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La Casa de Yuosia

“Y vienen más libros. Adicionalmente a lo publicado, asimismo debe destacarse la impactante puesta en escena, en junio del 2018, de la obra San Bartolo, del Teatro La Plaza...”.

El crítico José Carlos Yrigoyen comentó en El Comercio que, desde hace cierto tiempo, ha aparecido un subgénero narrativo entre nosotros: la literatura sobre el Sodalicio, en alusión al estremecedor y sobrecogedor testimonio de Martín López de Romaña, titulado La jaula invisible (Debate, 2021). Se trata de la mejor publicación que se ha escrito sobre esta organización y su fundador Luis Fernando Figari. La obra ha sido precedida por la novela Sepulcros blanqueados (su primera edición salió en formato cibernético en agosto del año pasado, y varios meses atrás apareció la versión impresa), del psicoterapeuta Gonzalo Cano. O la de Santiago Roncagliolo (Planeta, 2021), aunque esta última, Y líbranos del mal, apenas rasca la superficie del fenómeno, todo hay que decirlo.

Y vienen más libros. Adicionalmente a lo publicado debe destacarse la impactante puesta en escena, en junio del 2018, de la obra San Bartolo, del Teatro La Plaza, dirigida por Alejandro Clavier y Claudia Tangoa. O la dramatización del libro Mitad monjes, mitad soldados, presentado por The Reading Show en el Lugar de la Memoria, en noviembre del 2019, también dirigida por Tangoa.

Pues bien. Para quienes quieran ahondar en el asunto, les recomiendo Descastados (Caja Negra, 2021), del dramaturgo e investigador teatral Alfredo Bushby. El libro contiene nueve piezas dramáticas elaboradas por Bushby (exsodálite, para más inri), entre las cuales hay una, La casa de Yuosia, inspirada en la doble vida de Luis Fernando Figari. El personaje que lo retrata de forma magistral se llama Kunze, superior de Los Caballeros de la Orden de la Kejaritomene (“llena de gracia”, en griego), una sociedad católica peruana que venera a María e idolatra a su líder sectario, cuyos militantes son denominados “jaires” (la palabra griega “Jaire” significa “Salve”). La obra es una suerte de diálogo delirante con una de sus víctimas, Klaus, en diferentes épocas, teniendo como escenario una explanada en la cima de un precipicio sobre un lago, el cual es alternado con un pequeño pero moderno taller de carpintería.

En una parte se enfocan en la canonización de Jordán Luna, “el mejor jaire entre nosotros”. En otra, sobre las creencias y convicciones de los adeptos. La casa de Yuosia imita de una manera deliciosa a Figari. Sus perversiones. Su talante abusivo. Su megalomanía. Su sadismo. Su discurso de feria. Todo está ahí.

El texto de Alfredo Bushby, que tiene algo de venganza, es un genial simulacro de lo que es el Sodalicio. Tanto que, al terminar de leerlo, provoca correr al teatro para quedar en estado de trance.

Pero claro. El montaje, con actores de carne y hueso, y las destrezas y talentos adecuados, no está en cartelera, no se ha llevado a las tablas. Todavía.

Pedro Salinas

El ojo de mordor

Periodista y escritor. Ha conducido y dirigido diversos programas de radio y tv. Es autor de una decena de libros, entre los que destaca Mitad monjes, mitad soldados (Planeta, 2015), en coautoría con Paola Ugaz. Columna semanal en La República, y una videocolumna diaria en el portal La Mula.