El proyecto denominado The Urban Threat Dispersion (UTD) fue elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de la ciudad de Nueva York y tiene como fin preparar a la ciudad estadounidense contra el impacto de cualquier tipo de agentes químicos y biológicos. La estrategia, elaborada por un equipo de investigadores y agentes federales, consiste en liberar gases “no tóxicos” en cinco puntos claves de la ciudad, incluidos parques y estaciones de metro.
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El objetivo final del esparcimiento será simular “la liberación de aerosoles de un agente biológico en un entorno urbano densamente poblado” para que luego los científicos puedan recoger y analizar las muestras de ese aire y los materiales que se depositan en el suelo y otras superficies tras la dispersión del gas.
“Los resultados de estas pruebas se utilizarán para aprender más sobre la relación entre el flujo de aire en el nivel de la calle y los entornos subterráneos”, detallaron las autoridades.
El proyecto incluye la liberación de “bajas concentraciones de materiales trazadores de partículas y gases seguros” en el marco de los programas de Dispersión de Amenazas Urbanas (UTD) y el de Banco de Pruebas de Defensa Química y Biológica (CBT).
Asimismo, los resultados finales serán usados para informar a los funcionarios de gestión de emergencias sobre la mejor forma de actuar si es que la ciudad se ve envuelta en un atentado terrorista. Este tipo de experimentos se han realizado ya en otras ciudades. En el 2016, se llevaron a cabo pruebas similares en Washington y en Boston.