Giulia Tamayo, la abogada feminista que destapó el caso de las esterilizaciones forzadas
En 1996, su informe ‘Nada Personal’ fue el fruto de una importante investigación que tuvo sus cimientos desde mucho antes.
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Su férrea defensa por los derechos de las mujeres le otorgó un importante lugar en la memoria reciente de quienes han tomado la posta en esta lucha diaria. La labor de Giulia Tamayo, quien falleció un día como hoy en 2014, inició desde muy joven, cuando cursaba la carrera de Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Desde las aulas de la PUCP, defendió casos de violencia familiar contra mujeres y niños, además de ofrecer asistencia a reclusas y mujeres de asentamientos humanos en Lima. Se unió a la institución Flora Tristán en 1984, desde donde reafirmó su compromiso con dichas víctimas brindándoles apoyo legal.
Tres años después, integró el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem) en Perú, y en 1988, fundó el Comité Directivo de Demus, Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer, una organización feminista que defiende el derecho a una vida libre de violencia para las mujeres.
En 1996, inició un importante trabajo desde el Cladem que más tarde develaría el caso de las esterilizaciones forzadas durante el Gobierno de Alberto Fujimori. Desde finales de 1995, se entrevistó con mujeres de todo el país, gracias a cuyos testimonios pudo descubrir el establecimiento de cuotas en los centros de salud para dichas intervenciones quirúrgicas.
Gracias a su informe final, llamado Nada Personal, destapó que el Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar 1996-2000 del Gobierno fujimorista ejecutó la esterilización de más de 314 mil mujeres, quienes presionadas psicológicamente o sobornadas con alimentos o dinero, fueron víctimas no de una negligencia médica, sino de una política estatal.
Gracias a estos testimonios y las pruebas de las cuotas, también dirigió la campaña para detener estas prácticas. Sin embargo, cuando su voz se hizo más fuerte, comenzó a ser perseguida por su labor, lo que la obligó a exiliarse en España en el año 2000.
Desde allí, dirigió el Departamento de Investigación y Políticas de la organización Amnistía Internacional, lo que permitió que su trabajo se extienda a países como Colombia, España, Haití, Honduras y República del Congo.
Su importante trabajo le hizo merecedora de diversos reconocimientos. En el 2000, recibió de Amnistía Internacional el Premio Internacional de Derechos Humanos. En 2014, la Municipalidad de Lima le otorgó el premio Lima Warmi, como “Profesional, Defensora de los Derechos de la Mujer y Defensa de los Derechos Humanos y búsqueda de la justicia”.
Víctima del cáncer, Giulia Tamayo falleció en Montevideo el 9 de abril de 2014, a los 55 años.
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