Mascarilla N95 es la más efectiva contra la COVID-19, según científicos estadounidenses
En una comparación con otras 13 mascarillas, este tipo de tapaboca mostró mayor bloqueo contra las gotas de saliva. Uno de los expertos aseguró que con una buena protección, hasta el 99 % de las gotículas podrían ser detenidas “antes de que alcancen a otra persona”.
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En un mundo sin vacuna y sin cura contra la COVID-19, algunas personas siguen buscando una forma de contrarrestar el contagio del virus. Uno de los suministros más usados para evitar la infección son las mascarillas; sin embargo, el abanico de opciones es amplio. Por tal motivo, un grupo de científicos de la universidad de Duke, Estados Unidos, realizó un experimento para determinar cuál es el tapaboca que reduce las posibilidades de contraer el coronavirus.
Uno de los peligros más inminentes de la COVID-19 es que puede transmitirse fácilmente a través de la propagación de gotículas de saliva que se puede dar cuando se habla, estornuda o más. Los expertos que participaron en el experimento el último viernes compararon 14 tipos de mascarilla.
El estudio fue finalmente publicado en la revista Science Advances. Martin Fischer, uno de sus coautores, explicó en un informe de la universidad de Duke que “cuando las personas hablan, se emiten pequeñas gotas, por lo que la enfermedad se puede propagar durante una conversación, sin toser o estornudar”. “También pudimos ver que algunas mascarillas faciales funcionaron mucho mejor que otras para bloquear las partículas emitidas”, complementó.
Después del balance entre los 14 tipos de mascarillas, los especialistas confirmaron la efectividad de las mascarillas médicas del tipo N95 sin válvulas, las mismas que son recomendadas por varias entidades sanitarias alrededor del mundo y que son usadas por personal médico. Este tapaboca, detallan, filtran adecuadamente las partículas virales. Las de menor rango son las mascarillas de polipropileno, quirúrgicas y las de algodón casero, mientras que los pañuelos y los pasamontañas tienen poco bloqueo de gotículas.
El médico Eric Westman, quien también participó en el experimento, indicó que “usar una mascarilla es una forma simple y fácil de reducir la propagación de la COVID-19”. “Alrededor de la mitad de las infecciones son de personas que no muestran síntomas y a menudo no saben que están infectadas. Pueden propagar el virus sin saberlo cuando tosen, estornudan o solo hablando”, detalló y resaltó que con una buena protección, hasta el 99 % de las gotículas podrían ser detenidas “antes de que alcancen a otra persona”.
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