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Sociedad

Arequipa: 15% de casos de violencia contra la mujer son de denuncias reiterativas

El agresor principal de una mujer contradictoriamente es su pareja, la persona que dice quererla. Pese a esa humillación, muchas se aferran a su victimario. Dependencia emocional y económica son algunas de las razones para mantener ese lazo cruel.

El presunto agresor fue identificado como Wilson Moreno Paulino. (Foto: Andina/Referencial)
El presunto agresor fue identificado como Wilson Moreno Paulino. (Foto: Andina/Referencial)

Carlos Herrera

Karla tenía 14 años cuando inició una relación de convivencia con Mario, un varón de 29 años. Un año antes iniciaron su vínculo como enamorados. Según la menor, hubo varios factores que la llevaron a tomar esta decisión. Por ejemplo, las discusiones en casa. Su padre, adicto al alcohol, agredía a su madre. Ese mal clima familiar la empujó a buscar una nueva familia. Mario representaba eso. Convivieron un poco más de un año, también con problemas. Discutían por la falta de dinero. Pese a eso, Karla quedó embarazada. Un día, de los gritos se pasó a la agresión. Mario la golpeó en el rostro y la empujó al suelo sin importarle su estado de gestación de cuatro meses.

Junto a su madre, Karla denunció a su agresor. La jueza dispuso que ambos se separen y que el varón no se acerque.

Sin embargo, semanas después, Karla y Mario retomaron su relación. Los padres de la menor consintieron ello debido al bebé que venía en camino.

La relación entre ambos no cambió. Mario siguió agrediéndola. Incluso llegó a amenazar a su madre. Lo volvieron a denunciar. Esta vez la jueza reiteró las medidas de protección. También dispuso que se investigue a Mario por desobediencia a la autoridad.

Tras un año de terapias y tratamiento, Karla volvió a retomar su relación. Lo hacían por el hijo que tenían ambos, pero el vínculo solo duró cuatro días. Mario la volvió a golpear.

El caso de Karla deja muchas preguntas en el aire: ¿hasta qué punto una mujer tolera las agresiones de su pareja?, ¿qué la amarra a su agresor, para que vuelva con él pese a los maltratos?

Giancarlo Torreblanca, juez de familia de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, explica que como el caso de Karla hay muchos; mujeres que, pese a la humillación, vuelven con sus agresores. De los 22 561 casos, que tramita el Módulo de Violencia Familiar, el 15% son de mujeres que han sido agredidas en más de una ocasión por sus parejas. Lo hacen por la dependencia económica y emocional. Estas frases son comunes: “Qué voy hacer si me deja”, “quién me va a mantener a mí y mis hijos”.

El magistrado de violencia familiar sostiene que, en el país y la región, se vive una cultura de agresión. “Gritar, insultar, discutir y hasta golpear, para algunos, es algo común que puede haber en una relación de pareja”, manifiesta.

Aclara que la violencia no es exclusiva de sectores populares, también en los A y B. Refiere que, en los estratos altos, las agresiones incluso se callan por más tiempo. Las víctimas tienen vergüenza y temor “al qué dirán los demás”.

Sobre ello, la psicóloga Gloria Gonzales López, una de las encargadas de seguir los tratamientos que se dan a las víctimas de violencia en la Corte de Arequipa, afirma que una de las causas de “esta rendición femenina” es la baja autoestima. También lo es la normalización de la violencia, pues ellas crecieron en ese ambiente.

Cuenta que tanto la conducta agresiva de los varones como la pasiva de las mujeres se generan muchas veces en el hogar.

Por ejemplo, si un varón creció en un hogar donde el padre agredía a su esposa, este puede repetir esa conducta de adulto. De igual manera, si una mujer se crió en un ambiente de violencia, donde la madre aguantaba los vejámenes del varón, la niña, cuando tenga su hogar, reflejará un similar comportamiento.

Por qué me agredes

Lo explicado por los especialistas se refleja en el caso de Florencia (39). La mujer buscó ayuda para frenar los maltratos de los que era víctima el año pasado en la provincia de Camaná, Arequipa. Contó a las autoridades que su exconviviente la acosaba. “No me deja hacer nada tranquila, me desautoriza frente a mis hijos, los pone en mi contra”, manifestó.

Mencionó que pese a existir medidas restrictivas, que prohíben a su expareja acercarse a ella, este la busca y agrede.

Florencia no solo tenía que soportar los maltratos de su ex, también los de su nueva pareja, con quien inició una relación hace dos años, él también la agredía. Era muy celoso e incluso intentó matarla.

Para Dessy Zanabria, directora del Centro de Prevención del Abuso Sexual Infantil (CPAS), en el Perú, se tiene un problema muy grave respecto a cómo se trata el tema de la violencia hacia las mujeres y niños. No hay políticas de prevención. Explica que se debe trabajar con los niños y adolescentes en los colegios para enseñarles el respeto. “Hemos presentado un proyecto al Ministerio de Educación, para que se incluya en la currícula, pero no lo han tomado en cuenta”, dice.

Afirma que tampoco los municipios trabajan en prevención. Refiere que, para detectar a posibles agresores, los gobiernos locales deberían implementar charlas de violencia familiar a todas las parejas que recurren a estas entidades para casarse por lo civil. “Si se dan charlas y si se les hace una prueba psicológica, se podría saber con qué persona me estoy casando. Y si pese a ello la acepto, sería consciente de que lo tengo que ayudar para que cambie”, sostiene.

Un mal cariño

Zanabria aclara que todos en algún momento de la vida hemos conocido la violencia, en un mayor o menor grado: “Muchos adolescentes creen que el insulto es un cariño. En los colegios, una chica le dice a otra que es una perra y ambas se ríen. Uno le pregunta por qué te dejas insultar, y dicen que no es un insulto... así nos tratamos como amigos”.

Por su parte, la psicóloga Gloria Gonzales López agrega que la violencia familiar tiene un ciclo, que muchas parejas no toman en cuenta. Este empieza con la acumulación de tensión. El varón, con la excusa de que la mujer hace mal las cosas, le grita e insulta en reiteradas ocasiones, hasta llegar al punto de que explota y la agrede (fase dos) sea psicológica o físicamente.

Tras los actos de violencia, el agresor pide perdón (fase tres), excusa su actuar en otros problemas, como los laborales, y pide retomar la relación, como si nada hubiera pasado. “La mujer acepta regresar, sin darse cuenta de que no habrá cambio. Si ya la agredió una vez, lo volverá a hacer cuando se tengan problemas en el hogar, como los económicos. Por eso, es necesario que si se detectan actos de violencia, se busque ayuda profesional para cambiar”, finaliza.

Tratamientos a los agresores

La psicóloga Gloria Gonzales López explica que no solo se debe tratar a las víctimas de las agresiones, también a los agresores.

Sobre ello, el juez de familia Giancarlo Torreblanca sostiene que, en la Corte de Arequipa, se implementó un tratamiento para ellos. En las medidas que se dictan en cada caso, se les obliga a ser tratados por los psicólogos.

Gonzales cuenta que se evalúa a cada agresor para conocer el origen de su conducta y así dar una solución. Asimismo, están recorriendo diferentes colegios de Arequipa para explicar a los alumnos las consecuencias de la violencia.

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