Olinda Silvano

Olinda Silvano, cuyo nombre en shipibo es Rishi, un suspiro; define sus poderes en el origen, cuando nació iluminada, con una corona de conocimiento que le vino por herencia y a la que ha ido adiestrando para convertirse en la asesora artística de sus paisanas.

“Lo que estaba invisible, le estamos visibilizando, para que la gente conozca cómo es nuestro arte aquí en Cantagallo”, me dijo alguna vez. En tiempos de pandemia y ante la amenaza latente que ha sitiado a su comunidad y ha contaminado a muchos, continúa su actividad creativa. Las telas bordadas y pintadas serán un recurso para subsistir.

Desde donde estamos, desde lo que sentimos, es momento de actuar. Unirse a alguna cruzada, alentar el consumo de productos nativos, pagar por la artesanía para que cuando se habilite el envío, esta pueda llegar a casa. Hay que hacer lo que se puede, es suficiente, porque si cada uno es capaz de hacer algo, esos algos juntos harán un montón.

Esta vez quiero recomendar a Olinda, maestra artesana y personalidad meritoria de la cultura, activista, embajadora del pueblo originario ShipiboKonibo. Sus trabajos son maravillosos. Te hablan del río, del corazón de la ayahuasca, de los montes, de la vida misma. Adquirir una de sus creaciones (https://www.facebook.com/OlindaSilvan) es acercarte a esa Amazonía desconocida y llena de gente sabia, a la que hemos olvidado por siglos y ahora venimos a darnos cuenta de su inhóspita geografía y de su dramática realidad que, si aprendemos la lección, tendrá que cambiar de raíz.