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Un referéndum para acabar con el mal

“Si toda la política está pervertida, pienso que el pueblo soberano tiene la última palabra y debe pronunciarla en un referéndum que Castillo debe plantear ante el Congreso”.

Hannah Arendt, la más destacada filósofa del siglo XX, asistió al juicio de Eichman en Israel por encargo de una publicación norteamericana y lo que llamó más su atención fue que el dirigente nazi reconociera los crímenes, pero no se sintiera responsable. Lo mismo pasaba con los alemanes que aplaudieron en su momento a Hitler. A esta perversión ética y política Arendt denominó la banalidad del mal.

El Perú no ha sido ajeno a esta experiencia perversa. Fujimori y Abimael Guzmán forjaron organizaciones criminales para asesinar y robar, pero no se sentían responsables. Muchos políticos robaron descaradamente, pero sus electores los justificaban: Roban, pero hacen obra. Algo parecido está pasando con nuestra frágil democracia. La vacancia del presidente para instalar una dictadura parlamentaria se ha vuelto un hecho normal. La planteó KF en el 2016 y se concretó en 2020 con el golpe del Congreso a Vizcarra. El Congreso nombraba presidentes, la división y el equilibrio de poderes se esfumaron, el régimen democrático de transformó en una dictablanda parlamentaria, pero muchos vieron estos hechos como normales.

Apenas Castillo se instaló en el gobierno, la ultraderecha y los oligopolios de los medios plantearon su vacancia para seguir con la dictablanda congresal. Ellos no aceptan que alguien que proviene de los excluidos de siempre los reemplace en el gobierno. Dos meses más tarde se sumaron los neoliberales y los liberales alegando que Castillo era inepto e ignorante y que amenazaba destruir el paraíso que ellos habían construido en los últimos 30 años. No han logrado domesticar a Castillo para que les entregue totalmente el gobierno. Al final todos los opositores de derecha piden la renuncia de Castillo alegando un alto nivel de desaprobación ciudadana. Si la alta desaprobación fuera una causal de vacancia o renuncia, el Perú sería siempre un barco a la deriva.

Pero la inmensa mayoría de ciudadanos no aceptan que Castillo se vaya para que se quede el Congreso gobernando. En todo caso, aceptaría que se vayan todos. Ante este dato contundente, la ultraderecha, los medios oligopólicos, los liberales y neoliberales han terminado planteando elecciones generales anticipadas, acabando con esta frágil democracia como si todo fuera normal. Es la banalidad del mal.

Si toda la política está pervertida, pienso que el pueblo soberano tiene la última palabra y debe pronunciarla en un referéndum que Castillo debe plantear ante el Congreso. En ese referéndum la ciudadanía tiene que responder tres preguntas sencillas:

1. ¿Está de acuerdo con que haya elecciones generales adelantadas? Sí o No.

2. ¿Está de acuerdo con darle facultades extraordinarias al JNE para que con especialistas en la materia hagan una reforma electoral y una reforma de partidos? Sí o No.

3. ¿Está de acuerdo en convocar a una asamblea constituyente para que elabore una nueva Constitución? Sí o No.

Sinesio López

El zorro de abajo

Sinesio López. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.