Su hallazgo abre la posibilidad para, finalmente, comprender la escritura de los Incas. "Esta es la primera ocasión en que se 'lee' información de los nudos", aseveró.,Casi 1000 ejemplares de quipus se conservan alrededor del mundo. Pese a los estudios que se han sometido a estos artefactos del Imperio Incaico, apenas se sabe que eran usados para llevar la contabilidad, registrar datos de censos, contar historias. Hay un consenso en que representa el lenguaje de los incas, pero nadie ha podido descifrar el sistema de su escritura. Sin embargo, un estudiante de la Universidad de Harvard, ha dado un paso más allá en el camino que empezó recorrer el investigador de la temática precolombina William Burns Glynn, el primero en descubrir que los quipus eran un sistema gráfico de escritura; este murió en 2014 sin poder resolver el misterioso código. PUEDES VER Gobierno español retira a policías de Catalunya Manny Medrano, de 21 años, no es estudiante de arqueología, pero simplemente tiene un gusto natural por los misterios de la antigüedad. Asesorado por el profesor Gary Urton, un experto en estudios precolombinos, lleva años desarrollando una completa base de datos con los diferentes quipus que aún se conservan de la época de los incas. La base de datos se llama Khipu Database Project. Más cerca de resolver la misteriosa escritura "Yo nunca pude comprender el significado secreto de estos sistemas. [...] Manny los descifró, concentrándose en sus colores y en su construcción (con la mano derecha o con la mano izquierda) y su dirección", indicó Urton a Harvard Gazette. "Esta es la primera ocasión en que se 'lee' información de los nudos de un quipu", agregó, para luego informar que la investigación completa será publicada en enero de 2018, bajo el título de Ethnohistory. "Pensamos que el lenguaje es hablado o escrito. Pero el quipu va más allá de ese límite y hace del lenguaje algo que se puede percibir, tocar y manejar con las manos", dijo, en tanto, Medrano a The Boston Globe. El estudiante comparó los nudos de un quipu con un censo español realizado en la misma región de la costa norte de Perú. Entonces advirtió que la cantidad de colores únicos de las cuerdas equivalía a la cantidad de nombres de pila en el censo español. El medio antes citado puso el ejemplo de si había nueve Felipes, todos se indicaban con un color, mientras que los Josés se indicaban con otro color. Un estudio anterior de Urton había establecido antes que el documento español aludía a 132 contribuyentes impositivos de un poblado. Medrano, tras leer el quipu, identificó 132 grupos de cuerdas. "Ahora sabemos no sólo que había seis clanes en el valle, sino también cuál era el estatus de cada clan, y de cada habitante", acotó el estudiante. Medrano fue aún más allá y encontró que las cuerdas y los nudos hablan de los habitantes de Recuay, cerca del río Santa, y por ejemplo, exponen sus divisiones geográficas y sociales.