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La extraña ‘epidemia del baile’ que mató de agotamiento a más de 300 personas

Un día, sin explicación alguna aparente, una mujer comenzó a bailar a mitad de la calle. A los días siguientes, eran cientos los que se unieron a una danza ininterrumpida, para luego morir. Así fue la extraña ‘epidemia del baile’.

Imagen representativa de la 'epidemia de baile' que mató a cientos de personas en 1518. Foto: Pieter Brueghel the Younger
Imagen representativa de la 'epidemia de baile' que mató a cientos de personas en 1518. Foto: Pieter Brueghel the Younger

Una mañana de julio de 1518, Frau Troffea comenzó a bailar descontroladamente por las calles de Estrasburgo, actualmente al noreste de Francia. La mujer no podía dejar de danzar y siguió con sus imparables movimientos durante varios días, sin que existiera algún motivo para festejar ni sonara música. A este caso se le sumaron cientos similares, por lo que se le llegó a conocer como la ‘epidemia del baile’, que posteriormente los llevó a la muerte.

Reseñas señalan que Frau Troffea ondeó las caderas y zapateó con un ritmo frenético que perduró por cerca de 100 horas seguidas. Extrañamente, a esta escena se le comenzaron a sumar más personas con el paso de los días.

Tras un mes, eran cerca de 400 bailarines contagiados. Decenas de estos sufrieron agotamiento, invalidez en las piernas, ataques epilépticos, infartos, derrames o caídas que los llevaron a la muerte, según recogen reportes especializados.

Para finales de diciembre, los muertos eran más de 300. Pero ¿por qué no podían parar de bailar?

Cinco siglos después, aún no existe una respuesta del todo concreta. Expertos coinciden en que no hay dudas de que ese misterioso hecho, que se ha inmortalizado como la ‘epidemia del baile’ o la ‘plaga de la danza’, ocurrió.

La ‘epidemia del baile’: diagnóstico y remedio de la época

En su momento, los médicos de la época habrían identificado un aumento en la temperatura de la sangre como detonante. Lo llamativo es que, por lo anterior, ordenaron como principal ‘remedio’ mantener la intensidad de los movimientos.

Además, para reforzar la efectividad de la cura, se construyó un escenario, se contrató músicos y se abrió espacios para que los afectados pudieran danzar, manifestó el historiador británico John C. Waller en su libro “En un giro: la misteriosa epidemia de danza de 1518″.

En tanto, la Iglesia de ese entonces, en tiempos del florecimiento del protestantismo, intentó frenar lo sucedido con prédicas dominicales.

Representación de la 'epidemia del baile'  (o la plaga de danza). Foto: grabado de Hendrik Hondius

Representación de la 'epidemia del baile' (o la plaga de danza). Foto: grabado de Hendrik Hondius

En todo caso, la única certeza era que los bailarines muertos se contaban por cientos. Ese fenómeno ha sido el causante de decenas de hipótesis que, medio milenio después, todavía no se unifican.

Teorías más modernas sobre la ‘epidemia del baile’

Una de las teorías modernas explica como posible causa a una intoxicación alimentaria por los productos tóxicos y psicoactivos de los hongos del cornezuelo.

La ergotamina, principal producto psicoactivo de los hongos del cornezuelo, está estructuralmente relacionada con el fármaco recreativo dietilamida del ácido lisérgico (LSD-25) y es la sustancia a partir de la cual se sintetizó originalmente el LSD-25. Este mismo hongo también ha sido implicado en otras grandes anomalías históricas, incluyendo los juicios de Salem.

Waller también propuso en su libro que la extrema hambruna pudo provocar fiebres altas que impulsaron momentos de desenfreno sin control.

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