Investigadora Fanny Cornejo lidera el equipo de Yunkawasi que defiende con pasión y estudios a esta especie cuyo hábitat está en Amazonas y San Martín. La población de este animal llega apenas a unas centenas. Merecen más atención de las autoridades.Primate peruano.,Carlos Páucar. Corosha es un pueblo que se esconde entre las nubes. Un manto de bosques húmedos crece sobre sus montañas y en ellos, además de ríos, quebradas y rondas campesinas, un grupo de pequeños seres de pelaje color pardo, con hocicos blancos, una larga y gruesa cola prensil, además de una mata de pelos amarillos en la cola, sobrevive en la zona. Estos movedizos habitantes que se alimentan de frutos, hojas tiernas, flores e invertebrados; que se desplazan a una altura de entre 10 a 18 metros en los árboles y viven en grupo de 7 a algo más de 20 individuos; que se reproducen cada 4 o 5 años, y llegan a tener solo una cría, viven en constante peligro. El mono choro cola amarilla está entre los 25 primates más amenazados del mundo, según la alerta de la Sociedad Internacional de Primatología. Este animalito –que debería ser símbolo de la región Amazonas y de nuestro país– se encuentra al borde de la desaparición. "Uno de mis temores es que durante mi vida pueda ser testigo de la extinción de esta especie... Pues pese a que hay muchas organizaciones tratando de proteger los bosques de nubes, hay decisiones que escapan de nuestras manos. ¿Qué haces con toda la gente que migra? ¿Qué haces con toda la corrupción en la industria maderera? ¿Qué haces con la incapacidad de los gobiernos de hacer valer las leyes que prohíben la caza y el comercio de monos o de mantener suficiente personal bien equipado en las áreas protegidas por el Estado?". Preguntas que se hace una de las investigadoras más dedicadas y reconocidas de esta especie, la bióloga Fanny Cornejo, integrante de Yunkawasi (casa de la selva), organización que promueve con pasión la protección de la fauna y vegetación de los Andes tropicales. VIDA PARA PROTEGER La principal acción de Yunkawasi es el apoyo a la comunidad campesina de Corosha, en la provincia de Bongará, región Amazonas. La lucha de los pobladores fue para que se declare “zona intangible” el área donde nace la quebrada “Goquete” o “Hierba Buena”, que les provee del recurso hídrico. En junio del 2011 se le reconoció como Área de Conservación Privada, el objetivo por el que luchaba Yunkawasi. Esta decisión del Estado fue importante, pero no basta. La amenaza al hábitat del mono hace que su vida penda de un hilo. Cornejo lo explica con claridad: "El cola amarilla es arborícola, depende de los bosques para vivir, y no de un árbol sino de un bosque continuo. Justamente por eso es que son muy sensibles a la deforestación y fragmentación de sus bosques, pues ya no pueden 'comunicarse' con grupos de otro lado, y cuando llega la hora de que los adultos migren, no pueden y quedan aislados". Esto es particularmente peligroso a largo plazo pues disminuye la variabilidad genética de los monos. Es decir, empiezan a cruzarse con individuos emparentados y los genes recesivos empiezan a aparecer. ¿Ello qué produce? Que se hagan susceptibles a enfermedades, taras y debilidades. EL PELIGRO DE LA CAZA La caza es otro riesgo. Y más con un crecimiento de población muy lento, pues estos monos no se reproducen todos los años. "Cuando esto ocurre, cuando los atrapan, sobre todo para venderlos como mascotas, suele ocurrir que matan a la madre (una hembra en edad reproductiva menos) y se llevan a la cría, que no sobrevive, y si lo hace, no puede volver a su hábitat natural". Reintroducirlos a su hábitat es otra preocupación. Aunque muchos celebran cuando a un animalito rescatado de un mercado o una jaula se le devuelve al bosque, los biólogos saben que no es fácil, se requieren estudios previos. No se trata de abandonarlos a su suerte. Cornejo lo explica: "Primero, no se sabe de dónde exactamente es ese individuo. ¿Que no importa? Puede pasar lo mismo que pasó cuando vinieron los españoles y trajeron la gripe: una buena parte de la población nativa murió pues no tenían defensas ante la enfermedad. O sea, se corre el riesgo de los males propios de la zona de origen del mono, más las que puede haber adquirido en cautiverio". MIGRANTES AL ACECHO Otra amenaza de estos monos es la migración humana. Gente de las zonas andinas, principalmente Cajamarca, se muda a estos bosques de la región Amazonas. Muchos de ellos venden sus tierras a mineras y se desplazan, llegan a Amazonas eliminando bosques y haciendo chacras, rompiendo el ecosistema. También amenaza al cola amarilla el problema creciente del negocio ilegal de madera. ¿Resultado? Se fragmentan los bosques y dejan sin hábitat a los monos. Pero ante las amenazas, hay quienes levantan sus voces en Corosha. Fanny Cornejo es una de ellas. Y también la comunidad campesina. Entienden que hay que proteger la especie, promover un turismo responsable y cuidar la rica biodiversidad. Un pedido, casi una súplica, expresan: salvemos a la naturaleza que es vida e identidad a la vez. “EL PERÚ TIENE UNA GRAN RIQUEZA DE PRIMATES Y HAY QUE CONSERVARLOS” Experta en educación ambiental, la ingeniera Fanny Fernandez Melo, enfatiza que el Perú tiene gran riqueza de primates. Por eso, el 2008, con Yunkawasi se inicia el Programa de Educación Ambiental para conservar primates peruanos. "El programa ha desarrollado 340 talleres con 12.291 escolares; 25 talleres con 810 docentes y 30 talleres con 2.455 pobladores, en Amazonas, San Martín y Lima para valorar los bosques de nubes y sus especies". El mono fue descrito en 1812 por Humboldt, quien solo vio pieles. No se sabía si existía, por lo que lo calificaban de raro. En 1974 llega la expedición de Russell Mittermeier y cuando regresaba vio una mascota. Fue el primer mono vivo jamás visto.