Entrevista a Norberto Strotmann. Secretario de la Conferencia Episcopal Peruana. Obispo de Chosica.,El monseñor Norberto Strotmann reflexiona sobre los temas que abordó el papa Francisco durante su visita al Perú y responde a los cuestionamientos contra el Sumo Pontífice por evitar pronunciarse abiertamente sobre el caso Sodalicio durante los tres días en los que visitó Lima, Madre de Dios y Trujillo. ¿Qué se llevó el Sumo Pontífice de su visita al Perú? El corazón tan noble y grande del pueblo peruano. Escuché que cuando el Papa llegó al país dijo que su recibimiento se parecía al que tuvo en México. En su primer día ya decía que era mejor que en México y al tercer día ya no tenía con qué comparar. Esto se lo debemos a nuestro pueblo. Nuestra grandeza no se la debemos a otros. Esta experiencia y nuestro valor como país debe ser una nueva base para mirar el futuro. ¿Esperaban congregar a más de un millón 200 mil personas en Las Palmas luego de ver que en Chile el escenario no fue el esperado? Me sorprendió la participación en Las Palmas. Siempre critiqué que la misa se realizara ahí por sus accesos difíciles. Pero vimos que funcionó. Estoy seguro que el Santo Padre se ha ido con mucho optimismo. Todo salió de maravilla, pero ahora no podemos pasar la página como si nada. Los grandes temas de los que habló se tienen que seguir abordando para conseguir conciencia. No es el sentido de la visita papal que la vida siga igual. Se critica que durante su visita el Papa evitara hablar de los abusos sexuales y psicológicos cometidos por miembros de la Iglesia católica. Debo decir que los afectados (las víctimas del Sodalicio) tocaron el tema de manera muy noble durante la visita del Papa. La iglesia tiene que ser sumamente sensible con este tema. Ellos merecen que tengamos una sensibilidad muy especial. También tenemos que agradecer a gente tan terca como el periodista Pedro Salinas, porque han logrado mover el caso. No he tenido el tiempo de preguntar en la Nunciatura Apostólica si hubo una reunión privada entre el Papa y algunos de los abusados del caso Sodalicio. El Papa no los recibió. Parece que la mayoría de ellos estaban encantados con la reacción del Vaticano de intervenir el Sodalicio diez días antes de la visita del Santo Padre. ¿Esa medida fue suficiente? Como obispos, habíamos tratado este tema, pero debo ser muy discreto con algunas cosas. Lo que puedo decir es que esta decisión ha demorado demasiado tiempo y yo lo critico ante todos, incluso con el mismo Papa. A veces las cosas no se hacen a la velocidad que queremos. Pero ahora la imposición de un comisario –que significa que cada paso que den las autoridades del Sodalicio pueden ser anuladas– permitirá un control bastante rígido de lo que allí ocurre. Se critica también el papel de la Iglesia como encubridora de casos de agresión física, sexual y psicológica por parte de sus miembros. Seamos muy cautelosos. No se olviden que esa organización tenía, y todavía tiene, en parte, poder e influencia, no solo aquí en el Perú, sino también en Roma. ¿Cómo actuar en casos como estos? Yo, por lo menos, he recomendado a la Santa Sede que piense cómo se deben tratar en el futuro asuntos tan delicados. ¿No le faltó al Papa manifestarse abiertamente de ese tema? No. Creo que con la medida que dictó, la cosa está encaminada. Indirectamente ha dicho bastante sobre la Iglesia y los abusos. Lo que usted debe haber captado es que cualquier forma de abuso de parte de un cura va contra el centro de nuestra fe. Como cristianos creemos que Dios es amor. No puede haber mayor maltrato del santuario que pervertir el amor frente a gente débil. ¿Cuál es el mensaje de la Iglesia católica a las víctimas? De cercanía con ellos y apoyo pleno para que haya justicia. Donde hay responsabilidad debe haber respuesta de los responsables. Precisamente, el Papa informó en su vuelo de regreso a Roma que la Suprema Corte de Justicia del Vaticano fallará en el caso Figari en menos de un mes. No puedo decir a qué se refiere porque no conozco esas declaraciones. No me gusta hablar sobre lo que no conozco. ¿Cuál es el mensaje final al pueblo peruano? Que con la forma como hemos servido al Papa hemos expresado lo que valemos como pueblo. Y con esta experiencia tenemos base para mirar el futuro con esperanza. Valemos por lo que somos, no por la rentabilidad de nuestra economía o la solvencia ética de nuestros políticos. En Chile el escenario fue distinto para el Papa. ¿Concuerda con que hay un debilitamiento de la Iglesia católica en la región? Los cambios en los últimos 50 años han modificado el escenario de la Iglesia católica. Mi recomendación para la iglesia y para mis colegas obispos es que no se duerman después de este bonito éxito que hemos tenido con la visita del Papa. Aprovechemos esta experiencia de buena voluntad del pueblo peruano para, desde la fe, ofrecer valores para construir un futuro distinto. ¿Cuál es el balance final de la visita del Papa? El balance es excelente. Como peruanos no tenemos que envidiar nada a nadie. Hemos demostrado lo que somos capaces de hacer como pueblo. Uno de nuestros grandes pedidos fue que el Papa se sienta como en casa, y lo logramos al 100%. Los tres días que el Papa estuvo en el Perú, entre Lima, Puerto Maldonado y Trujillo, el pueblo estuvo alegre y lo acompañó siempre. ¿Qué destaca del mensaje que dio el papa Francisco? Le hizo recordar a las personas más olvidadas de la selva lo que valen como tal. Además, el Santo Padre dejó en claro que estamos, como iglesia, al servicio de ellos. También que necesitamos una nueva forma de sensibilidad social con la naturaleza. Y justamente esa población nos enseña cómo vivir en sintonía con la naturaleza.