Nació en Bogotá, en 1963. Es una bióloga transgénero, experta en temas ambientales y biodiversidad. Actualmente es directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt., Bióloga y mujer transgénero, directora del Instituto de investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, quizá el ente científico más importante de Colombia, Brigitte Baptiste es experta en temas ambientales y biodiversidad. La diversidad. Esa palabra, esa idea. Esa posibilidad. “Es el recurso más importante para desplegarnos infinitamente en la existencia y darle sentido –agrega Brigitte–. Es la fuente de un acto estético permanente”. Desde que en Colombia se aprobara la Ley de Identidad de Género y el matrimonio igualitario, muchos más pueden seguir desplegándose infinitamente en ese país. En el Perú no, pero no nos doblegarán tan fácilmente. Brigitte nos anima. ¿Hoy quién quieres ser Brigitte? La que estoy siendo… ¿El cuerpo puede ser imaginado infinitamente? Por supuesto, y sucederá en pocos años, con nuestros cuerpos extendidos por la red, intervenidos por nanotecnologías. ¿No es la biología algo superado cuando hablamos de la construcción de identidades de género diversas? ¿Cómo se relacionan tus dos facetas, la de bióloga y trans? La biología está superada como fuente de determinación, pero seguimos siendo sujetos orgánicos, por eso la noción de identidad es una construcción deliberada del cuerpo que bebe de la historia y utiliza referentes anatómicos para construir sentido narrativo: no tendría mayor gracia transformarnos en un diplopodo, para citar cualquier ejemplo, de no mediar la intención sensible o erótica en ello. ”Es muy triste no poder existir”, es una frase tuya. En Colombia acaba de aprobarse el matrimonio igualitario, uniéndose a toda una nueva corriente en el continente. ¿Cómo se consigue eso? ¿A quién hay que matar? Matar, a nadie, ¡faltaba más! Pero sí disparar algunas salvas en el rostro de quienes no solo creen tener todas las respuestas (allá ellos) sino que quieren imponerlas al resto, lo cual es un acto de discriminación y contrario a la idea misma de democracia, que tanto pregonan para defender otras libertades. Ante esto, seguir argumentando, respetuosamente, apelar a la desobediencia (nadie interfiere en mi cuerpo sin mi consentimiento, y ello incluye mi relación de pareja o familia). Hay una serie magnífica que no sé si has llegado a ver, se llama Transparent y la protagonista Maura (ex Morton), es una persona transgénero a la que le atraen las mujeres y que ha hecho su transición con todas sus dificultades. Tú eres hoy legalmente una mujer y compartes hoy tu vida con una mujer, con la que estás casada y tienes dos hijas. ¿Qué ha sido lo más difícil? Lo cierto es que las categorías LGBTI son útiles para defender el derecho a la diferencia, pero no para construir una noción radical de libertad de género, que conlleva inevitablemente al cambio total de roles, haciendo imposible e inservible definirlos. Al final, la única categoría que es legal y culturalmente relevante es la de persona libre que escoge sus maneras de manifestarse y expresar amor o deseo, lo demás hace parte de la plasticidad de la existencia y solo tiene implicaciones éticas y estéticas. Las decisiones que estamos tomando muestran las limitaciones con las que manejamos conceptualmente nuestro comportamiento, claramente como un resultado del miedo a ser, políticamente impuesto: ¿cómo llamaríamos al amor de una persona transgénero por otra? ¿Hiperlesbianismo? ¿Homosexualismo anticiclónico? El lenguaje demuestra la derrota de la mentalidad estrecha... Según contaste en una entrevista, celebraste tu quinceañero tres veces a los 45 años porque cuando los tuviste de verdad aún no eras mujer. ¿Cómo reírnos de cosas que fueron trágicas? Claro, es que para eso están el género y la sexualidad: para explorar y gozar las posibilidades de ser y experimentar el cuerpo sin perjudicar a nadie. Soy Brigitte porque nací en 1963 y mis referentes culturales de lo femenino provienen de allí, no fui educada en un colegio femenino ni religioso, nací en Bogotá no en Lima, crecí mirando telenovelas y admirando la revolución feminista, en fin, como yo, solo yo... ¡Y no hay remedio: cada quién es única! Y se me pasó el quinceañero de Brigitte por estar trabajando demasiado, quien lo creyera. No creo que haya en el Perú un personaje trans de tu relevancia pública, de tu visibilidad. Aquí la discriminación es salvaje con las personas transgénero. ¿Nada mejor para hacer activismo por la causa que estar fuera y muy arriba? Bueno, es una consecuencia de asumir en lo público las convicciones y tensiones del cuerpo, producidas naturalmente por su posición en medio del mundo, la cultura y las instituciones: pura ecología. Ahora todo ello me parece más claro, pero tardé décadas en sentirme sólida como para hacer de mi vida el experimento que creo que cada quien debería hacer con la suya. Por eso mi causa no es la transexualidad o el transgenerismo, sino la libertad de ser, con toda la responsabilidad que ello conlleva... Has trabajado también con las plantas amazónicas. ¿La ayahuasca puede ser un camino para aceptarnos honestamente como somos en nuestra identidad, para salir del closet? Sí, la ayahuasca es el ojo más duro respecto a ti misma y creo que es uno de los hallazgos más importantes de la humanidad. Pero debe venir con su maestro, guía o nos puede destruir: a menudo somos otros seres por dentro, pertenecemos a un mundo más amplio y menos individual, y participamos de otros dominios. Nuestro ego nos impide a veces siquiera considerarlo...