Genio y figura. El galardón al cantautor estadounidense ha desatado una oleada de críticas en el mundo, pero también ha recibido encendidos elogios de grandes escritores que consideran que sus composiciones son maravillosas y envidiables composiciones poéticas.,La forma en la que dio la noticia la reputada revista literaria “The Paris Review” grafica las ondas expansivas de la controversia: “Señores escritores, es hora de aprender a tocar la guitarra”. Bob Dylan, el más grande compositor de canciones populares de todos los tiempos, había ganado el Premio Nobel de Literatura. PUEDES VER: Las razones por las que Bob Dylan se llevó el Premio Nobel de Literatura 2016 Dylan será el primero en consagrarse no por la publicación de un conjunto de libros sino por “haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”, según la Academia Sueca. Para el próximo mes, la editorial Simon & Schuster ha anunciado la publicación de todas las canciones de Dylan del periodo 1961 a 2012, un compendio de las composiciones de 33 álbumes, desde Bob Dylan (1962) hasta Another Self Portrait (2013), alrededor de 500 temas. Para entender las razones de su decisión, dicen los académicos suecos, debe escucharse y leerse la obra completa de Robert Allen Dylan, quien adoptó el nombre artístico por el que se le conoce mundialmente, inspirado en el poeta británico Dylan Thomas (1914-1953), una de las más poderosas influencias líricas de su primera época. “Es un gran poeta en la tradición de habla inglesa, un creador increíble y original que encarna la tradición y que por 54 años se ha dedicado a eso, reinventándose constantemente y creando una nueva identidad”, declaró la secretaria permanente de la academia sueca, Sara Danius. Incluso se atrevió a recomendar Blonde on Blonde (1966), uno de los discos clásicos de Bob Dylan. Genio y lírica “Si uno quiere comenzar a escuchar o leer (a Bob Dylan), podría arrancar con Blonde on Blonde, que tiene varios clásicos y es un ejemplo maravilloso de su brillante modelo de rima, de su armado de estribillos y de su pensamiento pictórico”, añadió Danius. Sin embargo, en una encuesta que organizó la revista Rolling Stone entre sus lectores para que elijan la canción favorita de Dylan, salió como número uno “Like a Rolling Stone”, que apareció en el disco Highway 61 Revisited (1965). La composición es un ejemplo del lirismo salvaje de Bob Dylan que retrata con ironía situaciones y sentimientos, o a personas que representan un estilo, una clase, una moda, que no manifiestan quiénes son realmente. Como la muchacha a la que se dirige en la mencionada canción: Había un tiempo en que te vestías muy lindo/ Y lanzabas monedas a los mendigos desde tu balcón/ ¿No era así?/ La gente te decía: “Cuidado, muñeca, que podrías caerte”/ Creías que era pura envidia/ Y te reías de ellos/ Y de todo el que estaba pendiente de ti./ Ahora, ya hablas tan alto/ No pareces estar orgullosa/De tener que reclamar por tu comida/ ¿Qué es lo que se siente? ¿Qué se siente?/ Estar sin casa/ Como una completa desconocida/ De un lado a otro./ No, no se tratan de simples letras de canciones. Son composiciones escritas con el ímpetu de la poesía. De hecho, “Like a Rolling Stone” comenzó como un poema, y derivó en canción por necesidad expresiva. Nacido en Duluth –pero criado en el pueblo minero de Hibbing–, en el estado de Minesota, el 24 de mayo de 1941, el propio Dylan relata en el documental de Martin Scorsese, No Direction Home (2005), que desde muchacho le interesó la poesía, pero no solo la que encontraba en los libros que leía, sino también en las canciones de Hank Williams, Johnnie Ray, Odetta, Muddy Waters y, por supuesto, Woody Guthrie, su ídolo, a quien incluso visitó en el hospital, en septiembre de 1960. Guthrie le regaló su autobiografía, Bound of Glory, que para el joven cantautor fue por mucho algo parecido a una Biblia. Amor y guerra En Nueva York se relacionaría fuertemente con Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Gregory Corso, Lawrence Ferlinghetti y otros integrantes de la Generación Beat, que marcó con fuego la lírica de un compositor y cantante que nunca dejó de lado las grandes causas en sus discos ni en sus versos, como su oposición al conflicto de Vietnam. En uno de sus álbumes más celebrados, The Freewheelin’ Bob Dylan (1963), grabó “Masters of War” (Los Señores de la guerra), una verdadera diatriba antibélica: Como el viejo Judas/Nos mienten y engañan/ Con que vamos a ganar una guerra mundial/ Me quieren hacer creer eso/ Los veo a través de sus ojos/ Y los veo a través de sus cerebros/ Como si viera a través del agua/ Que discurre por mi desagüe./ Ustedes ajustan los gatillos/ Para que otros sean los que disparen/ Luego se largan y solo miran/ Mientras el número de muertos aumenta/ Y ustedes se ocultan en sus mansiones/ Cuando la sangre de los muchachos/ Fluye de sus cuerpos/ Y terminan en una tumba/. David Remnick, director de la revista “New Yorker”, el faro de la literatura y del periodismo moderno, ni bien supo que Bob Dylan había ganado el premio Nobel de Literatura escribió en el sitio web de la publicación para celebrar el acontecimiento: “¡Que suenen las campanas! Se trata de una maravillosa noticia. Claro, hay novelistas que también se merecen el Nobel (sí, señor, Philip Roth, la lista comienza con usted), y hay muchos otros que deberían habar ganado (Tolstoi, Proust, Joyce, Woolf, Nabokov, Auden, Levi, Achebe, Borges, Baldwin... ¿Dónde debemos parar?). Los discos de Dylan me han dado tantas cosas de valor, los escritores modernistas y de la Generación Beat, una sensación general de libertad y de posibilidad, y ha sido lo mismo para millones de personas, y eso es parte de lo que consagra el premio Nobel”. Empero, a todos no les gustó por igual. Irvine Welsh, el autor escocés de la novela Trainspotting (1993), famosa por su versión cinematográfica, fustigó a los académicos suecos: “Soy un fan de Dylan pero este es un premio de nostalgia mal concebido, arrancado de las próstatas rancias de hippies seniles y balbuceantes”, puso en su cuenta de Twitter. En cambio, el autor angloindio Salman Rushdie expresó su adhesión al reconocimiento literario de Bob Dylan: “Dylan es el heredero brillante de la tradición bárdica. Gran elección. Vivimos en un tiempo de grandes cantautores: Leonard Cohen, Paul Simon, Joni Mitchell, Tom Waits, pero Dylan supera a todos”, escribió también por la red social. Bob Dylan es muy apreciado por sus colegas de la música, lo que se demuestra cuando graban versiones de sus canciones, especialmente las románticas. En su disco debut, la popular cantante inglesa Adele registró con gran éxito “Make You Feel My Love” (Para que sientas mi amor), un verdadero poema que forma parte del álbum Time Out of Mind (1997): Cuando caigan las sombras de la noche/ Y aparezcan las estrellas/ Y no haya nadie ahí/ Para secar tus lágrimas/ Entonces podría abrazarte/ Durante un millón de años Para que sientas mi amor por ti./ El cantautor, como el trovador y el poeta, debe saber tanto del amor como de la guerra.