Ya se sienten efectos de paralización de III Etapa de Chavimochic

La paralización de la tercera etapa del Proyecto Especial Chavimochic, que en noviembre cumplirá su tercer año consecutivo, ya empieza a provocar efectos negativos en la agroindustria y en los hombres de campo de La Libertad.

Según la Cámara de Comercio de La Libertad (CCLL), existen 30 mil hectáreas de tierras que no se están sembrando y ya se nota la falta de agua en el valle de Moche (Trujillo). La Junta de Regantes de esa zona agrícola ha manifestado ya su preocupación por la falta del recurso hídrico.

“El Proyecto Chinecas (Áncash) está desarrollándose y lógicamente va a necesitar agua del río Santa, y habrá seguramente algunos conflictos en el futuro (con Chavimochic por el uso de la cuenca)”, advirtió el presidente de la CCPLL, Hermes Escalante Añorga.

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Debido a esa situación, el gremio empresarial espera que pronto se reinicie la tercera etapa de la irrigación Chavimochic y se concluya –por lo menos– la construcción de la represa Palo Redondo en el valle de Chao, que tiene un avance del 70 por ciento.

En un inicio, la CCPLL y los agroexportadores coincidieron en que sea la concesionaria brasileña Odebrecht la que culmine la represa y así evitar un arbitraje. Para ello el gobierno regional tenía que firmar una adenda. Eso se frustró en julio debido a los graves casos de corrupción en los que está involucrado Odebrecht. Sin embargo, ahora hablan de que sea esta u otra empresa la que culmine esos trabajos. Lo importante es avanzar, ya sea insistiendo en la modalidad de concesión o como obra pública o pública-privada.

Escalante Añorga consideró que el gobernador Manuel Llempén Coronel debería tomar la decisión política de reanudar la obra.

Llempén ante ministros

Este miércoles 25 de setiembre, el gobernador expondrá en la sesión de Consejo de Ministros, en Lima, sobre la situación de la tercera etapa de Chavimochic, la frustrada firma de la adenda con Odebrecht y el arbitraje planteado por la concesionaria ante un ente internacional buscando que el Estado le pague US$280 millones.

Odebrecht acusa a la región de no haber liberado (expropiado) oportunamente las tierras para la construcción del canal madre que iba a permitir llevar las aguas hasta el valle Chicama. Considera que ese incumplimiento le impidió avanzar.

Sin embargo, está claro que Odebrecht ya no era sujeto de crédito bancario internacional a fines del 2016 por estar involucrado en el pago de coimas a funcionarios de diversos países, entre ellos el Perú, para ganar licitaciones de grandes obras de irrigación, carreteras, entre otras. La banca le cerró las posibilidades de otorgarles préstamos. La concesionaria ya no era sujeta de crédito. Al final quebró.