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Sociedad

Cabello humano como descontaminante del mar: Puede retener petróleo hasta 10 veces su peso, afirma experto

Biólogo Benigno Sanz e ingeniero Joel Arias explican las propiedades del cabello para limpiar el mar contaminado con petróleo, luego que diversos grupos iniciaron su recolección.

La campaña de recolección de cabello humano se realiza a nivel nacional. En Arequipa, Cusco y Tacna hay centros de acopio. Foto: composición LR/Zintia Fernández-LR/Gerardo Marín-LR
La campaña de recolección de cabello humano se realiza a nivel nacional. En Arequipa, Cusco y Tacna hay centros de acopio. Foto: composición LR/Zintia Fernández-LR/Gerardo Marín-LR

La erupción volcánica en el Pacífico y una serie de oleajes anómalos en las playas peruanas precedieron el peor desastre ambiental registrado en nuestro país. Las actividades de la refinería La Pampilla S. A. A. ocasionaron un derrame de 6.000 barriles de petróleo en Ventanilla.

Más de 1 739 000 m² de mar peruano se vieron afectados por sustancias tóxicas. Muchos animales murieron y otros lograron ser rescatados.

El hidrocarburo se fue expandiendo hasta las playas de Ancón, Santa Rosa y Chancay, afectando a la flora y fauna del lugar.

Diversos colectivos y ciudadanos decidieron unirse de manera voluntaria en las labores de limpieza, debido al lento accionar de la empresa Repsol tras la tragedia.

Otros, a distancia, emprendieron una campaña nacional de recolección de cabello humano. Por ejemplo, en Arequipa, este viernes y sábado hay puntos de acopio la Plaza de Armas. En Cusco, la recolección de cabello será en el local de la Federación Universitaria de la Unsaac; mientras que en Tacna, colocaron tres lugares para el mencionado fin.

Cabello como alternativa de solución

Aunque suene un poco extraño, el cabello humano posee ciertas propiedades que funcionan para limpiar el mar contaminado con petróleo.

“Es una alternativa viable, pero se debe utilizar bajo ciertas condiciones. El cabello tiene un componente llamado ‘keratina’, el cual absorbe este hidrocarburo. Las plumas, la lana de oveja y los pelos de animales también lo poseen y pueden ser utilizados para este fin”, sostiene Benigno Sanz Sanz, biólogo, doctor en Ciencias Ambientales y docente en las universidades de San Agustín y San Pablo en Arequipa.

Comparte la opinión el ingeniero magister en Gestión Ambiental y director de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica San Pablo, Joel Arias Enríquez.

“Desde hace muchos años, hay varias tecnologías como las bombas de absorción, esponjas de absorción y barreras de contención que se utilizan para retirar el petróleo del mar, pero son caras y muchas empresas en nuestro país no cuentan con los recursos para usarlas. Por eso, el cabello podría ser una opción más viable”, detalla Arias.

La técnica consiste en confeccionar almohadillas de yute que midan 30x30 centímetros. En el interior se colocará una cantidad de cabello que dependerá si es agua marina, dulce u otra. Según refiere Sanz, aproximadamente, puede retener petróleo hasta 10 veces su peso.

¿Cómo se desecha el cabello impregnado de petróleo?

Para lograr limpiar el mar de Ventanilla, se necesitarían toneladas de cabello, las cuales no pueden ser arrojadas como un desecho más. Al tener un hidrocarburo debe ser confinado en un relleno sanitario especial.

“La mayor complicación son los costos elevados de la extracción de estos hidrocarburos porque el lugar donde se confinan son costosos. En este caso, La Pampilla debe asumirlo. No obstante, al haber contratado una consultora para que recoja los residuos, ésta establece su método. Puede manifestar que el uso de cabello o la creación de estas almohadillas no está dentro de su plan y no hacerse cargo, pero ahí debe intervenir el Ministerio del Ambiente”, sostiene Sanz.

Por su parte, Arias menciona que también podría ser incinerado, aunque esta forma de desecho genera la propagación de gases tóxicos.

Recuperación a largo plazo

A pesar de que actualmente el daño es irreparable en cuanto a pérdida de ecosistemas, zonas reservadas y actividades productivas interrumpidas, la naturaleza es sabia y resiliente.

Según menciona Arias, el océano tiene un proceso de biodegradación natural. “Poco a poco asimila el petróleo y lo descompone. El sol ayuda con la fotoxidación, pero es un proceso a largo plazo, en varios años. Ahora lo que estamos limpiando es lo superficial, en el fondo se solidifica y se queda por algún tiempo”, precisa.

Para Sanz, los ecosistemas deberían recuperarse entre 1 o 2 años, pero el problema debe ser manejado.