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Ciencia

El canto de las aves se está apagando debido al cambio climático

La menor diversidad de aves está alterando los paisajes sonoros del mundo y convirtiendo los entornos naturales en lugares más silenciosos.

"Una de las vías fundamentales a través de las cuales los seres humanos nos relacionamos con la naturaleza está en declive crónico", señala un autor del estudio. Foto: Glenn Bartley / Minden Pictures / National Geographic
"Una de las vías fundamentales a través de las cuales los seres humanos nos relacionamos con la naturaleza está en declive crónico", señala un autor del estudio. Foto: Glenn Bartley / Minden Pictures / National Geographic

La banda sonora que crean las aves es cada vez más silenciosa y menos variada por la disminución de especies debido al cambio climático. Así lo señala un estudio pionero que reconstruye los paisajes auditivos creados por los pájaros en más de 200.000 sitios en Europa y Norteamérica, en los últimos 25 años.

El trabajo, publicado en Nature Communications, desarrolló una técnica que combina datos de seguimiento de aves, obtenidos mediante observaciones de ciencia ciudadana, con grabaciones de especies individuales al aire libre.

La conclusión es que el paisaje sonoro generado por las aves, el cual mejora la salud física y el bienestar psicológico de las personas, es cada vez más simple y poco heterogéneo. Por lo tanto, más silencioso.

Lluís Brotons, coautor del estudio, atribuye la disminución generalizada de la biodiversidad e intensidad sonora de las aves sobre todo a los cambios en la composición de sus comunidades.

De esa manera, “una de las vías fundamentales a través de las cuales los seres humanos nos relacionamos con la naturaleza está en declive crónico, con implicaciones potencialmente amplias para la salud y el bienestar humanos”, señala el equipo.

Sin embargo, los investigadores afirman que la relación entre los cambios, en la estructura de las comunidades de aves y las características del paisaje sonoro resultante, no es fácil de predecir.

Para Brotons, “dado que las personas oímos más que vemos las aves, es probable que la menor calidad de los paisajes sonoros naturales haga que notemos más el impacto de la actual reducción de la población de aves”.

Así, la pérdida de una especie como la curruca de los sauces tenga probablemente un mayor impacto en la complejidad del paisaje sonoro, que en la pérdida de una especie de córvido o gaviota estridente.

“Desgraciadamente, estamos viviendo una crisis medioambiental global y ahora sabemos que la disminución de la conexión entre las personas y la naturaleza puede estar contribuyendo a ello”, advierten los investigadores, quienes creen que los estudios de este tipo ayudan “a aumentar la conciencia de estas pérdidas de forma tangible y relacionable y demostrar el posible impacto en el bienestar humano”.

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