Querer entender al Perú, por Mónica Muñoz-Nájar

Un entorno económico sólido, con buen crecimiento del PBI y baja pobreza, es crucial para el desarrollo regional, debe ir acompañado de una gobernabilidad efectiva

Es raro que Perú ocupe las primeras posiciones en ránkings globales, pero en 2022 logramos el primer lugar junto a 10 países desarrollados en el índice de datos abiertos del gobierno. Superamos a 183 países, incluyendo a todos los países del continente americano.

Este logro es el resultado de décadas de esfuerzo por parte del gobierno peruano para recopilar más información sobre las condiciones de vida de sus ciudadanos y la eficiencia (o ineficiencia) de los sistemas administrativos y servicios estatales. Gracias a ello, contamos con un Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) robusto, un Banco Central de Reserva (BCRP) reconocido internacionalmente, y otros organismos que publican estadísticas confiables sobre una infinidad de variables. Es más, la información ahora no solo se presenta a nivel nacional, sino que también está disponible para cada departamento y, en algunos casos, hasta a nivel distrital.

Paralelamente, los fenómenos políticos y sociales han despertado un creciente interés en el sector privado y académico por entender las diferencias, desafíos y potencialidades de cada región del Perú. Este interés, combinado con la mayor disponibilidad de datos desagregados de acceso público, ha dado lugar a la creación de una serie de índices y ránkings regionales. Estos instrumentos buscan sintetizar la información disponible y explicar diversas dimensiones de las condiciones de las regiones.

Aunque los índices tienen limitaciones—una de las principales es la estandarización de los criterios de evaluación en todos los departamentos, lo que puede ocultar particularidades importantes—son herramientas útiles. Estos índices establecen bases comparativas en temas esenciales como el gasto del presupuesto regional, la eficiencia del poder judicial o la satisfacción de la población con sus autoridades. Permiten identificar de un vistazo los problemas principales de cada región y, a partir de ahí, explorar las especificidades con mayor detalle.

Entre estos índices destacan el Índice de Competitividad Regional (INCORE), elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), el Índice Regional de la Eficiencia de la Inversión Pública (IREI) de Videnza Instituto, el índice de Gobernabilidad Descentralizada (GovDex) del Consejo Privado de Competitividad, y el Índice de Competitividad Regional del Perú (ICRP) de CENTRUM. Cada uno de ellos aporta una perspectiva única sobre el desarrollo regional, y en conjunto nos brindan una visión más completa del país.

Información que se complementa

El INCORE del IPE mapea la competitividad de las regiones, destacando fortalezas y debilidades en infraestructura, salud y entorno económico. El GovDex, en cambio, se centra en la gobernabilidad, midiendo cómo perciben los ciudadanos la gestión pública regional y la eficiencia en la ejecución de políticas. Por su parte, el ICRP de CENTRUM clasifica la competitividad regional desde extremo bajo a muy alto, señalando las regiones más rezagadas, según la comparación con un estándar. También el IREI de Videnza Instituto analiza varios indicadores para medir que las autoridades no solo gasten los recursos sino que los ejecuten con transparencia y sin sobrecostos.

Aunque estos índices tienen enfoques distintos, juntos ofrecen una visión integral del desarrollo regional en Perú. Por ejemplo, mientras el INCORE resalta cuáles son factores clave para decir que una región es más competitiva que otra, el GovDex nos da una idea de la gobernabilidad en cada región y se puede analizar cómo la competitividad se refuerza o se ve limitada por la gobernabilidad. Asimismo, se puede hacer un análisis de si las regiones están trabajando para cerrar sus brechas o si, por el contrario, se puede esperar que los próximos años la situación se mantenga o empeore, esto con información del IREI. El análisis combinado de estos índices nos ayuda a comprender mejor las dinámicas regionales y a proponer soluciones más precisas.

Ejemplos de éxito

En los índices de competitividad y gobernabilidad lideran las regiones de la costa sur - Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna- desde hace varios años.
Moquegua y Arequipa son casos donde la competitividad y la buena gobernabilidad se han unido para generar resultados positivos. Según el INCORE, Moquegua lidera en competitividad, reflejada en altos ingresos laborales y mayor formalidad. Además, el GovDex la posiciona entre las regiones con mejor percepción de gobernabilidad, lo que ha favorecido su desarrollo económico y social. Producto de esto, estas regiones están entre las que menos pobreza tienen: 13% para el caso de Arequipa y 14% para Moquegua, muy por debajo del promedio nacional de 29%.

Sin embargo, en estas regiones vemos que, a pesar de estar en los primeros puestos, tienen aún brechas de educación, salud y problemas de corrupción, por lo que el índice de CENTRUM las pone en una escala de competitividad muy bajo. De hecho, en este ranking ninguna región del Perú tiene competitividad alta cuando se comparan con estándares internacionales.

Además, tanto Moquegua como Arequipa clasifican bajo en la eficiencia de su inversión pública, por lo que los recursos públicos que están generando la riqueza y el crecimiento económico no se están usando de la mejor manera, poniendo en riesgo el futuro del desarrollo en esas regiones.

Contraejemplos

En el extremo opuesto, las regiones amazónicas, en particular Ucayali y Loreto, enfrentan desafíos en competitividad y gobernabilidad. Según el INCORE, ambas están entre las menos competitivas del país, con infraestructura deficiente y un entorno económico débil. Esto se traduce en altos niveles de pobreza lo cual subraya la necesidad de intervenciones más focalizadas.

El GovDex también revela que la percepción de la gestión pública en estas regiones es negativa, lo que complica la implementación de políticas efectivas para mejorar la calidad de vida. Estas regiones requieren una atención con enfoque integral que combine el fortalecimiento de la gobernabilidad con políticas que impulsen su competitividad y desarrollo económico De otra manera están condenadas a estar rezagadas, en un país de rezagos.

Lecciones clave

Los índices regionales muestran factores comunes en las regiones más exitosas. Un entorno económico sólido, con buen crecimiento del PBI y baja pobreza, es crucial para el desarrollo regional. Sin embargo, este crecimiento debe ir acompañado de una gobernabilidad efectiva que asegure la correcta ejecución de los recursos públicos y cuente con la aprobación ciudadana.

Los buenos resultados están altamente correlacionados con una menor pobreza y mayor bienestar de la población, no son juegos estadísticos, son vidas de peruanos. Ojalá las autoridades y líderes del sector privado y académico presten más atención a la información de estos y otros índices. Es necesario si quieren entender al Perú.

Mónica Muñoz-Nájar

Coordinadora de Proyectos y Políticas Públicas de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES). Docente de la Universidad del Pacífico. Magíster en Economía de la UP con experiencia en el sector público y el desarrollo económico. Se ha desempeñado como presidenta del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana.