Rescate filial de MMG, por Mirko Lauer
“Populibros peruanos fue un salto en el camino de avance de la industria editorial. Expreso fue conscientemente armado en base a visiones de lo periodístico más modernas que las de Lima de entonces”.
Con tres largos tomos, la vida y obra de Manuel Mujica Gallo (1906-1972) reunida por sus hijos no es un libro para leer de un tirón. Incluso no todos tendrán parejo interés por todas sus partes, que son bastantes, y muy distintas. Aunque el propio MMG en su multifacética peripecia vital en cierto modo las va logrando articular a todas, con ayuda del tiempo.
Hay un MMG político, otro diplomático, otro taurófilo, uno coleccionista y promotor de las artes en el medio peruano. También hay un escritor volcado hacia la historia y el periodismo. Luego están el empresario, el padre de familia dedicado y el bon vivant. Son todas facetas nítidas, cada una con méritos y hasta con algunos importantes logros propios.
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Pero no todas las facetas son igualmente fáciles de abordar. La fundación del diario Expreso en 1961 es un hito obvio en su vida pública, pero quizás da más para un estudio que para una evocación. El paso de MMG por la política ha exigido un ensayo cuidadoso, y hasta meditadísimo, de su hijo Ramón. Su gusto por los toros y el arte, que unió en su amistad con Pablo Picasso, son un terreno más bien especializado.
Hay una coherencia entre el impulso de MMG de ir a la fundación del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC, hoy MAC) en 1955 y la fundación de Expreso en 1961 y su secuela. ¿Fue el mundo del arte moderno una suerte de ala izquierda de un AP camino del triunfo de 1963? Quizás sería más exacto hablar de un ala moderna y vocacional, un ala de arquitectos y empresarios en torno de la industria, uno de estos últimos Mujica.
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La expresión mecenas a menudo atribuida a MMG es cierta pero no lo llega a captar del todo. No por falta de generosidad personal, que la tuvo mucha, sino porque es posible detectar en sus actitudes un impulso modernizador más interesante que el simple asistencialismo frente a lo creativo. Habría que decir, entonces, mecenas moderno.
El IAC fue clave en su aliento a un mercado de arte que recién comenzaba. Populibros peruanos fue un salto en el camino de avance de la industria editorial. Expreso fue conscientemente armado en base a visiones de lo periodístico más modernas que las de Lima de entonces.
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