EN VIVO | Detienen a hermano y abogado de Dina Boluarte
Mundo

Fraude consumado

La deriva autoritaria de Evo Morales.

Editorial
Editorial

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia ha dado el triunfo en primera vuelta de Evo Morales frente al candidato opositor Carlos Mesa, con el 99,82% de los votos escrutados. El actual presidente obtenía el 47,07% de los sufragios y Mesa 36,52%, con lo que la distancia entre ambos es más de 10 puntos, que es lo que establece la ley boliviana para evitar una segunda vuelta electoral.

De esa manera se consuma el fraude electoral que ha denunciado la oposición y que fue largamente preparado. El tribunal electoral boliviano, fuertemente penetrado por el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), no ha querido esperar al término de conteo de votos y a la proclamación oficial de los resultados, dos pasos muy necesarios que hacen la transparencia de todo proceso electoral.

Esta prisa es explicable en el contexto de la situación que vive Bolivia, donde una intensa movilización ciudadana ha salido a las calles y se mantiene en ellas cuestionando las maniobras del Gobierno para hacerse de la victoria. Esta movilización no ha cedido a pesar de que Evo Morales ha decretado el estado de emergencia y ha denunciado la existencia de un golpe de Estado en marcha. Los ciudadanos movilizados amenazan ser el principal factor de oposición democrática a la reelección.

La otra razón del apuro es la rápida reacción de los actores internacionales. Las dos misiones de observación electoral localizadas en Bolivia, de la OEA y la Unión Europea, consideran que debe llevarse a cabo la segunda vuelta y son crecientemente críticos de las maniobras de Evo Morales. La UE ha señalado que comparte plenamente la evaluación de la OEA en el sentido de que las autoridades bolivianas deberían concluir el proceso de conteo en curso, y que la mejor opción sería realizar una segunda vuelta para restablecer la confianza y asegurar el respeto pleno de la elección democrática del pueblo boliviano. Por su parte, el secretario general de la OEA ha señalado que los resultados de las elecciones generales en Bolivia no pueden ser considerados “legítimos” hasta que no concluya la auditoría que fue solicitada por el Gobierno.

Lo que viene ya es conocido. El Gobierno intentará apelar a las FFAA y a la policía para mantenerse en el poder y consolidar el fraude, en un proceso que puede resultar doloroso para el hermano pueblo boliviano. No le será fácil a Evo Morales quedarse en el poder ilegalmente; convertido en un dictador enfrentará la acción de los gobiernos democráticos del continente, pasando definitivamente a las filas de Nicolás Maduro.