Ahora el gobierno quiere que el fujimorismo lo respete.,Si el gobierno no se hubiera demorado tanto en tratar de hacerse respetar frente a la prepotencia de Fuerza Popular (FP), hoy la historia sería diferente para beneficio de la democracia, la estabilidad política y la gobernabilidad que el fujimorismo se esfuerza en alterar confirmando su ADN autocrático.Ayer se planteó acá que cada quien tiene su interpretación de a quién corresponde –el gobierno o FP– la responsabilidad principal por este choque absurdo, innecesario y perjudicial para el país y los ciudadanos.Esta columna cree que la responsabilidad principal en este despelote político en proceso es del fujimorismo, pero no deja de atribuir al gobierno una parte del problema.Este se origina en que, más allá del interés del país, y con la coartada de la fiscalización, FP se ha lanzado a una obstaculización que es tan notoria que, por ratos, tiene que frenar para que no la golpee como bumerán.Ocurrió con la censura prepotente y sin argumentos a Jaime Saavedra, al igual que, ahora, con el pedido excesivo para que Martín Vizcarra no solo deje el MTC sino la vicepresidencia.Un planteamiento hecho en mancha por Rosa Bartra –la presidenta de la comisión Lava Jato que le da ‘likes’ a los comentarios de Keiko Fujimori sobre Lava Jato–, Luis Galarreta y el presidente de la Comisión de Constitución, Miguel Torres, quien, a diferencia de la mayoría de esa barra brava que es FP, y al igual que su padre, es respetuoso de las formas pero igual acaba avalando cualquier tropelía legal.Como habrá sido de alocada esta idea que hasta el siempre locuaz Héctor Becerril les tuvo que decir a sus promotores que no tenían razón.Pero el gobierno también es responsable pues, desde el inicio, cada vez que FP le metía un golpe, ponía la otra mejilla, creyendo que así podría llevar ‘la fiesta en paz’, sin darse cuenta de que el fujimorismo lo interpretaba como debilidad y cobardía y seguía ‘metiendo el carro’ con prepotencia.El problema es que el principal argumento de la barra brava fujimorista –Galarreta, Bartra, Becerril, Torres, Lourdes Alcorta, Úrsula Letona, Alejandra Aramayo– es que ‘con 72 votos hacemos lo que nos da la gana’.Ahora ha hecho bien el premier Fernando Zavala, pues tiene razón, al salir al frente diciendo que “una cosa es el control político y otra el abuso del poder”, pero si lo hubiera hecho antes, con acciones oportunas como la cuestión de Estado, FP se habría dado cuenta de que no puede actuar como una banda de achorados, y hoy habría un mejor balance de poder para beneficio del país y de los ciudadanos. Muy bien, pero muy tarde.