Su poder de cambiar mi mundo

Hemos alineado nuestros sueños y realidades. Las disputas, con los días, se han convertido en acuerdos. Logramos detener el avance del miedo y la ansiedad, aunque debo confesarles que a veces cruzan la raya. ¿Momentos de tensión? Los hay y con frecuencia. Nada es perfecto. Ser niño no es tan fácil y ser el adulto responsable del bienestar del niño, tampoco.

Santi es mi hijo de 10 años y ha sido muy creativo para adaptarse a los nuevos tiempos. Aceptar a su lado la proeza de imaginar y recordar nos ha permitido enlazarnos en varios relatos. Le dimos vida a las estatuillas y máscaras que habitan vitrinas y paredes. Cantamos una hualina y vimos bailar a Henoch, el huatrila más querido de Jauja. Deshilachamos la cecina enviada por mamá y convertimos la sala en un campamento. Así, fuimos llenando las páginas del libro: “Escritos para Santiago Z”.

“Era un día muy especial, hasta las flores parecían más amarillas y rojas que nunca. Los sombreros de las gentes lucían lindos decorados y los muchachos jóvenes llevaban sus picos y lampas para dejar limpio el canal. La acequia antigua del pueblo, esa que está allí como una herencia y que ahora protege el mingao, el brujo, el parián, el superhéroe de la naturaleza.

- ¿Superhéroe?, ¿como el Hombre Araña?, interrumpe Santiago Z.

- No Santiago, como tú…

- ¿Como yo?, pero si yo no tengo poderes…

- Claro que los tienes. Has convertido esa botella de yogurt en una muñeca…

- Ah…

El brujo o parián, el superhéroe de la naturaleza trae el agua con su vara de mando. Los mayores afirman que, escondido en esa corriente turbia, viene un sapo, un sapo que anuncia la lluvia y prosperidad de los campos. Todos lo saben, aunque muy pocos lo hayan visto”.

Repetimos el ritual de años: preparar una mazamorra de maíz y compartir no solo su buen sabor sino la leyenda y la historia aprendida en cada viaje. Descarga “Escritos para Santiago Z” aquí: bit.ly/3smUw44.