¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Palabra de maestro, grito de dictador

“Pedro Castillo fue presidente, dictador y detenido en un mismo día. Y no solo él se ha despojado y ha vestido varios roles: a muchos integrantes de la clase política les ha tocado seguir con la dinámica”.

En julio de 2021, Pedro Castillo inició su mandato con un sombrero y, en diciembre de 2022, lo finalizó sin él. Además del atuendo, las pérdidas durante sus 17 meses en el sillón presidencial fueron una consigna más célebre que el lema “Palabra de maestro”: se le extraviaron el concepto de democracia, la intención de diálogo con la prensa y alguna estrategia para conseguir el amparo del Legislativo.

Su matiz dictatorial completo, sin embargo, se asomó cual grito cuando decidió instaurar un gobierno de excepción, disolver el Congreso e imponer un toque de queda. Quebrar el orden constitucional ocasionó en la historia del país un giro atestado de episodios políticos y, por tanto, de un sistema de símbolos que merece un recorrido con lupa.

Mensaje presidencial a destiempo. El discurso del ahora ex jefe de Estado ocurrió antes del debate de la tercera moción de vacancia. Su respuesta desesperada a una votación inaplazable escapó incluso de los acuerdos con su defensa legal, Benji Espinoza. Así lo declaró el abogado en una conversación con Rosa María Palacios y Augusto Álvarez Rodrich: no hubo un aviso acerca del siguiente movimiento. El mutismo de Pedro Castillo deja entrever una confianza hacia un plan B que la opinión pública todavía desconoce.

Lectura agitada. A la vez que el golpe de Estado empezaba a ocupar titulares sin control, era desenfrenado también el temblor que manejaba al profesor chotano. En escenarios donde la crisis política se dilata con vaivenes, el lenguaje corporal se convierte bien en un salvavidas o bien en un salto al vacío. Fue lo segundo.

El dominó de renuncias. Dichas las órdenes, los miembros del gabinete renunciaron irrevocablemente como una vez lo hizo Pedro Castillo a Perú Libre: Alejandro Salas dimitió del Ministerio de Trabajo; Félix Chero, del Ministerio de Justicia; César Landa, del Ministerio de Relaciones Exteriores; Kurt Burneo, del Ministerio de Economía; Rosendo Serna, del Ministerio de Educación; Roberto Sánchez, del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo; Silvana Robles, del Ministerio de Cultura.

Ninguna de las cuatro reconfiguraciones de la PCM en los últimos seis meses le avaló al exfuncionario una simpatía entre las carteras capaz de caminar junto con su plan B. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional tampoco lo respaldaron. Sin aliados, no hay poder que pueda calificarse como supremo.

Votación mayoritaria. El Parlamento vacó a Castillo con 101 votos a favor. ¿El motivo? Incapacidad moral. Más allá de una inoportuna imagen de heroicidad que los congresistas intentaron conservar en una fotografía, queda en la memoria colectiva los nombres de quienes se negaron a la vacancia: Hamlet Echeverría Rodríguez, de Perú Democrático; Margot Palacios Huamán, Janet Milagros Rivas Chacara y Bernardo Jaime Quito Sarmiento, todos de Perú Libre; Elías Marcial Varas Meléndez, de Perú Bicentenario; Paul Silvio Gutiérrez Ticona, del Bloque Magisterial de Concertación Nacional. Rendir cuentas no es una tarea exclusiva para Pedro Castillo.

El tráfico en pro de la captura. Mientras que en las redes sociales ya tomaba protagonismo el pedido de capturar a quien había disuelto un poder el Estado, los agentes de la PNP, los conductores ocasionales y los ciudadanos de a pie impidieron su desplazamiento y contribuyeron para que ahora Castillo esté, en compañía del ex primer ministro Aníbal Torres, bajo la vigilancia policial. La actuación pública es un acto rojiblanco en medio de tanto gris.

La nueva presidenta Dina Boluarte. Las expectativas de cara a quien use la banda presidencial –por sexta vez en cinco años– estaban puestas en la mención de anticipar las elecciones generales. No obstante, Boluarte evidenció su deseo de dirigir hasta el 2026. La esperanza que posee la actual presidencia es un valor escaso en el ánimo de los peruanos: ahí hay una tarea más.

Pedro Castillo fue presidente, dictador y detenido en un mismo día. Y no solo él se ha despojado y ha vestido varios roles: a muchos integrantes de la clase política les ha tocado seguir con la dinámica. Por eso, la tensión no cesa con el adiós de un personaje multifacético: el siguiente movimiento –aunque sea una incógnita– será cabal siempre y cuando apunte a la perdurabilidad en una democracia fisurada.

Camila Vera

Correctora web y columnista del espacio Glosario azul en La República. Periodista piurana (Udep) con experiencia en el género argumentativo y narrativo, y en la docencia de la gramática española.