Por qué es inconveniente e ilegal que Rey sea contralor.,Rafael Rey tiene obvios impedimentos para ser contralor, pero la defensa de dicha pretensión por parte del fujimorismo, el Apra y Acción Popular constituye una expresión grotesca de la dificultad para construir institucionalidad en el país. La bola de la candidatura de Rey a contralor apareció ayer en una nota en El Comercio, y plantea cuestionamientos legítimos a dicha posibilidad. El primero es legal e insuperable. Según la ley del sistema nacional de control, es un impedimento para ser contralor “haber sido durante los últimos cinco años presidente de la república, ministro de estado, congresista de la república y/o titular de organismos autónomos, entidades descentralizadas o de los gobiernos regionales y/o locales”. Rey es director del BCR y fue, hasta hace un año, parlamentario andino, así que es imposible que sea contralor, salvo que cambien la ley con nombre propio, lo cual sería un escándalo. El segundo impedimento se refiere a la definición del puesto. Según la constitución, la misión es supervisar la legalidad de la ejecución del presupuesto del estado, las operaciones de deuda pública y los actos de las instituciones sujetas a control. El contralor debe ser una persona cuyas decisiones no puedan ser cuestionadas por su posición política. Sin siquiera entrar a discutir la ética o la comprensión del presupuesto de Rey, su trayectoria, activismo y posición políticos evidentes lo limitan para ejercer un cargo que necesita de independencia política. Sería lamentable acabar con un Torquemada en la contraloría como si fuese su Tribunal. El premier Fernando Zavala ha dicho que enviarán al congreso la propuesta de un solo nombre, en vez de una terna, y que buscarán alguien con solvencia e independencia. Entre las personas voceadas, Nelson Shack parece, por su distancia de la política partidaria y conocimiento profundo –y como pocos– en el país del presupuesto, una persona conveniente para sacar adelante una contraloría que, desde hace varios años, bajo la sombra de Edgar Alarcón, parece una chingana de mala muerte en donde abundan acciones y omisiones guiadas por la cuchipanda. Hay el riesgo, sin embargo, de que, al margen de todo lo anterior, se haya puesto en marcha un operativo político entre el fujimorismo, el Apra y Acción Popular, para zampar a Rey en la contraloría como sea, yendo de esta manera en contra del fortalecimiento institucional del estado peruano, tal como se desprende del soporte de anteayer de congresistas como Héctor Becerril, Jorge del Castillo y Víctor Andrés García Belaunde.