El fujimorismo tasó desde el comienzo la ingenuidad política de PPK y Zavala: el perfil del tecnócrata sin pericia política que cree que está en una reunión entre empresarios negociando. Keiko vio la oportunidad y les ha saltado al cuello sin pausa. Tiene al gobierno en zozobra y le debe encantar sentir eso, que tiene un poder capaz de lograr mediante el chantaje y el obstruccionismo, aquello que se le escapó por ser como son. Y es que gracias a la gran cantidad de investigaciones, procesados, denunciados, de cada inefable que forma parte del keikismo, perdió. Ella misma investigada por lavar dinero, su esposo, su finacista Ramírez (caso lavado Dirección Antinarcóticos de EEUU), los Chlimper audios, su primera del Congreso, Chacón, investigada por desbalance patrimonial, y tantos otros inefables que se han lavado la cara sucia con el cargo que les da inmunidad, que podría llenar páginas enteras con cada caso más degradante que el otro. Que Keiko tiene arrinconado a PPK es sabido. Sin ninguna capacidad de maniobrar políticamente, sin liderazgo de PPK, menos de Zavala, esta situación está agudizada por un revanchismo nunca visto, que es capaz de destruir el país y sus posibilidades en los siguientes años solo por ansias patológicas de poder. Lo que está pasando con el voceado indulto a Fujimori es solo una consecuencia de la pusilanimidad de este gobierno para poner la agenda del país y de su sometimiento masoquista a una gente con la que - aún no quieren darse cuenta - no se puede negociar. Porque a ellos no les interesa negociar con el poder, les interesa tenerlo. Y con la aplanadora abusiva y obstruccionista, chusca y cínica que tienen en el Congreso, saben que pueden lograr poner a este gobierno al borde del abismo. El perfil estudiado de PPK y Zavala les augura éxito. En la ecuación, al fujimorismo solo le falta que se creen las condiciones para que la gente en las calles reniegue de este gobierno al punto de quererlo fuera. Y las condiciones se están creando con ayuda de Fuerza Popular y la paralización en la que tiene al gobierno a un año de gestión, pero también porque la gestión de Kuczynski es casi indefendible. En realidad, si sigue así solo queda defender la gobernabilidad. Por eso, si PPK insiste en el indulto podrá ver cómo se cumple la ecuación fujimorista. Porque lo del indulto es solo una consecuencia más de su debilidad ante el chantaje y obstruccionismo, pero no es lo único que está mal. Esta inoperancia gubernamental está en el Reglamento de Ley de Alimentación Saludable que beneficia a industriales en perjuicio de consumidores, en la bajada de pantalones con las mineras y los mínimos ambientales para no afectar la salud de la población, en la vergonzosa Ley Pulpín 2, etc., y en la percepción general de que este barco no tiene capitán atento ni perspicaz. Para los independientes que tenemos la desgracia de tener que apoyar en campaña, hace tantas elecciones, al menos podrido de la política, este país es una constante decepción. Porque si bien no hay arrepentimiento posible de haber evitado que la neomafia fujimontesinista retome el gobierno, está claro que la alternativa siempre es mediocre. Las elecciones (además siempre amañadas) terminan haciéndome creer que votamos libremente entre los mediocres o lobistas, en contra de los ladrones, matones, adictos al delito y la impunidad, cómplices de asesinatos, ignorantes que se creen con privilegios, que desprecian la justicia y, en el fondo, al Perú. Lo único bueno de este asunto es que al menos no somos partidarios, ayayeros ni defendemos personas ni partidos. Defendemos principios rectores de una democracia y ya sabemos que en cada periodo toca, al día siguiente de sentir el alivio de que la mafia no ganó, ponerse del lado de la crítica y fiscalización. Algo que los que esconden los amores al chancho o al chicharrón que todos logran ver no pueden hacer. El indulto, por muchas razones - que podría exponer largamente- es improcedente en un Estado de derecho que se basa en la igualdad ante la ley; es improcedente en una democracia cuyo mecanismo de orden y castigo es precisamente la ley y su cumplimiento igual para todos. Si Humala es el carnicero, si Toledo recibió coima, Alan García, Keiko, Villarán, el mismo PPK, el que sea, debe cumplirse el debido proceso como con Fujimori y acabar tras las rejas, sin posibilidad de indulto para saltarse la ley por privilegios. Si PPK indulta a Fujimori, pasará a la historia como el presidente en democracia que indultó a un condenado por asesinato, robo al Perú, derechos humanos, que nunca ha reconocido con humildad su condena y menos pedido perdón al país. Y en las calles, se le acabará el recreo.