¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?
Sociedad

Gustavo Rodríguez: “Soy un machista en constante redención”

El comunicador y escritor peruano Gustavo Rodríguez incursiona en los podcast con Machista con hijas, programa donde narra el proceso que sigue para cuestionar y cambiar su mentalidad machista.

"He vivido el machismo desde chico, lo tengo muy interiorizado y sé que es imposible que en un rincón de mi pecho no anide algo siempre", expresa Rodríguez. Foto: difusión
"He vivido el machismo desde chico, lo tengo muy interiorizado y sé que es imposible que en un rincón de mi pecho no anide algo siempre", expresa Rodríguez. Foto: difusión

El escritor Gustavo Rodríguez nació en una familia predominantemente masculina. Acostumbrado a socializar entre hombres, vio su vida cambiar con el nacimiento de sus tres hijas. Surgieron dudas, cuestionamientos, críticas, pero también aprendizajes.

Todo ha quedado reflejado en su nuevo proyecto Machista con hijas, un podcast de 10 episodios colgados en la plataforma Podimo: “Creo que lo que más se van a llevar los oyentes es la atmósfera entre mis hijas y yo. Un clima de confianza, de diálogo, hasta de conchudez, para hablar de varios temas sin escandalizarnos. Ellas intervienen un poco en cada capítulo”.

¿Cómo nació la idea del podcast?

Era una idea que estaba latente en mí sin saberlo, recién cuando me proponen la idea de crear un podcast es que inmediatamente cae por su propio peso: Machista con Hijas. Es como si de pronto se materializaran décadas aprendiendo y desaprendiendo.

Hay una antecedente que hizo que esta idea cuajara tan rápido y es que hace un par de años antes me senté a escribir una novela en el que un alter ego mío se ve envuelto en un episodio de violencia hacia alguna de sus hijas. Al imaginarme en esa situación hice muchas reflexiones y recuerdos que anote, pero que no podían ser parte de la novela. Todo eso acudió a mí, ante la pregunta de sobre qué me gustaría desarrollar en un podcast.

¿Cuál es la estructura y el estilo de estos podcast?

Los recursos narrativos que encontré fue elegir alguna de las tantas anécdotas que he tenido en este tiempo, elegirlo como corazón de cada episodio para desarrollar la idea. Por ejemplo, tu hija menor de edad un día se aparece con un tatuaje y te lo muestra y yo digo: “¿Qué está pasando acá?” y elaborar alrededor de eso todo lo que ocurrió y todo lo que detona esa simple pregunta. O mis hijas y el alcohol que después se vuelve una conversación sobre las mujeres y la diversión. Así se van desarrollando anillos cada vez más grandes hasta volver a la cotidianeidad.

¿En qué momento de tu vida eres consciente y dices: ‘Soy una persona machista’?

Creo que ocurre en el momento en que me cuestiono si el joven que yo fui habría sido una buena pareja para mis hijas. Desde ese momento empiezo a cuestionarme más cosas.

¿Cómo fue ese proceso de deconstrucción?

De estos temas se vienen hablando recientemente en nuestra sociedad. En mi caso, la discusión conmigo mismo se va dando cada día, es lo que ocurre con crecer. El crecimiento es un gerundio, porque siempre está en proceso; igual es el aprendizaje, tú no te das cuenta en qué momento. Tú no dices este día aprendí, sino que se va construyendo poquito a poquito es una larga rampa.

En mi caso, jamás dejaré de aprender, es más admito en uno de los episodios que nunca voy a dejar de ser machista. Nunca consentiré que se me diga feminista, ni siquiera voy a dejar que me digan aliado del feminismo. He vivido el machismo desde chico, lo tengo muy interiorizado y sé que es imposible que en un rincón de mi pecho no anide algo siempre. Por eso, digo que soy un machista en constante redención.

¿Contra cuáles roles de género has luchado?

Los más sembrados y que fueron decayendo poco a poco son que el hombre trabaja y provee, y la esposa espera y cuida. Eso era lo más contundente en mi vida, porque lo vi en mi familia, lo vi en las familias de mis amigos, y lo vi en la familia de la madre de mis hijas. Entonces de alguna manera ella y yo fuimos un tipo de generación bisagra para tratar de romper eso.

