Agencias

"Lo encontraré": la angustiada búsqueda de migrantes desaparecidos en el Canal de la Mancha


A medida que aumenta el número de migrantes muertos intentando cruzar el Canal de la Mancha, entre Francia y Reino Unido, la lista de desaparecidos se alarga inexorablemente. Dos semanas después del naufragio de su embarcación, el sirio Osama Ahmed sigue buscando a su padre.

"Vivo con la esperanza de encontrarlo. Si Dios quiere, lo encontraré", asegura a la AFP este joven de 20 años, rescatado por los equipos de socorro en octubre, durante uno de los tantos naufragios mortales que se multiplican entre Francia e Inglaterra desde 2018.

La familia de Osama huyó de Siria hace 13 años para instalarse en Turquía. Dos de sus hermanos ya lograron llegar a Inglaterra.

Pero en un intento por reunirse con ellos hace dos semanas, el bote se hundió a dos kilómetros de la costa francesa y Ahmed Ahmed, su padre, "el hombre más amable del mundo", desapareció en el naufragio.

Con su rostro juvenil enmarcado por una barba rala y ojos brillantes bajo largas pestañas, Osama cuenta en una casa donde lo acoge una asociación en Calais, puerto en el Canal de la Mancha, los esfuerzos para localizar a su padre, cuya muerte sigue siendo para él inconcebible.

La vida del joven parece haberse detenido en la noche del 22 al 23 de octubre.

Padre e hijo intentaban por tercera vez cruzar a Inglaterra, como lo han hecho más de 30.000 migrantes desde enero.

A la señal de los traficantes, el grupo de unas sesenta personas, oculto en las dunas, corrió hacia un bote que ya flotaba, cuenta Osama, pero apenas habían recorrido un kilómetro cuando el agua comenzó a entrar.

El grupo intentó regresar pero los traficantes en la playa los obligaron a continuar mar adentro, relata Osama. Según él habían prometido chalecos salvavidas, pero al momento de partir les dijeron que estaban dañados.

El bote finalmente se desinfló y todos cayeron al agua.

- Anillo grabado -

Durante la primera media hora Osama y su padre se mantuvieron juntos, pero cuando la embarcación se deshizo, quedaron separados en la oscuridad y el pánico.

Dos ferris pasaron cerca de ellos antes de que los servicios de rescate llegaran al lugar, detalla.

Una mujer y dos hombres fueron encontrados muertos, pero la diferencia entre el número de sobrevivientes, 45, y la cantidad más alta de pasajeros mencionada por los testigos hace temer más desaparecidos.

Desde ese naufragio, a la que se suman otras tragedias posteriores en el Canal de la Mancha, se encontraron nueve cadáveres en el mar o en las playas del Paso de Calais.

Con quemaduras provocadas por el agua salada y el combustible, Osama fue hospitalizado. Al despertar preguntó dónde estaba su padre y comenzó a buscarlo, sin éxito, en comisarías, hospitales y en la Cruz Roja. Sin éxito.

El joven describió a la policía su ropa y el anillo con su nombre grabado. También le tomaron una muestra de ADN.

Con cada cuerpo encontrado, teme recibir la noticia de que es su padre. Mientras espera novedades todos sus planes de vida están en pausa.

Según Jeanne Bonnet, cofundadora de la asociación La Margelle, los servicios que podrían ayudarlo en su búsqueda son poco accesibles.

"Nos pasan de un sitio a otro", y, como en el caso de Osama, "somos nosotros (familiares y asociaciones) que debemos ir en busca de la información", lamenta.

También se indigna de que no se haya ofrecido alojamiento al joven, traumatizado y herido, al salir del hospital. Volvió a vivir en un campamento hasta que las asociaciones lo identificaron y lo acogieron en La Margelle.

Desde el 1 de noviembre, a pesar de las temperaturas en descenso y la niebla, cerca de 1.200 migrantes llegaron a las costas inglesas en "small boats" (botes pequeños), según cifras oficiales británicas.

Al menos 60 personas murieron en el Canal de la Mancha desde el 1 de enero, sin contar los cuerpos encontrados recientemente y los desaparecidos, lo que convierte a 2024 en el año con más pérdidas humanas desde 2018.

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