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Sintonía por una mejor representación, por Lucia Solis

“La lucha contra el machismo (…) comienza (…) por reconocer lo que hemos normalizado por años no solo desde los medios de comunicación y el periodismo, sino también desde los espacios más íntimos que habitamos y en donde también podemos reproducir violencia”.

Desde hace muchos años el contenido que ofrecen los medios de comunicación, especialmente televisivos, representan a la perfección lo misógina y nada inclusiva que es la sociedad peruana con comunidades vulnerables como mujeres, personas con discapacidad, racializadas y LGTBIQ+. Sobre todo frente a las primeras es que se ha construído y se sigue construyendo un reflejo exacto del propio machismo internalizado. Dos muestras recientes de ello se observan en el tratamiento que recibieron las modelos Melissa Paredes y Sheyla Rojas a partir de sucesos de su vida sentimental.

El podcast Sintonizadas, de la periodista especializada en género Suiry Sobrino, toma esta última para analizar, desde un enfoque de derechos, la forma en que se retrató el mediático anuncio del supuesto romance entre Rojas y el futbolista Luis Advíncula en la televisión. Un estudio que nos demuestra la necesidad de complejizar el contenido que elaboramos, difundimos y recibimos en aras de erradicar, poco a poco, aquellas prácticas machistas -intencionales o no- normalizadas en el periodismo.

A lo largo de cuatro capítulos Sobrino habla de estereotipos utilizados para denigrar a mujeres, masculinidades a través de una perspectiva anti racista y la forma en que la misoginia se ha convertido en un recurso válido, tolerado y aplaudido para captar audiencia y lucrar. Se trata de un análisis breve pero conciso que interpela nuestra manera de consumir información y que, además, demuestra que en formatos tan populares pero lejos de los tradicionales como los podcasts podemos encontrarnos con contenido enriquecedor, disidente y, sobre todo, que cuestiona y propone mejores maneras de comunicar.

El cuarto episodio quizás sea el más difícil de oir y procesar. La periodista toma extractos de discursos de figuras como Magaly Medina e imitaciones realizadas en programas cómicos para demostrar cómo se puede denigrar a mujeres por su físico o situación sentimental y atacar a personas racializadas bajo el problemático argumento de que se está haciendo ‘’humor’' sin tener ninguna consecuencia drástica. El caso de Sheyla Rojas y Luis Advíncula es apenas un ejemplo entre décadas de ataques.

Sintonizadas es una pieza directa que intenta, en todo momento, aplicar la interseccionalidad. Y lo logra. El abordaje de la belleza hegemónica en mujeres y los arquetipos alrededor de ella, la hipersexualización de los hombres negros, lo que hay detrás de la figura del futbolista y, como ella le llama, ‘’la rentabilidad de la misoginia’', advierten que el análisis desde un enfoque de derechos está incompleto si, además del género, no revisamos la violencia cruzada que enfrentan otras identidades.

La lucha contra el machismo, el sexismo, el racismo o el capacitismo, aquellas problemáticas contra las que todos y todas nos posicionamos -al menos desde el concepto- comienza por mirarnos un poco el ombligo; por, entre otras cosas, reconocer lo que hemos normalizado por años no solo desde los medios de comunicación y el periodismo, sino también desde los espacios más íntimos que habitamos y en donde también podemos reproducir violencia.

Lucia Solis Reymer

Casa de Brujas

Periodista y editora de género en Grupo La República. Licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y máster en Estudios de Género por la Universidad Complutense de Madrid.