Falta prevención

Eduardo Ugarte

Periodista

A mediados del siglo XVIII, relata Ventura Travada, la falda del volcán Misti era fecunda en leña gruesa para fogones y delgada para hornos que abastecía la ciudad, igual que la de los cerros que la circundan. Bastaba al adulto mulas, al muchacho jumento y a ambos diligencia, para que las faldas les den de comer y vestir; “y si hay quienes en necesidad no hacen este trabajo, es porque o son flojos u holgazanes, o es algún presumido hidalgo, como si el rajaleña pareciera peor que rajar en puntos de nobleza.” Cuando eran muchas las aguas, llegaban los pastos hasta los términos de la ciudad, remedando las lomas de sus costas “con mucha variedad de flores silvestres y pájaros.”

Hasta los 50 del siglo pasado se podía ver en la noche la luz de las fogatas de los carboneros al pie del Chachani y Misti. Después, solo quedaron pastores e invasores. Varios fueron los intentos para reforestar las faldas de los volcanes, como las 20 hectáreas (ha) que se han recuperado con queñua de los viveros que sostiene la minera Cerro Verde en Yarabamba y Uchumayo.

Este fin de semana más de 100 ha de vegetación se ha perdido en la parte baja del Misti por más de una docena de incendios provocados por “peregrinos”, que sin ruta segura señalada, preparación ni guía, ascienden irresponsablemente y hacen fogatas que no contralan ni apagan debidamente. Afectaron Cayma, Yura, Miraflores y Chiguata, que carecen de planes de prevención y de contingencia contra incendios, como señala Luis Felipe González, administrador del Serfor.

Los bosques y pastizales al pie de nuestros volcanes no solo son hábitat de insectos, reptiles, aves y mamíferos (hoy carbonizados). Están dentro de la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca, principal reserva de agua de lluvia, nieve y granizo, que retenida por su vegetación, luego va a bofedales, lagunas y subsuelo, de donde se libera durante el año regulando el ciclo hidrológico. Por eso, por la pérdida de flora, se desertificaron las faldas del Pichu Pichu y no se volvió a cultivar en la andenería de sus alrededores. v