En el 2004, el economista Jurgen Schuldt publicó un libro pionero titulado Bonanza macroeconómica, malestar microeconómico. Decía que los indicadores económicos eran buenos: crecía el PBI, la inflación era baja, casi no había déficit fiscal y la Balanza de Pagos estaba en azul. Pero los salarios eran bajos, era alta la desigualdad, la pobreza estaba en 54% y la informalidad llegaba al 70%.
En el 2023 ya no hay bonanza macro (se terminó el superciclo de altos precios de las materias primas debido a la demanda china para su industrialización): estamos en recesión, la inflación es alta, la balanza de pagos se tambalea y el déficit fiscal puede romper la regla fiscal del 2.4% del PBI.
El malestar micro ha aumentado con la pandemia: el empleo todavía no alcanza los niveles prepandemia, la pobreza ha crecido y la distribución del ingreso se ha estancado. La fractura peruana se ha expandido: han crecido la informalidad y las actividades delictivas.
Los economistas formales también muestran malestar y discrepancias. ¿Se cumple, o no, la regla fiscal del déficit del sector público no financiero (SPNF)? Recordemos que por la pandemia la regla fiscal se suspendió para hacer frente al necesario mayor gasto y la recesión de 10% del PBI. En el 2021, se reactivó la regla fiscal y el déficit se situó en 3.7% del PBI. En el 2022 se volvió a modificar: para el 2023 el déficit se fijó en 2.4% del PBI, para llegar progresivamente al 1% en el 2026.
Para el MEF, aquí hay dos problemas. El primero es la recesión durante los 3 primeros trimestres del 2023. Y el segundo es que la subida de la tasa de interés de referencia del BCR para combatir la inflación ha encarecido el crédito e impacta en la inversión y la demanda: es una medida claramente recesiva. Esta alza de las tasas se da en todo el mundo, incluido EEUU (ver gráfico). El anuncio de la FED, ayer, de que la inflación cede y en el 2024 habrá rebaja de tasas provocó un jolgorio en Wall Street pues comenzaría la reactivación productiva. Aquí, hace 3 meses que el BCR ha comenzado a bajar su tasa de interés.
Pero el déficit fiscal del 2023 ya está consumado y los ortodoxos protestan en todos los tonos pues podría superar, por muy poco, el 2.4% que, repetimos, es bajísimo. Para ellos, la “santidad” de la regla fiscal se debe preservar a cualquier precio, aunque la recesión se agrave, no crezcan los empleos y la pobreza aumente. Digamos, en primer lugar, que esta meta es de las más bajas de la región. Segundo, que el Gobierno pudo haber fijado otras metas, más acordes que la situación actual, al mismo tiempo que preserva la estabilidad macro. No lo hizo.
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Pero también el Gobierno pudo plantear aumentar los ingresos fiscales que, en el Perú, están entre los más bajos de la región con 18% del PBI en 2019, 16 puntos menos que el 34% de la OCDE y 4 puntos más abajo del 22% de América Latina. Eso lo recomienda la OCDE. El ministro Francke lo planteó, pero el Congreso lo archivó. Hace un año Colombia sí lo hizo y va a recaudar un adicional de 1.5% del PBI. Chile va a recaudar 0.5% del PBI adicional con la nueva regalía minera. ¿Y el Perú? Bien gracias.
Hay un tercer problema. Los factores externos explican el 65% del crecimiento de nuestro PBI (variabilidad, en la jerga económica), tal como lo muestran las propias cifras del MEF, desde Castilla en el 2012 hasta Burneo en el 2022. Y no se ha avanzado en aumentar la productividad en el mercado interno. Al contrario, del 2008 al 2022 el sector industrial ha caído del 16 al 12% del PBI. Nos estamos desindustrializando desde hace buen tiempo. No es casualidad: es parte del modelo, pues se prioriza la inversión en recursos naturales.
El informe de América Latina de CEPAL, publicado ayer, dice que va a continuar el bajo dinamismo del crecimiento global y que el comercio mundial de bienes se ha estancado. Debido a ello: “el bajo crecimiento del PBI esperado en 2023 y 2024 no es solo un problema coyuntural, refleja el menor crecimiento del producto tendencial de la región”.
Entonces, si no se cambia la política económica y no avanza la política de desarrollo productivo (entre otras), el bajo crecimiento continuará y la informalidad y las economías delictivas podrían superar el 20% del PBI que hoy se les atribuye. Hay malestar macro y micro para rato.
Humberto Campodónico. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.