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Vacuna, derecho de todos

Quieren promover el negocio de la vacuna cuando requerimos un Estado que garantice la equidad.

De todas las propuestas inviables que han hecho los candidatos, no hay duda de que la formulada por Hernando de Soto en relación a las vacunas gana los primeros lugares. Hemos podido escuchar a quienes ofrecían salir con un fajo de billetes a convencer a Joe Biden de vendernos unas 40 millones de dosis, o que la vacuna se produjera en el Perú en tiempo récord. Pero HdS ofreció no comprar ninguna vacuna para que los privados se encarguen de hacerlo.

No hay duda de que en algunos casos mencionados, lo que se promete es un gancho para atrapar el titular del día siguiente y dista tanto de la realidad y es tan improbable, que es difícil que alguien informado pueda darle credibilidad.

Pero la opción de dejar las vacunas en manos de los privados no es una fantasía. Es el sueño de los que se han enriquecido con la pandemia. Es el más caro anhelo de los que lucraron con las mascarillas. Es el paraíso de los que hasta hoy negocian con la cama hospitalaria o que venden el oxígeno a precio de oro.

¿Qué pasaría si los privados se encargaran de las vacunas? Bueno, en primer lugar, existiría un mercado que de acuerdo a la demanda insatisfecha del 99% de población no vacunada, podría cobrar precios prohibitivos.

Al vacunarse primero a los que tienen el dinero suficiente para pagar, no necesariamente los más vulnerables, a los adultos mayores, o el personal de primera línea, la pandemia podría seguir con su tercera y cuarta ola, sin que se garantice ningún freno a la expansión del virus por falta de una política pública ad hoc.

El Estado es el responsable de garantizar la salud de los peruanos con énfasis en los más pobres, los más vulnerables. Por ello, los especialistas en salud pública aseguran que además es el llamado a garantizar la equidad. Es decir, no hay plata que valga cuando lo que está en juego es el derecho a la vida de millones de personas.

Y hay una razón más poderosa que todas las anteriores. Es ¡porque no se puede! No hay país en el mundo donde no sea el Estado el comprador de los lotes de vacunas y los laboratorios que están comercializando solo aceptan al Estado como negociador. ¿Algún sesgo ideológico? No, pragmatismo. Los laboratorios no quieren un mercado persa cuando pueden tener una venta global y asegurada. Alguien que se ha vacunado gratis y por acción del gobierno de EEUU debería saberlo.