Vulnerable. Nuevos estimados de Prohvilla indican que reciente incendio arrasó 7 de 263 hectáreas de su Superficie, siendo afectados el junco, carrizo y totora. Si bien estas especies crecen en unos meses, otras amenazas, como el arrojo de desmonte y basura, afectan diariamente la existencia de este gran pulmón de Lima.,Jesica León. En Lima hay un espacio limitado por edificios, casas, centros comerciales y mar, donde cada año llegan, huyendo del frío boreal, miles de aves para descansar y alimentarse. Los Pantanos de Villa es la única gran área natural protegida que representa el pulmón de la capital. El último 28 de noviembre se registró un incendio forestal que afectó una parte de los pantanos. Para conocer el impacto generado por el siniestro se formó un grupo de trabajo por parte de especialistas de Sernanp (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado), Prohvilla (Autoridad Municipal de los Pantanos de Villa) y también del Museo de Historia Natural de la Universidad Mayor de San Marcos y de la Universidad Científica del Sur. Las evaluaciones señalaron que el incendio no afectó el 1% de su espacio natural como lo dijeron inicialmente, sino el 2,8%. Es decir, 7.37 de las 263 hectáreas con que cuenta la superficie total. Las principales especies vegetales afectadas fueron la corta-corta (Cladium jamicense), el junco (Scirpus americanus), el carrizo (Phragmites australis) y la totora (Typha domingensis), que por lo general crecen en zonas pantanosas y en lagunas de la costa y sierra. Pueden llegar a alcanzar más de dos metros de altura. En relación a la fauna se evidenció el retorno de varias especies a la zona afectada, como arácnidos, libélulas, aves y reptiles pequeños. Algunas aves quedaron atrapadas por el fuego, pero su desaparición no ha representado una variación significativa en la población de aves, informaron Sernanp y Prohvilla, ambas administradoras de este refugio natural. En un recorrido por los pantanos realizado por La República, se observó que la zona calcinada de la flora afectada (junco, corta corta, totora y carrizo) se viene recuperando. Los expertos estiman que en cuatro meses pueda estar listo el 90% de su restauración natural. Daniel Valle, gerente municipal de Prohvilla, explicó que el fuego solo afectó la superficie, pero no las raíces de estas plantas que se alimentan del agua que brota del subsuelo. “Las raíces están verdes”, dijo. OTRAS AMENAZAS Sin embargo, existen otros problemas que amenazan constantemente este espacio natural, como la contaminación alrededor del área protegida. Muchas personas siguen arrojando basura en la avenida Huaylas (vía ubicada a pocos metros), la cual no es recogida en algunas ocasiones por los municipios de Chorrillos y Surco. También se arroja desmonte a los canales naturales que abastecen de agua a los Pantanos de Villa. El agua que surge del subsuelo y la que procede de siete manantiales alimentan la reserva natural. El agua de los manantiales viene en forma de canales, cuando estos son contaminados con desmonte se corta el agua y no llega hasta los pantanos. Este diario comprobó hace unos días cómo residentes de Chorrillos dejaron abandonados balones de gas en uno de estos canales. Dos guardaparques tomaron las acciones inmediatas para el retiro de estos elementos. Otro de los problemas que atraviesa los pantanos es la visita de pandilleros y de quienes la policía nacional y los guardaparques sospechan que estarían detrás del incendio provocado el pasado 28 de noviembre. No es la primera vez que se registra un incendio en los Pantanos de Villa. Ocurrió en el 2009 y también dos veces en el 2006. Actualmente son solo 19 agentes guardaparques que cuidan en forma permanente las 263 hectáreas de este importante ecosistema. Evidentemente, este número llega a ser insuficiente. Por otro lado, cabe resaltar que en los últimos cuatro años Sernanp y Prohvilla han abierto las puertas a la investigación de la fauna y la flora. Este año se anunció el descubrimiento de nuevas especies de mamíferos silvestres como parte de una indagación realizada por el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estas fueron el murciélago frugívoro, el murciélago insectívoro y el cuy silvestre, que se alimenta de totora y suele construir nidos en medio de la gran vegetación. Para el investigador Víctor Pacheco estos descubrimientos son muy importantes, ya que no se contaba con nuevos registros de mamíferos silvestres en esta área natural desde el año 1951. Sin embargo, él y todos los interesados en estudiar esta reserva temen que las amenazas continúen.