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Sociedad

Saxo para los días de encierro [VIDEO]

Un hombre de 66 años decidió dar su primer concierto de saxofón durante la cuarentena para sus vecinos de Jesús María.

Una melodía puede ser un refugio. Lo es para José Tineo, un adulto mayor que toca el saxofón para no sentirse tan solo mientras cumple la cuarentena en su casa de Jesús María. El domingo 12 de marzo, séptimo día que no salía a las calles, montó un escenario en su balcón para dar su primer concierto con un instrumento que aprendió a tocar a los 18 años.

El sol se pone y Lima parece una ciudad deshabitada hasta que los vecinos encienden las luces. Mientras este acto rutinario sucede, José, de 66 años, sopla el saxo para su compañera de 60 en la sala de la vivienda que comparten.

“Doris, ¿vamos a tocar arriba para alentar a los vecinos que están en sus casas encerrados como nosotros?”, le pregunta.

Faltan quince minutos para que el toque de queda inicie, pero eso no los intimida. Ella sostiene el atril donde José apoya la tablet en la que guarda sus partituras. Con ambos objetos sube al tercer piso. Su esposo le sigue con el parlante.

La única espectadora es Doris, hasta que suena la pista del bolero “Dos Almas”. José sostiene el saxofón que cuelga de su cuello. Sopla y un sonido melancólico resuena en las calles de la avenida Garzón. Los vecinos del edificio de al frente se asoman por sus ventanas. Lo mismo sucede en las casas contiguas. Son señores como Doris y José. Bailan detrás de sus cortinas. Aplauden. En la panadería de la esquina, una madre soltera se mueve con sus pequeñas. “Viven solas”, cuenta Doris. Sabe que ellos también sienten miedo y preocupación por el avance de una enfermedad de la que poco se sabe.

Mientras esto sucedía, militares salían a las calles para cerciorarse de que todos estén en sus viviendas. El avance del coronavirus ha hecho que se tomen las medidas más drásticas. El show continuó con un vals y cerró con una cumbia. Un patrullero circuló por la cuadra. Los serenos que estaban dentro se detuvieron para aplaudir. “Nunca había vivido algo así”, afirma José.

Durante este acto sencillo, un recital de 45 minutos, ambos olvidaron que están lejos de sus hijos, quienes residen en Estados Unidos, país con más casos de coronavirus en todo el mundo. También dejaron de pensar en lo vulnerables que son ante esta pandemia.

“Acá está prohibido enfermarse. Por eso compramos las cosas una sola vez en la semana. Ahora que el presidente dio 15 días más, pienso en qué vamos a hacer. Ya arreglé todo en la casa. ¿Qué voy a hacer? Voy a tener que desarreglar”, cuenta Doris mientras ríe.

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