Pero está tan sembrado en mí que incluso ahora el prejuicio vive sutilmente. Por ejemplo, cuando en alguna publicación o documental dicen: “Vamos a presentar al mayor experto en el tema”, siempre me imagino que aparecerá un hombre y cuando aparece una mujer, me sorprendo levemente. Sin embargo, inmediatamente me corrijo: “¿Por qué pensar qué es lo otro?”. Bueno eso es porque cargo con miles de años de esa narrativa.

¿Te cuestionaste en algún momento qué tipo de paternidad querías ejercer?

No recuerdo habérmelo preguntado racionalmente o conscientemente. Creo que más claro era el tipo de paternidad que no quería ejercer. Los abuelos de mis hijas venían de tradiciones marcadamente machistas. Yo, como hijo, tuve experiencias que no me hubiera gustado pasar. Por eso, por oposición, fui ejerciendo la paternidad.

¿Y cuál era el tipo de padre que no querías ser?

Un padre que llegue a la casa en la noche y solamente vea a los chicos un rato. Un padre que no habla de sexo. Un padre que no indague sobre la vida de sus hijos o hijas, pero de manera creativa o al menos empática. Creo que en el fondo quería ser un padre que quería entender antes de prohibir.

Los grupos antiderechos piensan que la educación sexual solo se debe dar en casa. ¿Qué opinas?

La educación no es lo mismo que formación y claro el ser humano se forma en familia con quienes lo aman. Pero ¿qué ocurre cuando en los hogares no se habla de sexo o no se sabe de sexo? Si para ejercer el sexo de manera responsable es necesario tener ciertos conocimientos de la misma manera que para ejercer la comunicación, matemáticas o ejercer tus derechos, ¿por qué al sexo se le trata como un tabú que no puede ser enseñada fuera de casa?

El Perú es el país más conservador de la región, pero las marchas multitudinarias que han habido en contra de los derechos de las mujeres señala que el status quo está cambiando. Porque cuando el contexto no cambia, nadie tiene por qué reclamar. A mí no me cabe la menor duda de que si hoy se ejerce más violencia contra la mujer o hay más denuncias se debe a que muchos más hombres están viendo perder su sitial histórico en lo que creían que debía ser una familia.

En los podcasts hablas de aborto y anticonceptivos, ¿cómo trataste estos temas con tus hijas?

Lo que ocurre es que soy machista es constante redención, pero por encima de eso soy un liberal en temas sociales. Yo no suelo ser censurador ni con amigos ni con mi pareja y menos con mis hijas. Lo aprendí antes de ser padre, incluso en paralelo.

Ante cualquiera de sus inquietudes, yo siempre iba a instalar la no censura como primera regla de juego. Cuando una hija se te acerca a contarte algo y tu pones la cara rígida, sonaste, pues es muy probable que nunca más vuelva a contarte sus cosas. Hay que aprender a escuchar, procesar y después seguir conversando, pero jamás censurar de arranque para no romper puentes. Ese digamos ha sido el mecanismo maestro detrás de cualquiera de mis decisiones respecto a ellas.

¿Desde tu perspectiva, cuál es el camino para formar nuevas masculinidades?

En primer lugar, oír mi podcast (risas). Bueno, seguir debatiendo esto públicamente. Que las mujeres sigan dando su opinión en cualquier tipo de medio. Y que los hombres sigamos escuchando, cuestionando, porque es parte del diálogo.

Ha sido reciente que las mujeres han empezado masivamente a ‘salir del clóset’ del abuso, a contar las cosas que les ocurrían. Es liberador que ese tapón salga y que en el camino haya varones que crean que es injusto. Es necesario, porque el lugar de la mujer históricamente ha estado demasiado tiempo confinado. Mientras más lo hablemos, las siguientes generaciones lo van a interiorizar y luego normalizarán cuál debe ser el nuevo territorio de equidad.

Bachiller en periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Redactora con interés en temas de género, discapacidad y economía.