El gran retraso
Sobre el presupuesto para la inversión pública.
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El proyecto de presupuesto público enviado por el Ejecutivo al Congreso, y sustentado recientemente, incluye un incremento de casi 6% para las regiones y municipios que se incrementará en casi 3 mil millones de soles más respecto al año pasado.
Esta es, según el Gobierno, la primera prioridad estratégica de nueve que trae el proyecto de presupuesto, al que se agregan otras de corte descentralizador como la inversión en la gestión de riesgos; la mejora de la calidad y ampliación de cobertura educativa y de salud; el impulso al sector agropecuario, especialmente orientado a reducir la brecha de servicios e infraestructura de los recursos hídricos; el aumento de la conectividad del país.
Junto a ello, el Estado ha programado el gasto respectivo para dos asuntos álgidos de la agenda pública: 462 millones de soles para la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), que serán ejecutados por los gobiernos regionales y locales; y 2.300 millones de soles para combatir la desnutrición crónica infantil y la anemia.
Estas perspectivas deben ser puestas en el contexto de los actuales problemas que experimenta la inversión pública, que no han sido encarados exitosamente en los últimos años, y que en el actual ejercicio se ven agravados por el hecho de coincidir con el primer año del mandato de los alcaldes y gobernadores regionales.
En intervenciones anteriores, el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva, se refirió a los “cuellos de botella” que impiden una mejor ejecución de la inversión pública, aunque la discusión sobre el retraso es todavía más compleja. Entre estos se menciona desde el Gobierno la falta de las capacidades técnicas en los gobiernos subnacionales, aunque la visión desde las regiones y municipios es distinta, aduciendo la existencia de una sobrerregulación de los procedimientos y la reducción de la capacidad discrecional en la base del sistema.
En este punto se puede afirmar que el problema de la inversión pública reside menos en el volumen del gasto y más en la capacidad de gasto idóneo y oportuno. El caso de las muertes de niños en varias regiones del país actualiza dramáticamente la falta de incubadoras, monitores, bombas de infusión, medicamentos y recurso humano, actividades que en más de un caso tenía provisión presupuestal que no fueron atendidas o fueron reasignadas a otras prioridades. Sería conveniente aprovechar el debate presupuestal para fijarnos no solo en las partidas disponibles sino en el grave problema del itinerario del gasto público en el Perú.
