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¿Por qué la gente odiaba los carritos de compras cuando salieron por primera vez?

Conoce la historia de los carritos de compras y cómo en un primer momento nadie quería usarlos.

El carrito de compras fue inventado en los años 30 en Estados Unidos. Foto: AFP
El carrito de compras fue inventado en los años 30 en Estados Unidos. Foto: AFP

Los carritos de compras son imprescindibles en cualquier supermercado. Estos nacieron a principios del siglo XX y ayudaron a inaugurar una era de consumo masivo en las tiendas para que los clientes no se tuvieran que preocupar por cómo llevar las cosas a su coche.

Según información obtenida por CNN, Andrew Warnes, profesor de literatura estadounidense en la Universidad de Leeds (Inglaterra) y autor de “How the shopping cart explains global consumerism”, dijo que el carrito de compras permitió el “rápido revoloteo de objeto en objeto” y que daba a la gente el “receptáculo con ruedas en el que podía echar sus opciones y pasar a la siguiente”.

Pero el principio de la historia de este carrito no fue bueno. Para sorpresa de su creador, este objeto estaba lejos de ser algo “práctico” para los consumidores y fue visto como obstáculo.

¿Por qué la gente odiaba los carritos de supermercados?

Sylvan Goldman, propietario de una tienda de comestibles de Oklahoma y considerado el padre del carrito de compras moderno, dijo en una entrevista televisiva en 1977 que pensó que este objeto tendría un éxito inmediato.

El entusiasmo de este empresario se acabó cuando en el primer día que aparecieron en sus tiendas había gente comprando, pero ni una sola usaba el carrito.

Los clientes decían: “No, ya hemos empujado suficientes carritos de bebé, no vamos a empujar carros en las tiendas”, recordaba Goldman en una carta de 1972. “Los clientes hombres decían: ‘Con mis grandes brazos puedo llevar mis cestas, no voy a empujar una de esas cosas’”, dijo.

¿Cómo se incluyeron en los supermercados?

Los supermercados llegaron por primera vez gracias a Piggly Wiggly en Memphis, en 1916, y permitían a los compradores elegir ellos mismos los artículos de las estanterías, en forma de autoservicio.

Con el pasar del tiempo, los supermercados empezaron a ser más grandes e incluir playas de estacionamiento; sin embargo, los clientes continuaban llevando sus compras hacía la maletera en cestas.

“Se empieza con el autoservicio con una cesta. Pero en el momento en que la gente empieza a conducir coches, quiere comprar más de lo que lleva”, dijo la historiadora Susan Strasser, autora de “Satisfaction guaranteed: the making of the american mass market”.

Cuando Goldman, el padre del carro moderno, vio que los clientes dejaban de comprar cuando su cesta estaba llena o era demasiado pesada, indicó en un primer momento que se les ofreciera una segunda cesta, pero en 1936 tuvo la idea de un carrito con ruedas para ayudar a aumentar las ventas de la empresa.

“¿Se imagina recorrer un amplio mercado de alimentación sin tener que llevar una engorrosa cesta de compras en el brazo?”, fue la frase que utilizó Goldman para su anuncio comercial.

Sylvan Goldman. Foto: Archivo The Oklahoma

Sylvan Goldman. Foto: Archivo The Oklahoma

Como se mencionó, al principio hubo una resistencia para utilizar esta herramienta y, para poder acabar con este mal recibimiento, Goldman contrató a personas para que recorrieran la tienda con carritos de la compra y los llenaran.

Esto sirvió, pues los clientes empezaron a seguir el ejemplo de estas personas y pronto todas las tiendas de Goldman estaban equipadas con carritos.

El éxito de estos carritos creció y su creador empezó a vender carritos a otros supermercados por US$ 6 o US$ 7; sin embargo, algunos gerentes se mostraban preocupados con estos objetos, pues temían que los niños tuvieran accidentes, pero Goldman disipó estas dudas haciendo películas promocionales que demostraban la forma correcta de utilizar los carritos. Unos años más tarde, introdujo un carrito con asiento para niños.

Desde ese entonces, el modelo del carrito no ha variado mucho. En la década de 1960, se añadieron cinturones de seguridad a los asientos para niños, aunque eso no ha impedido que se produzcan miles de accidentes de carros de compra con menores cada año (más de 24.000 niños se lastiman cada año por una caída de un carrito de compra, según información del estado de Ohio).

“Es difícil mejorar el diseño”, afirma Warnes. “El metal es duradero. El sistema de malla es transparente. El asiento para niños es una solución brillante para comprar con un niño pequeño. Es apilable, por lo que resulta muy fácil de transportar”.

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