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Política

Lejos de Fuerza Popular y de la Confiep

“Lo que el fujimorismo sí ha logrado pasmar, más bien, es la orgánica aparición de una derecha liberal”.

TAFUR
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Es hora de que surja una derecha alejada de los escombros de Fuerza Popular y de la perspectiva de la Confiep. La crisis del fujimorismo deja un inmenso espacio político disponible para que aparezcan nuevas expresiones derechistas, y la mercantilización rampante del gran empresariado impone mirar más abajo.

La derecha peruana debe liberarse de la hipoteca psicológica respecto del fujimorismo. Más aun cuando se constata que Keiko Fujimori ha transformado un movimiento que era liberal en lo económico y hasta cierto punto progresista en materia social, en una agrupación mercantilista, defensora de grupos de poder y ultraconservador en asuntos sociales y morales.

Y en lo que debió cambiar no lo ha hecho. La suya debió haber sido una apuesta por tornar democrática la experiencia de los 90. Pero no ha ocurrido así. Desde una mayoría congresal, aun sin el Ejecutivo en sus manos, ha querido controlar y maniatar todas las instituciones públicas (Poder Judicial, Ministerio Público, Tribunal Constitucional, etc.) a su alcance. No podemos imaginar lo que hubiera sucedido si ganaba las elecciones del 2016 con la mayoría congresal que obtuvo.

Es hora, también, de que esta nueva derecha se aparte de la mirada proempresarial, más cercana del lobby que de la elaboración programática, de un sector de la clase capitalista que hoy se ve representado por la Confiep. Se debe promover una economía de mercado, no una república empresarial. Mientras más lejos de los intereses de los grupos de poder, mejor.

La mesa está parcialmente servida. El país está inclinado a la derecha. En la última encuesta de Ipsos se pregunta cómo se identifica la ciudadanía respecto de las categorías izquierda/derecha y si estimamos que muchos se dicen de centro porque decirse de derecha aún supone algún estigma, más del 70% de la población se califica como tal.

Es un mito adosar al fujimorismo el mérito de haber contenido y aun contener la irrupción de una izquierda radical. Veamos lo ocurrido después del 2001, en medio de la resurrección del fujimorismo: la segunda vuelta del 2006 fue entre un Humala chavista y un García centroizquierdista; el 2011, Keiko Fujimori es derrotada por un Humala menos radical que el de cinco años atrás, pero aun izquierdista; y si el 2016 no se hubiese retirado a Guzmán y Acuña de la contienda, probablemente Keiko Fujimori hubiera disputado la segunda vuelta con Verónika Mendoza.

La izquierda ha venido disminuyendo su protagonismo pero porque debido a razones sociológicas el pueblo peruano es mayoritariamente de derecha (clase media, subsistencia mnémica del terrorismo, migración rural-urbana, etc.), no porque Fuerza Popular la contenga. Esa narrativa la quiere imponer el fujimorismo tergiversando los hechos groseramente, como cuando trata de endilgarle a su enemigo Vizcarra el epíteto de chavista o izquierdista, que algunas élites históricamente despistadas se compran.

Lo que el fujimorismo sí ha logrado pasmar, más bien, es la orgánica aparición de una derecha liberal. Y ya es momento de que ello deje de ocurrir. Los imperativos de la post transición exigen una derecha moderna y popular.

La del estribo: imperdible La revolución y la tierra, documental que reflexiona sobre la reforma agraria, un hecho social y político que merece una mirada alejada del nostálgico macartismo de la derecha peruana. Otrosí: a leer El fútbol macho. 50 años de Copa Perú, un gran aporte de Antenor Guerra García para conocer la historia de ese gran fenómeno de integración nacional que es la Copa Perú.

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