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Todas las trabas

La estrategia fujimorista para ahondar la crisis y tirar por la borda los resultados del 6 de junio.

La consigna del momento en los predios fujimoristas es generar la mayor cantidad de reclamos y apelaciones para ahondar la crisis, menguar la resistencia de las autoridades electorales, minar el prestigio de los observadores internacionales y tirar por la borda los resultados de los comicios del 2021.

Es una estrategia atrevida porque no existe ni un solo motivo fundamentado para esgrimir la denuncia de fraude. No obstante, se incrementa la campaña para generar un sentido común entre los simpatizantes de la heredera de Alberto Fujimori y amplificar la versión del supuesto complot diseñado exclusivamente para quitarle el triunfo en las urnas.

Esta campaña tiene varias plataformas que sostienen lo inverosímil de un fraude masivo, localizado en los Andes y que, además, nunca fue visto ni apreciado por nadie, incluyéndolos a ellos mismos, que recién lo descubrieron el miércoles. Una de ellas es la mediática, que repite sin digerir, las versiones de la candidata que abruma en las pantallas con sus denuncias de casos puntuales que usa como paradigmáticos que luego son desmentidos, mientras convoca a los espectadores a que si tienen alguna denuncia se la hagan saber.

Otro de sus soportes son los altos mandos retirados de las fuerzas armadas. Se reproducen sus declaraciones como partes de guerra que, primero, no tienen ningún hecho objetivo que denunciar, sino supuestos y elucubraciones. Otro dato de la realidad que nadie quiere anotar es que se trata, en su gran mayoría, de oficiales que mostraron su adhesión a los reos Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos mediante actas de sujeción y que incluso muestran fojas manchadas por la corrupción que carcomió los cuarteles en esa oprobiosa década.

Finalmente, queda la plataforma de los desadaptados y prontuariados que se usa como carne de cañón para que ataquen y dañen honras mientras amedrentan en los domicilios particulares o en los locales públicos, o incendian las redes con vilezas de tan alto calibre, que cualquiera en su sano juicio no debería hacer otra cosa que bloquear.

Estos delitos de acoso y hostigamiento contra las autoridades electorales, periodistas, intelectuales, artistas, quienes son pifiados e insultados por haber cometido el gran pecado de apartarse del racismo, clasismo y fascismo que encarnan estos colectivos que defienden con fanatismo a la candidata fujimorista, deben ser investigados y sancionados. El Ministerio Público ya tiene un procedimiento abierto para encontrar la red de matones y a la fuente económica que promueve el delito.