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Sociedad

Oraciones de los agricultores para que llueva en el campo

Travesuras de la niña mala. Las lluvias en la sierra arrancan en noviembre. Este año no ocurrió así. Se debe a La Niña. Pronósticos de Senamhi advierten que fenómeno se diluirá en febrero y luego comienzan precipitaciones. Aún no hay sequía.

Clamor. Pobladores ascienden al cerro Chumpimoco a pedir con rezos llegada de lluvias, en el distrito quechua de Atuncolla. En el Altiplano hay un veranillo acentuado por La Niña. Foto: Juan Carlos Cisneros/La República
Clamor. Pobladores ascienden al cerro Chumpimoco a pedir con rezos llegada de lluvias, en el distrito quechua de Atuncolla. En el Altiplano hay un veranillo acentuado por La Niña. Foto: Juan Carlos Cisneros/La República

Deysi Pari, Liz Ferrer y Ángeles Santos

Es la imagen cotidiana en Puno de estos días. Campesinos descalzos con la mirada alzada al cielo. Cantan en quechua y oran por las lluvias.

En la sierra peruana, los agricultores que no dependen de un sistema regulado (represas), siembran en noviembre. Lo hacen con la convicción que las lluvias harán brotar las semillas pero este año hay un veranillo cuya radiación calcina el suelo. Rezan para que llueva.

El déficit de precipitaciones se atribuye al fenómeno de La Niña. El Comité Multisectorial Encargado del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) advierte que su presencia será hasta febrero de 2023. Hasta ese mes se espera lluvias por debajo de lo normal en la sierra suroriental.

La niña

Guillermo Gutiérrez Paco, director zonal del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) en Arequipa, explicó que el fenómeno de La Niña se caracteriza por el enfriamiento del agua de mar y por ende lluvias escasas. “Esto indica que a nivel de la zona costera y en la parte media de las cuencas y parte occidental de la cordillera no se registran precipitaciones. Sí va a tener repercusiones en la parte oriental para la zona alta y altiplánica, donde sí va a llover, pero con un retraso”, expresó.

En Cusco y Tacna, la situación es similar. Por ejemplo, la jefa zonal del Senamhi en Tacna y Moquegua, Edualda Medina Chávez, confirmó que en la sierra media y alta de ambas regiones no llovió este mes. En la estación de Paucarani (distrito tacneño de Palca), explica, se registró 16.5 milímetros de lluvias por metro cuadrado durante noviembre de 2021. Sin embargo, este mes el registro es cero. Lo mismo se repite en las otras zonas de la sierra.

El déficit no afecta a los agricultores tacneños y moqueguanos que cuentan con represas. En cambio, sí a los que no disponen de esa infraestructura.

Mujer sujeta en sus manos la  tierra árida por falta de lluvias, en la comunidad Buena Vista, Atuncolla

Mujer sujeta en sus manos la tierra árida por falta de lluvias, en la comunidad Buena Vista, Atuncolla. Foto: Juan Carlos Cisneros/La República

En Cusco, el reporte climático coincide. Levi Caro Sánchez Ubago, analista meteorólogo de la dirección 12 de Senamhi, mencionó que ya se había advertido sobre la escasez. Sin embargo, en las últimas semanas la situación se ha intensificado, principalmente en la parte centro y sur del Cusco. En cuanto a la parte oriental, felizmente está lloviendo.

Este es el tercer año consecutivo de presencia de La Niña. José Luis Ticona Jara, meteorólogo del Senamhi, explicó que según la estadística, hubo dos eventos de condición muy similar en la década del 70 y 80. “Este año, debemos analizarlo con lo que sucedió en el 2020, 2021, porque el cambio climático ha afectado, tenemos otras condiciones de lluvia. Eso también modifica los patrones de precipitaciones”, señaló.

Cambio climático

Jara advierte una alteración de los patrones cíclicos atmosféricos que regulan el estado del tiempo e identifican una estación del año, dice Gutiérrez.

Precipitaciones escasas donde llovía e intensas donde eran escasas. “Esto es parte de un cambio y una alteración mundial, por los gases de efecto invernadero”, manifiesta el especialista.

En Arequipa ocurrieron lluvias inusuales: ahora en una semana precipita todo lo que corresponde a tres meses. Eso no ayuda al agro que depende solo de las lluvias. Para Gutiérrez, aún no se puede hablar de sequía, la temporada recién empieza.

Paisaje desolador, se teme que se eché a perder los cultivos si no llegan las lluvias en los próximos días

Paisaje desolador, se teme que se eché a perder los cultivos si no llegan las lluvias en los próximos días. Foto: Juan Carlos Cisneros/La República

La funcionaria de Senamhi Tacna y Moquegua coincide con ello. Señala que los pronósticos de los primeros meses de 2023 habrá lluvias con valores superiores a los del 2022. Eso sí, recordó que Tacna y Moquegua sí han pasado por sequías y ello está documentado en un estudio elaborado por especialistas del Grupo de Trabajo de Sequías del Senamhi.

De acuerdo a ese estudio, en los últimos 37 años el país ha registrado 10 episodios de sequías severas. Esos períodos sin lluvias se presentaron en los años 1982, 1983, 1985, 1987, 1988, 1990, 1992, 2004, 2005 y 2016, con intensidades de moderada a extremadamente seco.

La sequía de 1992 fue la más severa y afectó a 16 departamentos entre ellos Cusco, Apurímac, Ayacucho, Arequipa, Tacna, Moquegua y Puno. Esa dura etapa para el agro se presentó en un año donde se tuvo al fenómeno El Niño. Afectó entre 50% a 100% de la superficie de los cultivos de esas regiones.

Fenómenos extremos

El coordinador del grupo CTA de la UCSP Javier Montalvo señala que lo que se ve a nivel global son fenómenos naturales extremos. Periodos de sequía extendidos, lluvias torrenciales o situaciones como la presencia de La Niña de forma muy recurrente. Generalmente esos fenómenos siguen ciclos, pero lo que se ve ahora es que vamos a tener la presencia del fenómeno por tercer año consecutivo. Lo que sabemos es que va a haber una sequía, pero yendo al punto en Arequipa, no se podría afirmar el grado.

Hay que optar por cultivos que no requieran mucha agua, como frijol y quinua. En cuanto al nivel de hogares, recomiendo el uso de la bicicleta, disminuir el consumo de carne, de uso de plástico, reciclaje.