La Montaña de los 7 Colores y de la discordia
Disputas. Después de Machupicchu es el lugar más visitado de Cusco. Para acceder a ella se paga una entrada. Comunidades y municipios se disputan el botín. Agudización del conflicto suspendió visitas de turistas hace dos semanas.
Cusco. Hace dos semanas, los accesos a la Montaña de los Siete Colores están cerrados. Los turistas no pueden escalar. Después de Machupicchu, este atractivo natural, ubicado entre las provincias cusqueñas de Canchis y Quispincanchi, a cien kilómetros de la Ciudad Imperial, es el que más visitas registra.
La suspensión del turismo se debe a discrepancias entre las comunidades y gobiernos locales que administran los fondos generados por el ingreso a la cima.
Las comunidades exigen como suyo el lugar y reclaman la administración de los ingresos. Por persona se cobra entre S/15 y S/20. Antes de la pandemia se contabilizaron 1500 visitas a diario.
El presidente de la comunidad de Chillihuani, Jesús Quispe Yupanqui, donde está ubicado parte del atractivo natural, responsabilizó al centro poblado menor de Chillihuani, con su alcalde Flavio Illatinco, de no haber rendido cuentas de los años 2018 y 2019. Por eso tomaron el control. Parte de esta recaudación también le corresponde a la Municipalidad Distrital de Cusipata de acuerdo a una norma edil. Por eso la municipalidad de Cusipata ha cerrado el ingreso a la zona. El alcalde Edgar Mescco justifica la medida para evitar enfrentamiento entre ellos, pero también considera que el gobierno local debe recibir un porcentaje por el mantenimiento de la vía que realizan, esto por el lado de Quispicanchi.
Sin embargo, por el lado del distrito de Pitumarca (Canchis) también hay problemas: la familia Condori reclama el predio de K’ayrahuire y la comunidad de Pampachiri también hace lo propio. Este sector es parte del atractivo natural. La cumbre de la montaña es el límite entre Chillihuani, K’ayrahuiri y Pampachiri.
El alcalde de Pitumarca, Benigno Fredy Vengoa también cerró el acceso y acusa a la familia Condori de beneficiarse con el cobro de los ingresos, dejando de lado a otras comunidades.
Las autoridades de Pitumarca y Cusipata coinciden que el ingreso a dicho atractivo debe ser integrado al Boleto Turístico y pueda beneficiar a todos, pero esto no es aceptado por las comunidades, quienes apelan a su autonomía. “Nuestra posición es que se integre al Boleto Turístico y que definitivamente ya no se tenga el uso y abuso con el cobro indebido y el enriquecimiento ilícito de estos supuestos dueños”, manifestó la autoridad.
Mesa de diálogo
El gerente regional de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía Cusco, Rolando Mendoza, planteó instalar una mesa de diálogo con la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) para llegar a acuerdos.
El funcionario lamentó que por estas medidas se haya ahuyentado a los turistas. A su vez, Mendoza reconoce que hay otras comunidades y anexos que también deben ser incluidos en los beneficios de esta maravilla natural, pues son afectados por la contaminación, pero también señala que es necesario plantear un plan de gestión de la montaña debido a que habría impactos ambientales. “Hemos recibido información (sobre impacto ambiental) y se debe ejecutar algunas acciones complementarias”, manifestó el funcionario.
El presidente de la Asociación de Agencias de Turismo Cusco (AATC), Marco Ochoa, lamentó la situación actual y espera que las instancias puedan resolver el conflicto que se tiene en bien del turismo en la región.
Antes de la pandemia ingresaban hasta 1500 personas diarias al atractivo y actualmente esa cifra se había recuperado en casi en un 50%, convirtiéndose en uno de los lugares más visitados.
Según estudios, la formación del aspecto arcoíris de Vinicunca se debe a los sedimentos marinos, lacustres y fluviales transportados por el agua que antes cubría la zona. Estos sedimentos datan de entre los periodos terciario y cuaternario, hace aproximadamente 65 millones de años.