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Cine y series

Cine peruano, terrorismo y memoria

La controversia por el estreno de la cinta peruana La piel más temida y la afirmación de que “romantiza el terrorismo” hace necesaria una discusión sobre cómo el cine aborda los años de lucha contrasubversiva. Los actores Tatiana Astengo, Lucho Cáceres y Ricardo Bromley participaron esta semana en una mesa convocada por Domingo para hablar del tema.


Las películas. Sea con financiamiento privado, estatal o mixto, el cine sobre la época de subversión tiene un extenso catálogo. Foto: difusión
Las películas. Sea con financiamiento privado, estatal o mixto, el cine sobre la época de subversión tiene un extenso catálogo. Foto: difusión

El cine peruano viene retratando con insistencia los años del terror desde diversas aristas, tocando temas como el atentado de Tarata (en Tarata de 2009), el asesinato de María Elena Moyano (Coraje, 1998), los efectos postraumáticos en los militares (Días de Santiago, 2004), la captura de Abimael Guzmán (La hora final, 2017) o la brutalidad de los excesos de las Fuerzas Armadas en La casa rosada de 2017, uno de los filmes más descarnados sobre el tema. Mención aparte merece La boca del lobo (1988), cinta esencial de Francisco Lombardi que retrata la brutalidad tanto de los militares como de los terroristas de Sendero Luminoso, aunque, en la película misma, de estos últimos no se vea a ninguno.

Convocamos a una mesa de actores para hablar del cine peruano y la controversia en torno a un filme como La piel más temida: Tatiana Astengo, quien interpretó a una senderista en Paloma de papel de 2003; Lucho Cáceres, quien interpretó a un exemerretista en La última tarde de 2016 (además de coprotagonizar La piel más temida) y Ricardo Bromley, quien hizo del hijo de un catedrático ayacuchano torturado por militares en La casa rosada de 2018.

—Tatiana, estás en Paloma de papel y Lucho está en La piel más temida, ¿crees que el debate ha sido saludable dentro de todo?

—Lucho Cáceres: Sí, hemos tenido un par de días de sala en lleno total. Yo estoy ahora en La piel más temida y estuve en La última tarde y, bueno, estaré en Álbum de familia, que es parte de la trilogía política de Joel Calero. El debate yo creo que siempre va a ser saludable, yo creo mucho en el diálogo, sobre todo en películas que nos invitan a conversar sobre nosotros, como La piel más temida, pero me resulta un poco complejo, complicado, difícil, lo abyecto, lo obtuso de ciertas posiciones.

Cuando me llegan los guiones, no veo las posiciones, yo veo los personajes, veo la historia. Entiendo que hay temas que llevan a la polémica, pero no de la manera en que se ha dado, ¿no? Decir que matanzas como la de Accomarca fueron “defensa nacional”…; ante eso no sé si hay punto de discusión, me preocupa cuánta gente piense eso, me preocupa que una persona tenga un micro en un medio de comunicación para decir eso. Entonces, yo estoy un poco —no sé cuál es la palabra— agobiado, agotado con todo esto.

—Obviamente estamos en contra del terrorismo, y agradecemos a las Fuerzas Armadas, pero se conocen sus excesos y alguien tiene que responder por eso. ¿Por qué arde tanto ese término, “conflicto armado interno”?

—Tatiana Astengo: Eso es algo nuevo, eso nunca antes ha hecho tanto ruido, me imagino que detrás hay como un mandato o una estrategia que vienen haciendo no solamente aquí en Perú. Ya vemos cómo está Argentina y vemos cómo está el mundo en general; hay algo que no quieren que se toque y, claro, pagamos patos nosotros, que estamos ahí, que somos unas piecitas más como hormiguitas contando una historia, habitando personajes, que a veces unos cuestan más que otros.

—Ricardo Bromley: Yo he sentido con mayor fuerza el rechazo a la palabra “conflicto armado interno” después de las elecciones del 2021. O sea, después de las elecciones Keiko-Castillo, todo se fue al tacho. En las redes no puedes decir nada, todo le repele a la gente y, si en algún momento llegué a sentir una fuerte esperanza por mi generación, por el país después de que se logró sacar a Merino del poder, realmente ahorita ya no sé, porque ya no hay diálogo.

—La casa rosada tomó casi 10 años en hacerse y es una de las películas más fuertes: el personaje de tu padre es torturado a lo largo de casi dos horas por militares.

—RB: Una de las cosas que me sacan de cuadro del comentario (del presentador Francisco) de Piérola es cuando dice que las matanzas por parte de los militares “las hizo el Perú”, porque “fue la intención del Perú”, “porque era en defensa” o una cosa así, y a mí me saca bastante porque de alguna forma Huamanga, principalmente, fue una zona de la que sí, en efecto, salieron muchos senderistas, pero mucha de la población no tenía nada que ver, fue afectada por todo eso.

—Palito Ortega Matute —director de La casa rosada, quien falleció de un cáncer de páncreas— estuvo él mismo retenido por un mes y medio por los militares. Su película está basada en esa experiencia, no pueden decir que fantasea.

—RB: Yo a mis 11 años escuché torturas de los militares. Y le dije a Palito (el director): “¿Por qué no están estas torturas en la película?”. Y me dijo: “Porque son muy fuertes”.

—Tatiana, ¿qué sentiste cuando te tocó interpretar a una terrorista en Paloma de papel?

—TA: Fue muy difícil porque la camarada Carmen, mi personaje, era una terrorista; me dije: “A ver, ¿cómo habito un personaje así?, ¿de dónde saco yo para no justificar, pero sí entender y no juzgar —que es distinto— a este personaje?”. Cuando fui por el Callejón de Huaylas, no lo tenía, porque uno piensa que son como lejanos, distantes, monstruos, psicópatas, y eso es lo peor que puede hacer un actor, porque ahí estás juzgando. Luego hablando con la gente de la zona me contaban historias que a mí me indignaban, y yo dije: “Claro, de acá parte”. Y eso es el punto; hay que entender por qué, de dónde surge esta gente que luego se radicalizó, tenemos que entender porque, si no lo entendemos, no vamos a sanar.

—D: En el tuit que desencadenó la discusión esta semana se decía que el problema de La piel más temida era que “romantizaba y humanizaba el terrorismo”. Romantizar no, definitivamente, pero humanizar…

—TA: Ese es nuestro trabajo. Los guionistas, desde el guion, tienen que humanizar (a los villanos) porque, si no, terminamos en estereotipos. Y ese es el reto.

—LC: El que ve ‘Breaking Bad’ también podría decir entonces que “se está romantizando (la comercialización de drogas)”.

—TA: El reto de un actor es que, además, en un personaje así, terminen entendiendo, odiándote y amándote, y odiando y en conflicto; el espectador tiene que salir, tomar su decisión al ver la interpretación. Esa es la riqueza. 

 * Vea la conversación completa en https: //www.youtube.com/@LaRepublica

Dato

La casa rosada, del desaparecido Palito Ortega Matute, es uno de los retratos más descarnados de la violencia militar en Ayacucho.

Tragedia en números

Según la CVR, SL fue responsable del 54% de las muertes durante el conflicto armado interno. Los agentes del Estado y autodefensas son responsables del 37%.

1988 fue el año de estreno de La boca del lobo, una de las cintas más celebradas de Francisco Lombardi, que cuenta la masacre de un pueblo a manos del ejército. 

Crítico de cine de La República. Becario Fulbright y Fundación Gabo, Maestría en Periodismo por Columbia University. Cubre cine, arte y cultura y temas sociales. Más de 20 años de experiencia en medios nacionales e internacionales.