No hay excusas para decirle no a las montañas. Seguridad, aclimatación, naturaleza y altura máxima son algunas buenas razones de echarse a la conquista. De la mano de Rumbos camine por sus cimas épicas y sagradas. ,Noemí Acuña / Revista Rumbos Hemos seleccionado diez montañas. Aquí están las más visitadas, accesibles, inaccesibles y espectaculares. Al escalarlas, muchas veces se confunde el reto y el gusto personal. Algunas son adecuadas para el ciudadano común y silvestre que solo necesita un buen entrenamiento y aclimatación. Otras para lo que ya tienen experiencia. También las hay para los más osados y experimentados. PUEDES VER: Cutimbo: las otras chullpas de Puno Misti (5,822 msnm - Arequipa) Es una montaña volcánica activa que registró su última actividad en 1985, ideal para iniciarse en el andinismo. Es como hacer una caminata en altura, no presenta dificultad técnica, pero si mucha preparación física. El registro de ascensos viene desde tiempos remotos, pero el primero documentado data de1677. Desde su cumbre se tiene un panorama completo de Arequipa y sus alrededores. Y, de paso, se conoce de cerca la geografía, olores y colores de un volcán. Eso sí, aquí el frío es intenso y ni que decir si toca un día de viento. Esto hace que el ascenso al Misti, pese a ser muy sencillo, sea todo un reto. El Misti puede ser coronado por caminantes entusiastas. Foto: Archivo Rumbos Vallunarraju (5,686 msnm - Áncash) Es una montaña no técnica y de fácil ascenso, pero requiere aclimatación previa y una buena condición física. Ideal para iniciarse en la búsqueda de cumbres, pues aquí se realizan la mayoría de cursos de montañismo, escalada en hielo, cursos de rescate en grietas y esquí. El Vallunarraju, cuyo nombre significa 'el nevado de los sueños', se encuentra en la quebrada de Llaca y una carretera lleva a los montañistas prácticamente al campo base. Es factible alcanzar su cumbre en un solo día, aunque lo normal sean dos. En el Vallunarraju se realizan cursos de montañismo y rescate. Foto: Archivo Rumbos Pisco Oeste (5,752 msnm - Áncash) Su pico este es el más alto (5.760 m.s.n.m.), pero sus vertientes escarpadas y difícil acceso hacen que pocos lo escalen. El pico oeste es el atractivo de la Codillera Blanca. La razón, su gran vista panorámica de 360º. Desde su cumbre, una superficie llana, se puede apreciar las principales montañas de seis mil metros. La primera coronación de su cumbre fue lograda por los alpinistas franco-belgas J. Jongen, G. Kogan, R. Leninger y M. Lenoir, el 12 de julio de 1951. La celebración fue con un peruanísimo pisco, y, desde entonces, se le conoce con ese nombre. El verdadero en quechua ya está en el olvido: Mataraju (montaña melliza). Ascenderlo es fácil, por lo que es perfecto para los montañistas primerizos. Cuando fue coronado por primera vez, los montañistas brindaron con pisco. De allí deviene su nombre. Foto: Archivo Rumbos Yanapaccha (5,460 msnm - Áncash) Es una montaña poco conocida, a pesar de ser parte del paisaje que rodea la laguna Llanganuco. Tiene la misma quebrada de acceso que el nevado Pisco, pero no recibe la misma cantidad de visitantes. Yanapaccha significa 'catarata en cerro negro', es casi 300 metros más bajo que el nevado Pisco, pero presenta mayor dificultad para escalarlo. Algunas de sus cortas rampas de 40 a 50 grados de inclinación hacen que sea perfecta para iniciarse en montañas técnicas. Ascender al Yanapaccha toma tres días y requiere instrucción previa en escalada en hielo y uso de técnicas de aseguramiento. Sus pendientes, casi verticales, necesitan habilitar cuerdas fijas. Aún así, es una montaña fácil de subir y no presenta mayor riesgo. Coronar la cumbre del Yanapaccha demora tres días. Foto: Archivo Rumbos Alpamayo (5,947 msnm - Áncash) Su forma piramidal casi perfecta le valió el título de la montaña más bella del mundo en un concurso de fotografía en 1966 en Múnich. Requiere mayor preparación técnica para alcanzar su cumbre. Sus 450 metros de pared, con 60° en promedio de inclinación, son un reto para los montañistas de todo el mundo. Su cara suroeste es la más visitada. Además, de la satisfacción de alcanzar la cumbre y la maravillosa vista, el Alpamayo te regala atardeceres y amaneceres espectaculares. El Alpamayo es considerada la montaña más bella del mundo. Foto: Archivo Rumbos Ausangate (6,372 msnm - Cusco) Situada en la cordillera del Vilcanota, es la cuarta montaña más alta de Perú. Su ascenso requiere experiencia y equipo técnico. Durante los últimos años, han aumentado sus intentos de ascensión, muchos de ellos por la vía acostumbrada que transcurre por la cara sur. Su nombre en quechua significa 'cobre' y es considerado una montaña sagrada. Hasta ahora, es uno de los centros de peregrinación más importantes del Perú. Todos los años llegan miles de peregrinos hasta el lado norte para celebrar la fiesta de Qoyllur Rit'i. El Apu Ausangate es escenario de una gran peregrinación. Foto: Roger Valencia Siulá Grande (6,344 msnm - Áncash) Es considerada una de las más peligrosas del mundo. Famosa por el libro y película Touching the Void (Tocando el vacío) que narra la historia de sobrevivencia extrema vivida por Joe Simpson en 1985. Esta montaña es exclusiva para los expertos en andinismo. Pocos han alcanzado su cumbre, por lo que significa todo un reto en el mundo del montañismo. Usted puede verla e imaginar cómo logró sobrevivir Joe Simpson en una caminata por la Cordillera Huayhuash, donde también encontrará el Yerupajá o el Jirishanka, montañas igual de técnicas. El Siulá Grande es una de las montañas más peligrosas del mundo. Foto: Archivo Rumbos Huantsán (6,395 msnm - Áncash) Es un grupo de cuatro cumbres, tres de ellas superan los 6,000 metros de altitud. El nivel de dificultad de las rutas va desde difícil hasta extremadamente difícil. El Huantsán no es un nevado cualquiera. Sus paredes verticales lo han convertido en el “K2” peruano para los contados montañistas que han intentado coronarlo. Desde que el francés Lionel Terry lo escalara en 1952, muy pocos montañistas han podido mirar desde su cumbre el resto de la creación. Perú, país de montañas, aunque muchas veces las ignoramos. Foto: Archivo Rumbos Chacrarraju (6,108 msnm - Áncash) Es la montaña que presenta mayor dificultad en la Cordillera Blanca. A pesar de ser una de las más visitadas, pocos montañistas han alcanzado su cumbre. La dificultad se presenta por la roca y las pendientes con inclinaciones que varían de 50° a 90°. Lo más temible son sus avalanchas. Estas las han convertido en uno de los nevados más mortíferos de la Cordillera Blanca. La Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA) la considerada una de las más difíciles del mundo. Las avalanchas del Chacrarraju son temibles. Foto: Archivo Rumbos Huascarán (6,768 msnm - Áncash) Es la montaña más alta del Perú y la quinta más alta de sudamérica. Su cumbre se convierte en una de las más codiciadas de los montañistas. Muchos vienen a escalarlo antes de ir a los Himalayas. Requiere buena preparación física y buen uso de materiales técnicos. El ascenso implica paredes de 50 a 60 grados de inclinación. Es la cumbre del Perú. El Huascarán es la mayor montaña del Perú. Foto: Archivo Rumbos