Turismo de descanso. El valle del Colca no sólo ofrece sus desafíos naturales, también tiene un hospedaje que es considerado como uno de los más lujosos de Sudamérica. Para llegar a él hay que viajar desde Arequipa hasta Chivay y luego a Yanque. Es una suerte de paraíso que combina el confort y paisaje natural., Cuando uno llega al hotel Las Casitas del Colca por una serpenteante ruta, en el ingreso nos espera un trabajador para darnos la bienvenida con toallas húmedas. Sí, necesitamos refrescarnos después de un viaje largo desde la ciudad de Arequipa, donde el bus trepó por las laderas del Chachani hasta la reserva de Pampa Cañahuas y luego descendió a las profundidades del cañón del Colca. PUEDES VER: Turistas no podrán visitar Machupicchu ni Huaynapicchu en abril del 2016 Lo primero que avistamos en el paisaje son construcciones de una arquitectura ancestral, techos a dos aguas, cubiertos de tejas y prominentes chimeneas que apuntan a este cielo azulino indefectiblemente estrellado por las noches -ese espectáculo astral es imposible apreciarlo en ciudades contaminadas como Arequipa. En esas casitas pasaremos la noche. El frío en el Colca golpea a cualquier hora. Son los desafíos de una altitud de 3600 metros. Sin embargo, las habitaciones de la vivienda se encuentran climatizadas a gusto del ocupante. Con una perilla, la temperatura se deja en 20 grados. Condé Nast Traveler, revista especializada en turismo, consideró en 2014 a Las Casitas del Colca como el segundo hotel más lujoso de Sudamérica. Basta recorrer los ambientes para darse cuenta del peso del galardón. Baño de mármol, jacuzzi y duchas encapsuladas en vidrio para apreciar la naturaleza; mientras el huésped se da un chapuzón aprecia un bosque, se crea la sensación de que el duchazo nos lo damos en medio de eucaliptos. Al costado hay un jardín de plantas aromáticas que exudan sus perfumes. Nos alojamos en una casita de 120 metros cuadrados. Esa extensión comprende una terraza con piscina climatizada; el huésped puede sumergirse a cualquier hora y disfrutará de agua caliente. Según el gerente de GH Hoteles, Vicente Rivadeneyra, esta terraza no tiene contacto visual con el exterior, el huésped si desea puede caminar desnudo y nadie lo mirará. El hotel tiene una extensión de 24 hectáreas. Sus linderos llegan hasta el abismo donde el río Colca corta la cordillera para abrirse paso y formar este cañón que aguas abajo tiene una profundidad de más de cuatro mil metros. Hay miradores para apreciar esta falla que desciende desde los andes. Antes de llegar a esos barrancos por caminos bien señalizados, uno puede toparse con los huertos que abastecen a la cocina gourmet que ofrece el hotel. A esta altura geográfica es imposible cosechar zanahorias, pepinillos, sembrar parras de uva, etc. Ese milagro se consigue climatizando el ambiente con biohuertos cubiertos de lonas de plástico que dan la temperatura que necesita cada planta. El personal que trabaja en su cuidado son agricultores de Yanque. El huésped puede pasarla en el hotel todo el día recibiendo masajes en el spa, pescando truchas en el lago, dando de comer a las alpacas, recibiendo clases de preparación de pisco sour o cocina. El concepto de Las Casitas del Colca, nos dice Vicente Rivadeneyra, es mezclar el concepto naturaleza y lujo. Confort en medio de un paisaje geográficamente agreste. Después de un día de intensa actividad, dormimos con los calores del fuego de la chimenea y despertaremos con el sonido de las aguas que descienden hasta el río Colca. Ampliarán su oferta Los propietarios de este hotel son esencialmente capitales arequipeños. Pertenece al grupo Quimera Holding Group y es operado por GHL Hoteles. El establecimiento capta fundamentalmente a turistas de otros países que encuentran sosiego en este espacio. Vicente Rivadeneyra anuncia que pronto se abrirá promociones para turistas arequipeños con tarifas preferenciales. Cualquier información adicional, el interesado puede consultar al correo reservas.casitasdelcolca@ghlhoteles.com ,