra a este proyecto y después, para nuestra suerte, al Instituto Riva Agüero, y se armó este elenco de 37 historiadores. Margarita Guerra fue la primera, además es la que nos marca el pulso, porque ella en el 2016, junto a los estudiantes de la Universidad Católica, trabajó una cronología de la independencia y que fue publicada en ese año y está ahí, libre, en el Internet. Digo, nos marcó el pulso porque nosotros nos ceñimos a esa cronología. Así sabíamos lo que había pasado semana tras semana y, con toda anticipación, convocamos a nuestros “corresponsales de guerra”, es decir, a los historiadores.

Este libro tiene un código QR, ¿cómo va a funcionar?

Este es un audiolibro versión peruana, porque en, efecto, es un libro en que cada cada capítulo, cada noticia, tiene un QR en el que puedes aplicar tu teléfono y te remite al streaming de La República en donde el autor del artículo te cuenta la misma historia con sus propias palabras.

El libro es un “parte de guerra”, pero también incluye testimonios de guerra, como es el del teniente Ildefonso Álvarez, hijo del general Álvarez. Cuenta que tanto querían la libertad que los soldados se olvidaban que estaban enfermos y abandonaban los hospitales para ir a la guerra.

Exacto. Tremendo. Vale la pena leer toda la memoria de este teniente, que está en Internet. Son historias de Sandokán, ah. Son la maravilla, porque son totalmente narrativas y muy bien escritas, como cuando describe el cruce en la cordillera de La Viuda, donde les cae la nieve y dice: “Difícil explicar las soledades”.

Otro episodio, los ejércitos, peruano y español, trataban de ganarse a los negros como soldados. El esclavo Manuel Santiago decía: “Prefiero servir al rey que a mi amo”. ¿Es una confesión de rencor vivo?

También. Por eso fue tan complejo el proceso de la independencia. En la gesta de emancipación en realidad confluye una serie de sentimientos y no es esa versión simplificada de que llegaron unos chicos que querían hacer la democracia, aunque en esos tiempos no se hablaba de democracia sino de libertades. El ejército peruano estuvo integrado por indios, esclavos y criollos que lucharon contra los realistas hasta el final. Es una etapa de nuestra historia que está bien descrita por un montón de protagonistas y que es muy compleja y que, en el fondo, es expresión de la vida. Todas las guerras son confusas, son miserables, y la guerra de la emancipación no fue distinta.

Los textos son una especie de memoria de lo que nos costó ser libres, pero trayéndolo al presente, ¿podemos decir que nuestra clase política, los peruanos en general, despilfarramos todo este sacrificio, esfuerzo y lucha?

Vivimos en libertad, eso es importante. Pero buena pregunta. Sí, en gran medida, creo que sí. Yo me quedo con las declaraciones de Sánchez Carrión, el “Solitario de Sayán”, que dijo: “Los peruanos debemos amar y respetar a nuestras instituciones y a nuestras leyes, debemos ser austeros y moderados, solo así seremos libres”. Eso es lo que yo creo que está faltando a los peruanos. La independencia fue una guerra donde la gente moría, en algunos casos, a punto de cuchillo. Mira, en la batalla de Ayacucho murieron dos mil personas en dos horas. Ahora que escuchamos las noticias de la guerra de Ucrania, ¡en dónde dicen que en dos horas han muerto dos mil! En la batalla de Junín, 450 en 45 minutos. ¡Y no se disparó un tiro! Gente poniendo el pecho en circunstancias más increíbles por un ideal.

Tantas muertes y ahora, como dice el Solitario de Sayán, no respetamos las leyes, no respetamos las instituciones...

Pero menos mal hay quienes sí la respetan. Vivimos hoy en libertad que fue el ideal de la independencia. Eso es un mérito y un compromiso.

El dato

Marco Zileri